Un sentimiento extraño, la soledad, el bien de estar por tu cuenta y el miedo de estar solo.
Desde pequeño este sentimiento me embarga, un niño pequeño cuyo pensamiento era:
- ¿Por qué los demás niños viven sin preocupaciones?
Gatear, caminar, trotar, correr...... huir, algo que siempre he querido, no tengo a donde ir, soy un alma en busca de un propósito, un camino, una luz, algo a lo que aferrarme con tal de seguir adelante, solo quiero, algo.
Un niño de primaria que solo quiere el elogio de alguien querido.
- Hoy me felicitaron en la escuela (algo que me hacía feliz)
- Padres: oh, qué bueno.
(Pensar en; ¿Eso es todo?, ¿Da igual lo que haga?)
Nunca lograre entender porque parezco invisible muchas veces, no tengo amigos, solo niños que me buscan para preguntarme tonterías, al menos ahora me invitan a jugar futbol, creo que soy bueno en ello, incluso logre entrar al equipo escolar y me están invitando clubs privados con todo pagado.
- Padres: Es una pérdida de tiempo, ni siquiera te servirá de algo, no podemos estarte llevando, mejor déjalo y diles que no.
(¿Qué niño no quisiera ser un deportista famoso?, supongo que ahí llega mi limite).
Mis padres pelean todo el tiempo, es normal, ¿no?, Me gustaría poder pasar al menos más de 3 meses con mi familia unida, un sueño estúpido, lo sé. Navidad siempre estamos todos felices, lástima que todo es falso y momentáneo, ni siquiera la carta a santa Claus es capaz de darme mi más grande deseo, ser feliz, tal vez el año que viene sea distinto.
Tiempo pasa, viendo el lado bueno, las cosas si cambiaron como quería, se pusieron peor, la distancia entre mis padres es mayor, mis hermanos se fueron. Una noche note que mi padre estaba despierto y fui con él, ¿saben que duele?, ver a tu padre llorar, ¿Qué es peor?, escuchar a tu padre decir
- Solo sigo viviendo aquí por ti y tu hermana.
En ese instante mi mente no sabe no que pensar, mi máxima autoridad está llorando, digo, ¿Qué piensas?, ¿Qué haces?, ¿Cómo respondes a tal situación?, mi corazón hace un sonido, se rompe, así como yo rompo en llanto y las únicas palabras que salen de mi boca son:
- No digas eso por favor, todo saldrá bien.
Mi padre me abraza, mientras entre lágrimas me dice que me quiere, mi cuerpo no sabe cómo reaccionar, esto es raro para mí, yo, que siempre tengo una respuesta para todo, no sé qué hacer, estoy......... destrozado.
Mi etapa de primaria fue algo, extraño podría decir, un niño pequeño que maduro demasiado rápido, digo, el primero que le respondía a mi padre fui yo, todo para defender a mi hermana, ¿saben el miedo que provoca eso?, increíble.
Muchas cosas pasaron, mis sueños fueron destrozados poco a poco, y puedo que muchos piensas, ¿Qué sueños?, solo eres un niño, pero para esa edad, yo miraba una versión de mi superior a todos, era un prodigio cuando a escolaridad se habla, elegido para todas las competencias, siempre primer lugar, elogiado por todos, aquel que nunca cedía su trono, inclusive aprendí muchas cosas que no sabía en su momento, todo por mantener por encima de cualquiera, solo importaba yo y nada más, pero, ¿saben qué?, nada de eso me importo, solo era un niño cualquiera buscando hacer sentir feliz y orgullosos a sus padres, pero, cada logro mío no importaba, siempre era lo mismo.
- Padres: es tu obligación y nada más, no ocupas algún incentivo.
Palabras que siempre escuche, que hacían sentir toda mi motivación inútil.....