◊. Parte única.

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Loki se estaba cansando de esperar, además que el frío de la noche comenzaba a colarse a través de su abrigo midgardiano, cosa que no debería afectarle mucho ya que las bajas temperaturas y él eran uno solo

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Loki se estaba cansando de esperar, además que el frío de la noche comenzaba a colarse a través de su abrigo midgardiano, cosa que no debería afectarle mucho ya que las bajas temperaturas y él eran uno solo. Sin embargo, ¡le fastidiaba mucho que ese trapo no cumpliera su función de aislarlo de la realidad!

Que imbéciles.

Como le molestaba el no poder portar una de sus elegantes vestimentas, pero no, era esencial que portara esos harapos si es que no quería aterrorizar a su "cita". Porque sí, el gran Dios del engaño, tenía una cita, en pleno veinticuatro de diciembre y gracias a la influencia de un ex rival suyo porque aún no se acostumbraba a denominar a Clint Barton, su antes esclavo, algo tan mundano como lo era el término "amigo".

Este hombre midgardiano, después de todo el daño que le había causado y de su digamos que muerte indigna, se había "apiadado" suyo, al punto de brindarle un lugar en su granja en compañía de la esposa y los hijos curiosos de este, al principio como cualquier persona que fue criada en un ambiente de realeza se le dificultó acostumbrarse a la vida de campo y a los quehaceres que traía consigo, no obstante, el orgullo de un Dios no es fácil de torcer por lo que en pasos pequeños se fue adaptando al diario vivir de un granjero, consiguiendo tener algo que ansiaba; paz y tal vez olvidarse un poco de alguien de cabello rubio.

Su hermano, no, él no era su hermano. Solo era un ser irritante, brusco y demasiado inquieto que existía para acabar con su adorada paz y por ende su corta, casi nula, paciencia.

Agradecía infinitamente a Clint que lo ocultase durante cada visita por parte del hijo de Odín a su casa, el sexto sentido del espía era muy útil al momento de advertir la llegada del rey de Asgard y obviamente, sentía mucha vergüenza por tener que ocultarse en lugar de dar la cara, pero sabía que era lo mejor para todos. Cuando pasaba se escondía en el campo o en uno de los cobertizos que los niños habían convertido en una especie de guarida secreta.

"—Shh, no dejaremos que tu hermanote te lleve, tío Loki —le dijo uno de los pequeños, que según recordaba se llamaba Nathaniel.

—¡Sí, antes tendrá que luchar con nosotros! —le abrazó calurosamente la única niña, que respondía al nombre Lila.

—No te preocupes, papá y mamá no dejarán que te separes de nuestro lado —Cooper, el mayor y supuesto líder de la camada de Barton, se lo aseguro."

Ese pequeño gesto le ablandó, por más que esos pequeños diablillos al inicio le resultasen insufribles debía admitir que le caían muy bien, mayormente cuando le gastaban bromas pesadas a su padre.

Se permitió reírse del recuerdo, dejando salir un poco de vaho debido al frío, para luego acomodarse el par de gafas que portaba. Era el único accesorio que no odiaba realmente de todo su vestuario. En fin, la razón de que estuviera allí afuera a altas horas de la noche, era la cita a ciegas recomendada por Hawkeye. Con una herramienta que se conocía como "Internet", concertó está reunión, pero esa persona ya llevaba dos horas de retraso.

Lofty || Thorki (one-shot).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora