¿Alguien está preparado para aceptar la muerte de los seres que ama?
Sharik viene de una etapa muy dura debido a la enfermedad y la posterior muerte de su hermano menor. Se siente solo en un mundo en el que prácticamente no encaja, solo apoyado por...
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La oscuridad se había tornado parte de mí. De repente, moverme en este espacio colmado de mis propios desechos resulta difícil. Respirar se torna imposible cuando lo único que tus fosas nasales perciben es el olor a heces y orina. Por primera vez después de tantos meses de verdad ansiaba que el final llegara.
Tener los ojos abiertos o cerrados era lo mismo. El color negro ocupa cada espacio. El desasosiego, mis olores mezclados a la sangre purulenta de las heridas que han comenzado a infectarse y que de seguro necesitarán más que atención médica.
No puedo recordar el día en que llegué aquí. El tiempo se ha detenido en una misma secuencia de eventos que violentan mi psiquismo a cada segundo. He llegado a un punto donde ni siquiera recuerdo mi nombre. El frío que congela mis entrañas se hunde tan profundo en mí como los golpes de los guardias. Las estaciones cambian y sigo aquí. Sigo vivo.
«Déjame ir contigo. Sea lo que sea, podremos enfrentarlo juntos. No me abandones, por favor».
La voz quebrada de él ilumina todo, como si se tratara de una pequeña chispa que me trae nuevamente a la vida. Brilla incluso en el abismo más interminable.
Lo llamo en susurros, rogando que, como el ángel hermoso que era, venga hacía mí. Los recuerdos se mezclan con mis anhelos. Lo que ocurrió se diluye en lo que nunca pasará. Sharik no sabe dónde estoy y nunca lo hará. Lo despedacé mientras me rogaba que no lo hiciera. Aun sabiendo lo que iba a ocurrir, no se apartó. Aguantó mi desdén, mi enojo conmigo mismo, la ira que me embargaba cada vez que me iba enamorando más de él. Resistió mientras yo lo arrojé al fuego y me quedé mirando cómo ardía.
Nunca lo entendí. ¿Cómo podía decir que era su todo cuando a cada segundo me encargaba de volverlo nada? ¿Cómo podía esperar amor de mí cuando el odio me persigue dando grandes zancadas mientras corro e intento escapar en vano?
Sharik no sabe lo que es vivir con miedo. Temor a que encuentren a tu familia y cobren venganza. Miedo a que los maten y no estés cerca para protegerlos. Horror a un futuro lejos de las armas, de todo lo que he conocido desde que era muy joven. Sharik me ama porque no entiende nada mí. El día en que se dé cuenta de quién era ese sentimiento poderoso se tornará el más puro asco.
Tiemblo ante los espasmos del frío por estar mojado. Esta caja llena de inmundicia en donde estoy prisionero apenas me permite moverme. Los calambres a veces se tornan insoportables. Es cuando a mi mente llega su voz, su respiración cerca de mi oído cuando besaba su cuello, la manera en que se estremecía cuando las puntas de mis dedos rozaban sus pezones color canela, cuando ambos ardíamos de deseo y solo queríamos ser uno.
¿Por qué fui incapaz de quedarme contigo?
Kaz sintió pasos que iban y venían cerca de la caja de acero en donde se encontraba. Llevaba demasiados días allí, por lo que la sed y el hambre corroían su cuerpo. Necesitaba de esos hijos de puta, pero no iba a rogarles su ayuda. Moriría en algún momento. La tortura no sería eterna. Faltaba poco. Del otro ya lo esperaba su familia. Por fin vería a su hermano menor después de tantos años de solo abrazarlo en sueños. Sí, ese anhelo lo hizo sonreír aun en la más absoluta y miserable existencia.
