Sí, ya sabemos: la belleza tiene que ver con los ojos que miran, pero estos ojos que miran, en general, están adiestrados por el patriarcado, y uno de sus lacayos, la gordofobia, va moldeando las maneras de ver y de juzgar; mientras otro de sus siervos, la gerontofobia, le sigue los pasos.
Así que, por más frases con lápiz de labios que pongas en el espejo, sobre amor y aceptación hacia una misma, pareciera que todavía hay mucho marmota dando vueltas que, quizás por exceso de mirar "Sálvame deluxe", mira como mira la tele, perpetuando la violencia, vistiéndose de microviolencias de esas que son más difíciles de abordar, porque a veces son chiquitas y pasan muy rápido, aunque dejan una sensación de vergüenza e inadecuación que no sirven ni a la transformación social ni a la revolución. Pero bueno, esto no es ninguna novedad. El asunto es cómo vomitar el discurso patriarcal, gerontófobo y gordófobo, una vez que se coló sin que nos diéramos cuenta; y después entrenarnos para no volver a tragárnoslo. Cómo hacer para regurgitar al opresor que vive dentro nuestro, ese que se activa con el discurso opresor exterior.
Es difícil construir una autoestima y una relación de auto-respeto cuando todavía hay tanta descalificación y violencia circulando. Obviamente, esta violencia está presente en muchísimas otras situaciones, porque ser pobre, o negra, o latina, o refugiada, o lesbiana, o trans, entre tantas otras situaciones, implica salir a la calle con un traje protector, para que la mierda no se quede pegada en el cuerpo. El privilegio de los cuerpos normativos, heterosexuales, blancos, con pasaporte de la UE, estudios universitarios y plata ahorrada en el banco es sólo una manera -minoritaria, he de decir- de habitar el mundo.
Ahora bien: si, tal y como proponían los Zapatistas, queremos un mundo donde quepan muchos mundos, y que estos mundos no estén ni en pie de guerra, ni se conviertan en guetos sin comunicación entre sí, habrá que hacer algo distinto a lo que vinimos haciendo hasta ahora.
Esto implica también tomar consciencia del contexto y del entorno donde el desprecio por l@s otr@s y lo otro es parte de nuestro Zeitgeist: la devastación de la naturaleza y el cambio climático están en relación directa con el capitalismo, el cual fue instituido mediante la dominación y la muerte, guiado por una mente patriarcal. La violencia y las microviolencias son parte de una sociedad donde la opresión internalizada abarca muchísimos dominios, desde la distribución injusta de la riqueza, hasta el maltrato infantil, pasando por el racismo y las islas de plástico flotando por el Pacífico.
Creo, entonces, y a la vez me pregunto, qué tan trabajados tenemos nuestros violentos internos, nuestros racistas, nuestros autoritarios, nuestros sádicos, nuestros despreciadores y depredadores internos...cuán profundo caló la herida del trauma colectivo en nuestros cuerpos individuales, cuántas veces tragamos mierda, y cuántas veces la hacemos tragar.
Creo, y también me pregunto, cuántas veces nos bien-tratamos y bien-tratamos a l@s otr@s y a lo otro: a las personas, a los animales, a la Naturaleza, al mundo...y cuántas veces el maltrato de disfraza de bienestar, o buenos tratos, o solidaridad.
Cuando la psicopatología de la normalidad es la norma, y la normalidad es lo que perpetúa la opresión -hacia dentro y hacia fuera-, quizás sea el incorporar los buenos tratos a nuestra rutina diaria, como quien se lava los dientes, una de las prácticas que nos ayuden a salir del ciclo de violencia del que somos también parte.
¿Cómo sería co-construir un Zeitgeist de buenos tratos, hacia adentro y hacia fuera, a partir de ya? ¿Cómo sería dejar de tragar mierda y dejar de hacérsela comer a nadie, a nada?
¿Podría ser generando pequeños espacios colectivos donde poder sanar y lamernos las heridas entre todas, una manera? ¿Devolviéndonos buenas miradas, practicando maneras bien-tratantes de estar, vomitando nuestros opresores internos, ayudando a las demás a vomitar los suyos, haciéndole espacio a la fuerza infinita de la naturaleza, esa que brota entre piedras y grietas del asfalto?
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Permiso administrativo para circular con fealdad
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