Lo prohibido a veces llama.

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Llegó la noche, otra vez a ponerme los putos tacones y las incómodas minifaldas para poder traer algo de dinero a casa. Que fastidio.

Hola, me presento, soy la chica de 18 años que trabaja en la noche, sí, soy prostituta. Llevo el cabello con un tono rojo y con flequillo, tengo ojos verdes y mido un metro sesenta. En esta historia no van a saber los nombres, ya que mi trabajo es confidencial y mi identidad también.

Vivo sola en un viejo hotel, para tener 18 años no está nada mal, estoy cómoda. Tengo mi cama en frente del balcón, amo ver la luna mientras fumo un poco de hierba sentada en la cama, son mis momentos de paz. Mi cuarto es un poco antiguo, pero eso no quiere decir que sea feo, yo diría que es rústico. Piso de madera, ventanal enorme, puertas antiguas, en la cocina sólo cabe una persona. Básicamente está hecho para mi.

Se me hace la hora de irme, como siempre, pasa por mi compañero de ruta, el trabaja en enviar leña al pueblo, así que cuando pasa por ahí me deja en la ruta 24, a unos pocos metros del bar nocturno. No es el mejor lugar, pero dejan buena propina. Por si se lo preguntan, no, no me acuesto con el camionero, es mi amigo y tiene una esposa la cual nos envía comida a los dos.  Como siempre, me recoge a eso de las once de la noche, no estamos tan lejos del lugar así que aprovecho a maquillarme en el camión.

- Hoy te produciste más de lo normal querida amiga.
Comentó con una sonrisa de intriga mi compañero.
- No lo sé, siento que va a ser una noche larga.
Respondí con presentimiento.
- Bueno, llegamos. Te me cuidas, sabes que cualquier cosa puedes llamarme, el pueblo queda acá nomas, si me necesitas estoy.
- Lo sé, no te preocupes. Gracias, nos vemos a la vuelta, a no ser que me vaya a un lujoso hotel jaja
- Ya quisieras tener a una vieja con plata en tu vida eh... Jaja.
- Ey, las suggar momis están de moda, además que mejor ¿que una mujer con experiencia?. Jaja.
- Vete de una vez anda, cuidate compa.
- Adiós pesado.
Cerré la puerta del camión y me acomodé la pollera, me retoqué el maquillaje y comencé a caminar hasta llegar al club, está vez estaba lleno, hacía mucho tiempo no estaba tan lleno un viernes por la noche, supongo que hoy me irá mejor.

Me dirijo a la barra, ahí está mi colega barman, tiene el cabello negro y corto, una larga y áspera barba. Siempre usa musculosas blancas y colonias caras. Supongo que el también busca el amor en algún cliente.

- Llegó la nena del condado.
- Siempre tan baboso, me preparas uno?.
- Lo de siempre... Mojito con 5 gotas de limón.
- Me conoces bien, que lleno está aquí hoy, espero irme con un buen dinero.
- Verás que si, hoy más que nada hay muchas lesbianas, quizá hoy te diviertes.
- Bah, espero que sí compa, últimamente mis clientes no me satisfacen mucho.
- Pues, quien dice que esa señorita que está en la otra barra no sea la excepción. Es muy guapa.

No me atrevo a mirar, ya que siento sus ojos en mi cuerpo, prefiero hacer mi técnica y hacerme la difícil.

-Me voy a fumar un poco de hierba.
- Tengo un poco de polvo de hadas, por si queres claro.
- Lo necesito, así que sí compa.

Me dirijo afuera del bar, a un lado donde estacionan las motos y autos de los que vienen por aquí, armo un porro y comienzo a fumar. Que placer más lindo fumar hierba, disfruto mucho más de la noche, ahora va a estar un poco mejor.

-Un poco de coca no le hace mal a nadie.

- Buenas noches, ¿interrumpo algo?.
Escuché una voz femenina muy seductora detrás.
- Interrumpes mis cinco minutos de relax.
- Disculpa, es que te vi pasar y me causaste intriga.

¿Quién es ésta mujer?.

Me parece muy atractiva, no lo pienso negar. Tiene un pelo castaño con californianas, en su cara tiene unas hermosas pecas, unos labios carnosos y tentadores, una linda sonrisa que hace que se le achinen sus ojos cuando lo hace, una voz gruesa pero seductora, es un poco más alta que yo y parece mayor, eso me gusta mucho más. La observe por instantes, no me cuesta nada descifrar a la gente, me di cuenta que tiene esposa, por el anillo que lleva en su mano, le gusta la ropa de cuero al parecer. Tiene puestos unos vaqueros negros y ajustados. Una chaqueta abrigada, va de Converse y lleva un collar de perlas en su cuello. Es demasiado llamativa, nunca la había visto antes.

Lo prohibido a veces llamaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora