Se abre el telón *NAMJIN* ONE SHOT

Se abre el telón

Se abre el telón burdeos con acabados dorados y da comienzo la función que ansiaba ver desde hace meses. Una de esas funciones en las que las entradas se agotan en minutos y que para cualquier persona un riñón es poco lo que tienes que extirparte para conseguirlas.

Pero no para mí. Ser el dueño de una de las grandes compañías automovilísticas del país tenía sus ventajas y todo era poco para regalarle a mi querida amada. Por eso, tecleé en un santiamén el número de mi tarjeta y las guardé en secreto, con la intención de darle la sorpresa de su vida a Yoona.

Lo que nunca pude imaginarme es que el mayor secreto de nuestra relación me lo guardaba ella a mí desde hacía años y la que fue mi prometida, acabó confesándome su amor por otra persona tan solo dos días después de darme el sí quiero a mi propuesta de matrimonio.

Los meses siguientes fueron un calvario, un agujero negro, un obligarme a comer, un insomnio profundo y no sé por qué razón acabé sentado en uno de los palcos principales disfrutando de toda clase de lujos mientras te deleitabas con la actuación.

Pero antes de continuar con mi historia dejad que me presente primero.

Mi nombre es Kim Namjoon y aunque era una de las personas más ricas e influyentes de la ciudad me encontraba completamente solo con una butaca vacía a mi lado y acunando una copa de champagne con mi mano derecha, queriendo concentrarme en sus burbujas y no en el barullo que decenas de personas forradas en piel de animales muerto hacían mientras ocupaban sus asientos. 

Y os preguntareis, ¿Por qué no le regalé mis entradas a alguien en vez de acudir aquí aún sabiendo que no tendría acompañante? Pues en ese momento pensé que la respuesta iba a ser sencilla, pensé que era el recuerdo de mi prometida y mi vida tranquila y feliz lo que me había empujado a venir, pensé que las noches de soledad recordando sus labios y las sonrisas que me dedicaba al amanecer me darían fuerzas para venir y así, de alguna forma en mi debilitada mente, cerrar el libro que ella ya había quemado.

Pero a decir verdad  las razones eran mucho más complejas. Lo cierto es que el teatro, el arte, la música y el ambiente invernal siempre habían sido mi vida, una que parece que empezaba a olvidar por estar tan concentrado en mi empresa y en la que iba a ser mi mujer. Porque la navidad se acercaba y aunque mi corpulento físico y mi aspecto y carácter puedan dar la impresión de alguien frío y algo intimidante, siempre he sido bastante romántico. 

Después de seis años en una relación estable, mis navidades siempre eran sinónimo de abrazar a la persona de la que estaba enamorado, bailar canciones a la luz de la chimenea y brindar sabiendo que nuestros ojos brillaban más que las chispas de las luces de fuera.

Respiré hondo, apretando mis dedos antes de soltar el aire poco a poco, imaginando que el que entraba en mi era algo frío y azulado y salía de mis labios caliente y color rojizo y me recliné en mi asiento justo cuando la obra comenzó.

Hamlet es una obra que, a mi parecer, está mal entendida, porque aunque lo primero que se presente en ella es la venganza del príncipe contra su propio tío y asesino de su padre, lo que forma parte del verdadero argumento es el conflicto interno del príncipe Hamlet, todas las dudas que cruzan por su mente poniendo en jaque su propia cordura.

Si, habladurías para los más puristas, aburrimiento para los que no tienen el don de apreciar el teatro, pero para mí, la verdadera magia que surgió aquella noche cercana a Navidad, fueron las palabras que el príncipe Hamlet dijo en cuanto hizo aparición en el escenario.

"Ser o no ser, esa es la cuestión"

Y os parecerá mentira pero juraría que aquella frase podría haber salido de mis propios labios. Así que no pude evitar incorporarme en mi asiento, sujetando mi rostro con las manos apoyando los codos en mis rodillas, olvidando la copa ya vacía a un lado de mi asiento.