Capítulo 3: Sospechoso

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Recostado por la pared, el alfa buscaba el coche de su colega por la calle poco concurrida. Miró sin interés la hora de su celular, lo bloqueó y guardó en su bolsillo. Habían estado fuera de la estación durante ocho horas sin descanso.

Para ambos, los primeros días de la investigación eran primordiales, dado que tendrían todos los datos de una sola vez. En sus ocho años trabajando juntos, casi todos los casos asignados de su estación llevaban de dos a cuatro días adelantados. Sin embargo, la parte compleja que llevaba más tiempo era tomar fotos, muestras de coincidencia de huellas, hora, fecha, testigos, seguimiento, etc. Finalmente, hacer un informe general del caso.

Caminó de lado a lado cerca del bar. Empezaba a preocuparse por su compañero. Desbloqueó su celular de nuevo, revisó el calendario y marcó el día veintiocho de febrero. Seguido, fue al chat de Jimin y envió los documentos que ha estado investigando. Sonrió un poco por su actuar, ya que haciendo aquello, recordó su época universitaria, dado que le gustaba el orden, organizar y tener todo listo sus agendas del trabajo o actividad.

—Ya estoy aquí, Tae.

Salió de su pensar, se giró hacia la voz baja y miró a su colega de pie a cabeza con una linda sonrisa. Él sabía cómo tenerlo a su merced. En silencio, siguió mirándole y admirándole. Adoraba sus ojos violetas brillantes, nariz, mejillas regordetas, labios carnosos y rojas, estatura estándar, sus manos pequeñas y su ropa tan ajustada en su cuerpo, que le hacía ver las curvas de su cintura siendo elegante y discreto en varias salidas le encantaba.

—¿Tardé mucho?

De nuevo, su voz le hizo bajar a la realidad. Estaba tan encantado por él que sintió sus mejillas calientes por estar sonrojado ante su presencia, desvió su mirar hacia otro lado y volver a mirarlo intentando ser serio en su labor.

—No, ¿ya comiste?

—Aún no, ¿qué hay de ti?

—Menos, ¿ya hablaste con el jefe?

—Sí, ya hizo el trámite de pedido. Solo que hay un problema, alfa.

—Tiempo, ¿no es así?

—Exacto.

Aquel proceso era la parte mala de sus arduos trabajos. Puesto que, si los casos no eran de su equipo, tenían que pedirlo. Estos tardaban dos a tres días o incluso dos semanas dependiendo del lugar.

—En dos o tres días tendremos los documentos, no te preocupes tanto, alfa —dijo, poniéndose de puntillas y dándole un beso en su mejilla. Taehyung sonrió por el gesto. —. Por ahora debemos seguir buscando los demás locales.

—Entiendo, ¿y si te dijera que he estado investigando más a fondo sobre el resto?

—Vamos, reservas una mesa en un restaurante cercano, comemos y me lo cuentas, compañero.

Taehyung soltó una carcajada. Se acercó al chico, le dio un fuerte abrazo, impregnó su fuerte aroma en él y agarró su mano izquierda con suavidad. Sin importarle el ojo público, estando en el trabajo se permitió por unos segundos el lujo de sentirse cómodo con el alfa petizo y bonito envuelto en sus brazos trabajados.

—Lo digo enserio, no hemos almorzado y ya son las cinco de la tarde. —bufó, separándose un poco de él y soltando feromonas molestas en el ambiente.

—¿Por qué crees que agarré tu mano? —preguntó, tirándole hacia su persona de nuevo. Jimin se sonrojo. —Vamos a Hara.

—¿No es el lugar dónde nos reuníamos cuando íbamos a la universidad?

—La misma —replicó, con una sonrisa. —. Está al otro lado de la vereda, ¿me concedes la salida?

Acepto, alfa.

A escondidas • 𝐕𝐌𝐈𝐍 🖋 || EN EDICIÓN ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora