Capítulo 33: Todo está bien.

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Ya había oscurecido.

Tails observaba el paisaje nocturno a través de la ventana del vehículo, intentando distraerse de sus pensamientos, mas no lo conseguía.

Su discusión con Amy seguía repitiéndose en un bucle en su cabeza.

« ¿No te parece que esto ha llegado demasiado lejos? »

No quería admitirlo, pero Amy tenía razón. Ya han pasado casi cinco meses desde que se conocen, y Sonic y Knuckles, entre otras personas como Ella, Whisper o Tangle aún no se enteraban que Tails no era una chica.

Debe decirles la verdad en algún momento, ¿no?

« No crees... ¿que deberías dejarlo y decir la verdad? No lo digo solo por Sonic o Knuckles... Sino también por ti mismo. »

Ya se había hecho costumbre, todos los días, referirse a él mismo como “ella” frente a los demás.

Pero Miles no era “ella”.

Era todo mentira; un montaje.

¿Cómo se sentiría Sonic si supiera que su “mejor amiga” le miente desde que se conocen?

« Sonic está profundamente enamorado de Tails. »

El hecho de que Amy lo haya dicho con tanta seguridad lo asustó un poco.

¿Sonic, enamorado de él?

No... Ella misma lo dijo, Sonic no está interesado en él, sino en Tails.

« “Tails” no es real. Solo eres tú pretendiendo ser alguien que no eres. »

Si existiera la posibilidad de que Sonic estuviera enamorado de Tails, como Amy mencionó... ¿Continuaría enamorado si se enterara que no es una chica, sino un chico?

Pensar en eso le daba dolor de estómago.

Presumía conocer tan bien a Sonic, pero no podía imaginarse su reacción.

¿Por qué?

¿Por qué no pudo simplemente aclarárselo desde un inicio? Se estaría ahorrando todo este problema.

« ¡Tú tuviste suerte, todo gracias a que te comportas como un llorón! »

Amy estaba molesta cuando dijo eso, y Tails era consciente de eso. Él tampoco había medido sus palabras y probablemente también había dicho cosas hirientes.

Aun así, le dolió lo que dijo. Pero era la verdad, y sería ridículo enojarse con ella por decir la verdad.

Él era un llorón, un cobarde, era débil. Es por eso que había obtenido la atención de Sonic para empezar.

Definitivamente, se merecía todo lo que le estaba ocurriendo.

—Ya llegamos, señorita.

—¿Eh?— La voz del conductor hizo que Tails volviera a la realidad —Ah...— Pronunció, dándose cuenta de que ya habían llegado. Abrió la puerta y se bajó del coche —Muchas gracias.

—Que tenga linda noche.

El zorrito suspiró observando al taxi irse. En cuanto lo perdió de vista por completo, comenzó a dirigirse hasta la entrada de su escuela.

Entonces, se dio cuenta que había un estudiante allí, yendo de un lado a otro mientras murmuraba oraciones incomprensibles y peinaba su cabello nerviosamente.

Un momento... No, cabello no. Púas.

—¿Uh? ¡Tails!— Al darse cuenta de que era el cobalto, Tails no ocultó su sorpresa.

Sonic vestía un elegante traje de tonos oscuros junto a un moño. Pensó que se veía elegante, pero eso fue hasta que notó que usaba sus características zapatillas rojas que usaba para jugar al fútbol... Aquello le hizo soltar una pequeña risa y negar con la cabeza.

Como amaba a ese erizo.

—Sonic...— Toda la tristeza y enojo que lo habían acompañado durante su viaje se esfumaron al verlo otra vez.

—Hey... Luces muy hermosa.— Halagó, y el zorro no pudo evitar sonrojarse.

—Gracias... Tú también te ves genial.

—Gracias.— Dijo rascándose la nuca avergonzado —Bueno... ¿Entramos?— Preguntó, ofreciendo su brazo.

Tails asintió y enganchó su brazo al de Sonic. Posteriormente, entraron juntos en el gran edificio.

Los tacones de Tails resonaban por los vacíos pasillos. En más de una ocasión, al no estar acostumbrado a ese tipo de calzado, el zorrito tropezaba, pero por suerte, su príncipe azul estaba ahí para evitar que algo malo pasara.

—Con cuidado, Tails.

—Lo siento, es mi primera vez usando tacones.

—En serio, yo no sé como es que ustedes las chicas pueden utilizar esas cosas.— Bromeó, haciendo reír a Tails.

Continuaron caminando hasta que llegaron al lugar donde la fiesta se celebraba. La música no podía faltar, había muchos estudiantes bailando, comiendo, compartiendo, riendo...

Sonic hizo uso de su velocidad para buscar dos sillas. También trajo algunos bocadillos de la mesa.

Ambos se sentaron y comenzaron a degustarlos.

—Parece que somos los primeros de nuestro grupo de amigos en llegar.— Mencionó el erizo.

—Sí... ¿Dónde está Knuckles? Creí que vendrías con él.

—Yo creí que vendrías con las chicas.— Dijo, dándole un mordisco a su bocadillo.

—Oh, sí... Ellas se retrasaron.— Mintió —Tú sabes, cosas de chicas.

—Ajá.— Pronunció, dándole otro mordisco a su bocadillo —Knux entró antes que yo, debería estar por aquí.

De pronto, la música animada cambió por una lenta. Todos a su alrededor y al mismo tiempo parecieron comenzar a buscar algo... O, más bien, alguien.

—El baile en parejas ya va a empezar.— Habló el cobalto levantándose de su silla y ofreciéndole una mano al menor —Ven, vamos.

El vulpino tomó su mano y, juntos, se dirigieron hacia la pista, camuflándose entre un montón de parejas listas para comenzar a bailar.

—Realmente no sé cómo funciona esto.— Admitió Tails, comenzando a ponerse nervioso —Jamás participé en algo así.

—La verdad es que yo tampoco...— Dijo el erizo —Pero tengo entendido que comenzamos bailando juntos y por cada vez que cambie la música, debemos separarnos y buscar otra pareja, el que esté cerca, ¿me entiendes?

—Sí, creo que sí...

—Y...— El rubio se sonrojó al sentir de forma repentina las manos del cobalto rodear su cintura —Al final de todo, volveremos para bailar tú y yo.

El rubio asintió, colocando una mano sobre el hombro contrario como vio que hacían las demás personas, para luego, buscar la mano de Sonic y tomarla.

El baile comenzó. Sin quererlo, la mente del vulpino viajó al día anterior, donde había estado ensayando junto a Sonic sus pasos de baile. Por un momento, se sintió como si solo estuvieran ellos dos en el gran lugar.

Estaba muy inmerso en la situación, hasta que la música cambió repentinamente.

—Te veo luego.— Se despidió Sonic, dándose la vuelta para buscar otra pareja.

Tails, con los nervios de punta, hizo lo mismo, encontrándose con la persona con la que menos le habría gustado cruzarse en esos momentos.

Y, al parecer, ella pensó exactamente lo mismo.

—Tails.

—Amy...

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