— Ya, deja de llorar ¿sí?— me dijo Asta cómo por sexta vez, yo solo lo miré mientras las lágrimas caían por mis ojos.
— ¡Yo tampoco quiero llorar!— le grité secando las gotas de agua que caían por mis ojos, en el momento que empezó mi ataque de llanto ya no pude detenerlo, empecé a llorar por todas las cosas que no pude llorar en el pasado por tener mi máscara de mujer fuerte.— Solo dame un momento, ya voy a dejar de fastidiar.
Asta tomó mis manos y las colocó en misa rodillas, luego procedió a poner las suyas en mis mejillas y limpiar mis lágrimas con ellas:— No lo digo porque me fastidies, es solo que no me siento bien al verte llorar.
Mis ojos se enfocaron en él y mi mente de lleno de los gestos que estaba realizando, en ese momento perdí la cuenta de las veces que mi corazón se aceleró por su cercanía, y aunque tenía muy poca experiencia en todo el campo de las relaciones, podía deducir que Asta me gustaba. Quizá hasta podía ir más lejos que un solo "gustar" pero tuve miedo de indagar más en lo que estaba sintiendo, por eso, decidí distraer mi mente contándole cosas personales que mi sano juicio nunca haría.
— Realmente no odio a mis padres, los amo. Mucho. Tanto que siempre los perdono, pero ahora no puedo hacerlo.— dije bajando mi mirada un lugar fuera de su cara.
— No tengo padres ¿sabes?— no sabía que expresión puso en ese momento, pero, no quise interrumpir de ninguna manera lo que estaba contándome, necesitaba saber más de él de lo que pensaba que sabía en base a rumores.— No sé quiénes son, de dónde son, qué hacen para vivir. No puedo verlos una vez al mes o al año, yo no puedo estar con ellos. No me es posible.— sé que no era educado hacerlo, pero en ese momento me sentí mal por él y nuevas lágrimas cayeron por mis ojos.— No te digo que les perdones todo lo que te hagan, pero quiero que no te arrepientas de nada relacionado con ellos, quiero que puedas atesorar los momentos bonitos aunque sean escasos... Eso es lo que quiero.
Un sollozo salió de entre mis labios y coloqué mis brazos alrededor de su cuerpo para abrazarlo, en ese momento no tenía idea de si me encontraba consolándome a mí misma o él.
El tiempo pasó, sin embargo, no me sentí con la fuerza de separarme de Asta hasta un largo rato, aunque fue un pensamiento cruel, me alegré de que Astas pudiera mantener su conciencia por tiempos prolongados, no como los demás...
— Asta, perdóname.— le dije cuando llegó el momento de ponerme de pie y afrontar el caos que se presentó en mi vida.— Cuando esto pase, te pediré perdón otra vez entonces tienes que perdóname esa vez también ¿sí?— le pregunté con una sonrisa y él solo asintió.— Ve a la enfermería y no salgas de ahí hasta que te llame ¿bien?
Sin mediar palabra me dió un último abrazo y ambos nos pusimos en marcha.
Julius me avisó que mi padre se había instalado en mi aula de laboratorio para poder comenzar lo más pronto posible con la ayuda, debido a que los estudiantes que habían ingerido el líquido estaban en un estado inconsciente aunque despiertos y no eran capaces ni de ir a sus casa, eran como máquinas esperando a ser usadas.
Después de caer en razón quise golpearme, había desperdiciado muchísimo tiempo llorando cuando por mi culpa (parte de ella) algunas personas estaban pasando por una situación de incertidumbre. Muchas preguntas se agolparon en mis pensamientos «¿Están ellos consientes? ¿Sienten dolor? ¿Qué pasará en su interior?» todo eso comenzó a roer en mi cabeza hasta el punto de que cuando llegue al laboratorio y visualice a mi papá trabajando mis sentimientos estaban a un lado y solo me consentiré en darle solución al desastre que estaba pasando.
Tomé mi bata de trabajo, guantes, mascarilla y unos lentes de protección. Mi papá se sintió sorprendido por mi presencia pero no sé atrevió a decir nada. Lentamente le expliqué el proceso de creación y las cosas nuevas que había integrado a la poción luego de que Asta la consumiera; mi papá y yo revisamos los apuntes que había hecho con detenimiento trabado de buscar una solución. Ya muy al anochecer todavía estábamos descomponiendo mis apuntes (ya que no me quedaba poción extra), y con ellos nos pusimos a recrearla, con el tiempo nos dimos cuenta de que nos faltaban ingredientes, por lo que mi papá tuvo que llamar a sus colegas para que nos lo suministrarán.
Solo nos quedaba esperar por ellos.
La espera se hizo larga y con ella mi papá y yo comenzamos a ser conscientes nuevamente del problema que se había creado no hace rato. No habíamos probado bocado en toda la noche por lo que mientras comíamos un paquete de ensalada de papa que siempre guardo en el refrigerador del laboratorio mi papá me habló.
— Sé que te he tratado horrible todos estos años y me disculpo por eso.— mi mirada fue hacia él, estaba sentado en una silla encorvado mirando su paquete de ensalada fijamente.— No sé cómo expresarme, ni siquiera tengo idea de qué hice para que tu mamá se casara conmigo;— una risa, que sonó más como un bufido salió de sus labios— solo quiero que sepas que desde que tu mamá me avisó que venías yo ya te amaba, y sigo amándote, estoy muy orgulloso de todo lo que haces y lo que logras... hoy estaba muy asustado de que te hubiera pasado algo así que reaccioné de esas forma tan fea... Perdóname, hija.
Yo pensaba que no me quedaban lágrimas para derramar, no obstante, lágrimas silenciosas y traicioneras bajaron por mis mejillas.
— Entonces ¿por qué me evitas?— le pregunté, y aunque no fue mi intención, sonó con un ligero tono de reproche.
— Yo actuó como aprendí de mi padre... Y aunque quiero pasar tiempo contigo siempre recuerdo lo sola que te he dejado todos estos años y me avergüenzo, no tengo derecho a querer ser padre ahora.— su mirada se volvió a mí y vi dolor en su mirada.— Mi padre trabajó tanto para que nada me faltara hasta el punto pasaron años y no veía su rostro, pensé que eso era amor, y eso fue lo que traté de hacer... me di cuenta que no era lo que necesitabas muy tarde.
Me acerqué a mi papá y lo abracé, no podía enojarme con él, no después de que abrió su corazón a mí. Sabía que el abuelo era una persona reservada, pero no imaginé que fuera tan frío con mi papá, me sentí culpable por todo lo que la había mencionado anteriormente.
— Lo siento papá.
— No hay nada que disculpar, tu mamá y yo hicimos mal.— dijo mientras ponía sus manos torpemente en mi cabeza e intentaba consolarme.— No quiero prometer nada, sin embargo, desde ahora daré lo mejor de mí para que podamos sentirnos como una familia.
Y ahí en los brazos únicos y cálidos de mi papá, sin saberlo, me quedé dormida.
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Espero que la estén pasando bien en la temporada de fiestas ;)
- Los quiere Lina 💕
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Love potion «Asta»
FanfictionLilent Arlo es una genio, estudia en una de las mejores instituciones educativas del país del Trébol especializada en ciencias, aunque posee un gran intelecto y una gran belleza, es una inadactada social. Asta es un prodigio en los deportes, es un...