Desnudo se acercó a mi, recostándose a mi lado, llevando consigo la charola con frutas que había tomado de la mesa y mientras miraba mi cuerpo, tomó un pequeño jarro de plata y dejó caer encima de mi, un chocolate derretido que se debía usar como salsa para las frutillas. Me ericé otra vez, mi piel reaccionaba con cada contacto al chocolate, desde mi cuello y bajando hasta mi vientre, pensando que se detendría ahí. No fue así. Con su mano, abrió mis piernas para dejar libre el camino hacia su nuevo objetivo, mi vagina. Me llenó de chocolate, con una expresión impenetrable, acariciando suavemente mi clítoris con su pulgar mientras el liquido me invadía por completo.
- Qué rico se ve todo eso - Dijo de manera provocativa, como si disfrutara del panorama ante sus ojos. - ¿Tienes alguna idea de lo que voy a hacerte ahora? - Sonrío.
- No... - Susurré con dificultad. Estaba en un éxtasis absoluto y no me permitía juntar más de dos palabras a la vez.
- Me gusta mucho la comida, no acostumbro a perderla - Me decía mientras saboreaba un poco de chocolate que había en sus dedos - Creo que esta noche voy a comer bien - Mordiéndose el labio con un gesto travieso.
Con su lengua comienza a probar el chocolate desde mi cuello, bajando lentamente hasta mis pechos donde los lame uno a uno, siguió jugando con su lengua entre mis pezones y mientras podía sentir como su erección tocaba mi pierna. El efecto de lo que eso provocaba era alucinante. Mientras baja por mi abdomen, sus manos recorren mi cuello, tomándome con fuerza en un acto de dominación increíble, baja a mis pechos y los aprieta de manera que comencé a gemir de placer. Era increíble como podía lograr que todo mi cuerpo se descontrolara completamente. Sus manos bajaban hasta llevar a mis caderas, donde el deseo de que me penetrara se hacía cada vez más fuerte pero él levanto la mirada para indicarme cual seria el siguiente paso. Su boca comenzó a chupar mi vagina con descontrol, una y otra vez, la tensión en mi vientre era abrumadora pero implacable, me ardía la piel y mientras su lengua jugaba con mi clítoris, mi respiración de acortaba cada vez más, provocando un orgasmo sensacional.
Acercó una de las frutillas a mi vagina y comenzó a masturbarme con ella, dando círculos en mi clítoris y metiendo la punta de la fruta en mí. Jamás me dio tregua. Mi cuerpo aún no sé incorporaba del orgasmo anterior, cuando luego de jugar con la frutilla en mi entrepierna, la mete en su boca de manera sensual y excitante, mientras me mira a los ojos.
- Tu vagina es exquisita. Sabe muy bien - Me susurró mientras pasaba la mitad de la frutilla por sus labios - Muero por estar dentro de ti Victoria.
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Deseo Púrpura
أدب الهواةDesear a otro jamás ha sido tan placentero como cuando logras llevar a siete hombres, Namjoon, Jungkook, Seokjin, Jimin, Taehyung, J-Hope y Yoongi, a las historias más sensuales, ardientes, entretenidas, originales y estimulantes que hayas leído. ...