Capítulo 31

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En el transcurso de la semana se pusieron de acuerdo en el lugar de encuentro y la hora.

Madeleyn y Ian se encontraron con Leo y Lein. En un restaurante para desayunar hot cake. Tuvieron los cuatro una charla muy amena descubriendo que sus hijos iban a la misma escuela solo que en diferentes niveles, por lo que era muy poco probable que se hayan topado en algún momento.

A simple vista parecía una familia normal pasando el domingo juntos al menos hasta que Leo se retiró de la mesa a atender una llamada. Madeleyn no quiso que la pequeña se sintiera incómoda quedándose con ella, por lo que intentó entablar una conversación.

–¿Te puedo llamar Lein?

–Llámame por mi nombre Madeleyn.

–Claro, disculpa por sugerir llamarte Lein –al ver que la niña se había vuelta muy seria ante ella después de irse su padre. Creyó que lo mejor era disculparse.

–¿Sabes? Mi mamá también se llama Madeleyn –dijo Ian como dato curioso por la similitud de sus nombres.

–Sé lo que están haciendo, solo quieren que nos llevemos bien. Quieres convertirte en mi nueva mami porque te gusta mi papá. No eres la primera mujer que sale con mi papá ni la que vive en mi casa. Y al igual que todas te irás tarde o temprano.

–Mmm. ¿Por qué lo crees? Tu papá me está dando entender que quiere ir en serio conmigo al igual que yo.

–Todas al principio son amables, pero al final nadie quiere cargar con la hija de otra mujer, por eso no podrán estar juntos.

–Y... ¿Qué te hace pensar que yo soy igual a ellas?

–Porque vas tras mi papá.

La pequeña Lein estaba enojada, lo expresaba mostrando su ceño fruncido ante la mujer que tenía enfrente que iba tras su padre. En cambio, Madeleyn estaba fascinada por la determinación de la pequeña niña. Ian no sabía cómo relajar el ambiente tenso que se estaba formando. Este solo cambió ante el regreso de Leo a la mesa.

–¿Se están llevando bien?

–¡Si papi! Le contaba a Madeleyn la película de princesas que vi –dijo con una sonrisa. Lein podía estudiar actuación por el cambio tan repentino de actitud.

–Mmm –Leo sospechaba que algo había pasado en su ausencia– cariño aún van a tardar en traer el desayuno, ¿quieres ir a jugar un rato en la zona de juegos?

Los ojos le brillaron a la pequeña niña que se levantó emocionada dirigiéndose a la zona de juegos.

–Perdonen, ella está algo consentida y mimada –se disculpó Leo por la actitud de Lein.

–Y caprichosa –dijo Ian sin ningún reparo.

–Ian, tu vocabulario –reprendió Madeleyn a su hijo.

–Lo lamento, iré al baño –se retiró Ian para no recibir otra reprimenda de su madre.

–¿Qué te dijo Lein?

–Al parecer has tenido muchas relaciones y al parecer algunas han llegado a algo serio si han vivido en tu casa.

–Sí. Pero hasta ahora nada ha funcionado. Hace dos años me junté, pero era una persona doble cara por un año pensé que se llevaban bien. Hasta que le realice un chequeo general de rutina a Lein y note moretones en su espalda baja, caderas y piernas. Los cuales no se notaban con su ropa. Ella de todos modos no dijo nada, no la delato, así que tuve que prestar más atención, llegaba a casa antes sin avisar e instalé cámaras ocultas, solo así descubrir el maltrato por el que estaba pasando.

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