📖CIENTO TREINTA Y SEIS📖

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P. O. V. KAI:

Pase un buen rato explicándole como era la superficie a Asher, pero no fue el suficiente para saciar su apetito de conocimiento; así pues, aunque se marchó un par de horas después de mediodía, luego de saludar a Carla y Niggel, aseguró que se haría espacio para volver al día siguiente y continuar nuestra platica. Y la verdad, yo descubrí que me agradaba demasiado hablar de mi ciudad.

-¿Esta bien que le digas demasiado sobre nuestra vida allá arriba? - cuestionó Niggel cuando se marchó Asher.

-Si, no creo que haya problema con que sepa unas cuantas cosas, aunque aún así, no soy tan tonto como para decir algo importante. - explique con la emoción residual de mi platica anterior.

-Él tampoco es tonto, sabrá unir las piezas y terminará el rompecabezas si sigues diciéndole tanto. - me sermoneo Kikyō.

-Tal vez, o tal vez no. Hay que ser optimistas. - le respondí con cierta vacilación.

-De uno u otro modo se terminará enterando de quienes somos, que lo descubra por su cuenta antes de que deba hacerlo, no es un problema. - me dio la razón Carla. - Si corremos con suerte, incluso sería bueno que sepa la verdad.

-¡Eso no lo sabemos! ¿Cómo puedes creer que es bueno? ¿Y si es un doble espía, buscando como sacarnos la sopa? - externo su preocupación Niggel.

-¿Y si solo es un chico que creció sin la oportunidad de conocer de la existencia del sol? - cuestione. Me estaba molestando y ni siquiera estaba seguro si debía estarlo. - No estuvieron presentes en la conversación, así que no lo saben, pero ese chico estaba tan emocionado como tú cuando haces experimentos. Quizá no podemos confiar al 100% en el, pero ese nivel de emoción no se puede fingir. Así que no lo critiques si no entiendes su situación...

Dicho eso me marche de la cocina y me fui a la habitación. Me sentía agotado, quizá podría conciliar el sueño, aunque ya sabía yo que mi cansancio no sería suficiente; así que, termine solo arrojandome a la cama para mirar al techo el resto del día, perdido en mis propios pensamientos y programando mis movimientos a contunuacion. Así acabo el lunes y comenzó el martes.

Frente a todo pronóstico, logré conciliar el sueño y al despertar, me encontré con Carla charlando animadamente con Asher.

-Tenía razón, sus compañeros son más amables que ustedes. - se burlo Asher en cuanto aparecí frente a ellos.

Sabía a que se refería, era un gran insulto disimulado, pero igual me reí por la emoción del chico.

-Ah, eso se debe a que estas hablando con la Princesa Sociable - le seguí la broma.

-¡Que va! Es que tu eres un gato gruñón. - se defendió Carla entre risas.

Asher soltó una sonora carcajada, tan fuerte que tuvo que llevarse una mano al estomago, pues seguro ya le dolía de tanto reír. Lo imite y me deje llevar por esa alegría momentánea. Vale, lo aceptaba, me caía bien este chico.

Un bufido me detuvo la diversión. Era Kikyō que leía en el sillón, ¿de dónde había sacado ese libro?

-Oh, se lo di yo. - explico Asher al notar mi expresión de duda. Se tranquilizó y añadió: - No es mucho, pero es una bitácora de todo lo que deben saber de aquí...

-¿Bitácora? - pregunte curioso, me acerque hasta mi amiga.

-Si, la he estado haciendo desde que tengo uso de razón, quizá si notan ciertos patrones eso les pueda servir de algo.

-¡Wow! Debes estar muy bien posicionado para conocer todo eso... - señaló Carla con inocencia.

-Ojala pudiera decir que es por gusto, pero estoy sumergido en todo lo que pasa en esta ciudad por una deuda que no es mía. - se lamento Asher sin inmutarse realmente.

Por su expresión era obvio que ya se había resignando a una existencia así, aunque, por nuestra primera platica, era aún más claro que nosotros éramos su última esperanza.

Me senté junto a Kikyō y le di un vistazo al contenido del libro: en las primeras páginas habían varias tablas con horarios, nombres y descripciones breves; luego, había una sección con unos pocos mapas que debían ser de la ciudad; y, finalmente, varias notas rápidas sobre datos aleatorios que a simple vista no tenían ni pies ni cabeza.

-Bueno, eso es todo. - anunció Asher tras unos segundos. - Solo vine a entregarles eso y para avisarles que quizá no venga en unos días...

Quise preguntar la razón, pero sabía que no tendría respuesta, así que me limite a asentir. Eso basto para Asher, pues se encaminó a la puerta. Antes de salir, añadió:

-Cuídense de Dymytrie.

Me dejo con la intriga, pero por la expresión de Kikyō ella había terminado igual.

-¿Por qué crees que...? - comencé a decir.

-Sigue siendo de la RG, es obvio porque va a desaparecer. - soltó Niggel desde el pasillo.

No quería admitirlo, pero era un buen punto. Aunque, aquella desconfianza que le tenia Niggel a Asher me estaba volviendo loco, realmente el pequeño líder de la RG no nos había hecho nada malo, al contrario y por eso mismo era incomprensible que mi amigo tomará esa postura; en fin, terminaría algún día.

-Lo leeré con detenimiento estos días que no se aparecerá por aquí. - anunció Kikyō. - Así cuando vuelva podremos ver si sabe algo más para concretar una ruta de escape.

-Y supongo que mientras tanto, nosotros deberíamos buscar una entrada fácil a los archivos... - señaló Carla entendiendo el plan.

-Iré contigo, me gustaría comprobar unas cosas... - anuncie antes de que Niggel, de hecho, se negara a participar.

-Me quedo a ayudar a Kikyō. - sentenció mi amigo, no como si fuera su única opción, sino más bien para que quedara claro que el no quería ir a cazar aventuras como Carla y yo.

-¡Genial! Pues andando, ya me quiero mover de estas tristes paredes... - comento Carla con emoción.

Ni 5 minutos más tarde, ya me estaba presionando desde la puerta para que me diera prisa y nos fuéramos a esa dichosa aventura; tenia sentido su prisa pues ya casi era medio día.

-No olvides lo que dijo Asher. - me recordó Kikyō cuando ya estaba por alcanzar a Carla.

-Tranquila, lo tengo cubierto. - le asegure. - Volveremos más tarde.

Levi's diaryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora