Leo quiere atención. [messi x ochoa] [oneshot]

te quiero ahora... ¡oh! feliz navidad, por cierto.

entre luces y música el tiempo pasaba rápido, pero no lo suficientemente rápido para Lionel, quién moría de sueño por culpa de la aburrida posada de la empresa de su novio. Quería irse a su casa a dormir o solo irse fuera de ese salón a ver los autos pasar por la noche invernal.

bostezó cansado y acomodó su cabeza en su mano, mordiéndose el labio inferior y jugueteando con la cena que habían ofrecido.

Tenía hambre, sí, pero no hambre de comida, más bien hambre de algo más. algo que media 1.85 y tenía los perfectos rizos más hermosos que él había visto en toda su vida.

en la fiesta todos parecían estar teniendo un buen rato, las esposas de los compañeros de memo platicaban felices sobre alguna tontería, algunas mencionaban que sus hijos habían exentado todas las materias en el secundario, y otras presumían con ansias que sus maridos les habían obsequiado algún auto del año.

lionel podía presumir muchas cosas, pero debía mantenerse humilde. ya era bastante con tener de novio al más guapo de toda la ciudad.

o eso pensaba él.

—¿cuánto más falta para irnos? —preguntó luego de suspirar pesadamente. Guillermo lo volteó a ver y juraba que se veía más hermoso aún bajo las luces de colores de la fiesta.

—al menos termina de cenar primero, es grosero que no te termines todo. —murmuró con una sonrisa mientras su mano se paseaba por la espalda del más pequeño.

Lionel hizo una mueca. —pero no me gustan las verduras, tampoco la salsa blanca y menos el pollo...

—bueno, cariño, al menos cómete el arroz. —le dijo con tanta paciencia que nuevamente leo se sentía en las nubes. amaba tanto a su novio. —anda, un poquito nada más y en un rato nos iremos, ¿bien?

—pero...

—pero nada, anda come. —tomó él mismo un bocado de su plato y se volteó para seguir conversando con sus colegas sobre algún trato con otras empresas que Lionel no entendía del todo bien.

mientras la vida de todos parecía transcurrir sin problema alguno, Lionel parecía hundirse cada vez más en su aburrimiento. intentó charlar con el novio de Robert, pero era considerablemente menor que él y no tenían mucho en común. el chico parecía estar molesto siempre, pero tal vez así eran sus facciones, aunque eso no le quitaba lo lindo.

Lionel también quería ser lindo.

la música cambió a una más movida y todos se levantaron para irse a bailar, olvidando la cena aparte. pudo notar como los amigos de su novio bailaban animados con sus parejas, y entonces notó la mirada de Guillermo sobre su semblante.

—¿bailamos?

pero él tenía otra cosa en mente. —¿y si mejor follamos?

las mejillas del mayor se colocaron rojas y ardientes, agradecía que la música estuviera lo suficientemente fuerte como para bloquear el sonido de sus indecorosas palabras.

—¡amor! no puedes pedirme eso en público, es vergonzoso. —dijo, y se sorprendió cuando sintió la mano de su leo posándose sobre su muslo cubierto.

lionel apretaba la piel de su novio con necesidad, y solo podía deleitarse con la vista de su memo avergonzado. —aquí mismo, o en la casa, tú decides.

—amor... —musitó en un hilo de voz, apartando la mano de su novio lejos de su muslo.

—vámonos a casa, de verdad te necesito... —dijo volviendo a colocar su mano sobre la pierna cubierta de guillermo, esta vez paseándola por su entrepierna.