Noche Buena.

386 32 8
                                    

Hinata.

Lento y suave, con dulzura muevo mi cabeza y con mis manos acaricio su cabello.

Con mis piernas a los lados de su cadera posando mis rodillas por sobre el colchón que se encuentra debajo de nosotros.

Sus labios se encuentra tibios y se mueven al compás de los míos.

Se que no podemos pasar de este nivel pero deseo tanto desobedecer nuestra regla.

Nada de pasarnos de listos en nuestras casas.

Es nuestra única regla.

Me separó de él, ya que si seguimos así no podré detenerme y se muy bien que él tampoco.

La erección entre sus pantalones me confirma mi teoría.

—Sasuke, dime... ¿En tu casa o en la mía? —aún nos encontramos en la misma posición mientras que mis brazos se mantienen cruzados detrás de su nuca.—

—Hinata, ¿tenemos que decidir eso ahora? —el reproche de su voz me hace saber que mi interrupción a evitado eso que no podía pasar ahora, no aquí.—

—Si, ya es veintitrés de diciembre ¿Qué esperabas? Tenemos que decidir en dónde iremos a cenar... Así que ¿En tu casa o en la mía?

—Recuérdame por favor ¿El por qué has decidido está fecha para conocer a nuestros padres?

—Sasuke, llevamos diez meses de relación ¿No crees que ya es hora para que te presente a mi familia? —sonrió con una ceja alzada.—

—Si hubiera sido por mi me hubiera presentado en tu casa el primer día que comenzamos a salir. —la sonrisa de su rostro me hace a mi sonreír y acerca mucho más mi rostro al suyo, una mínima distancia es la que nos separa.—

—Sé que hubieras sido capaz, pero era muy pronto, ahora estoy segura que quiero tomar este paso contigo.

—Yo siempre lo estuve, solo era cuestión de tiempo para que tú lo supieras también.

—Te amo mucho, mi chico idiota. —lo amo como nunca pensé ni había llegado a amar a alguien más, él fue el primero.—

—Y yo te amo a ti, mi chica buena.

Él fue el primero y solo espero que sea el único.

.
.
.

—¡Por favor!  —ya estoy arta, llevamos horas así.—

—Pero Hina...

—Pero nada, llevamos todo el día tratando de decidir a dónde iremos mañana, y lo único que hemos conseguido es terminar besándonos cada ves que podemos. —Sé que no es nada malo, pero ese no es el punto.—

—No te ví quejándote cuando lo hacíamos. —la sonrisa divertida de su rostro me hace darle un pequeño golpe en el hombro por sus ocurrencias.—

—Sabes que jamás me quejaría de un beso tuyo, pero aún así, este no es el momento. —y claro que no lo es.—

—Esta bien... ¿Por qué no hacernos algo simple para decidirnos?

—¿Y qué propones? —ya yo me quedé sin ideas, él quiere en la mía y yo en la suya. Ni modo, se lo dejaremos a la suerte.—

—Juguemos piedra, papel o tijera. El que gane elegirá la casa a la que iremos... ¿Está bien?

Merry Christmas A Lo Sasuhina.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora