- Abejas en la nieve - <Quacknoblade>

10.

La noche había llegado más rápido de lo planeado, lo que se suponía era una pequeña visita parecía que se extendería uno o dos días gracias a los fuertes vientos que ahora azotaban violentamente las estructuras que componían la agradable cabaña del Dios de la sangre.

Lo que pronto se había convertido de una conversación agradable entre Philza, Technoblade y Quackity se había alargado más de lo necesario haciendo que ahora el dueño de la casa se viese en la necesidad de traer algunas mantas extras a la sala siendo ayudado con un entusiasmado Tommy y un pequeño y servicial Tubbo que ahora mismo estaba luchando con una almohada grande que cubría su visión más de lo que aquel rizado copete castaño lo hacía de por sí.

- Bien soldaditos- La voz de Techno llamo la atención de los dos chiquillos que reían más de lo que ayudaban - Acomoden las almohadas sobre la alfombra aquí dormiremos

- ¡Yah! Será una pijamada! - Exclamó el cabrito dejando caer la esponjosa almohada que llevaba entre manos, la cual por cierto, estaba bordada con lindos pajaritos negros, cuervos, para ser más exactos.

- Pero no dormirás tan tarde chamaco - Y la voz de Quackity hizo al niño inflar los mofletes seguido de un "Esta bien mami"

Technoblade sonrió ante la escena antes de ayudar a acomodar las almohadas en el suelo, Quackity por su parte regreso secándose las manos en un viejo trapo perteneciente a la cocina (después de todo, se había ofrecido a lavar los platos después de la cena preparada por un emocionado Philza).

- Lamento que no haya mucho espacio por nuestra culpa - Mencionó el aviar menor cuando su figura se posó en el marco de la puerta, su mirada recorrió al pelirrosado de barba poco crecida.

- No te disculpes, no falta espacio - Explicó el piglin antes de acercarse, una sonrisa tenue se posó en su cara normalmente estoica - El viejo dormirá en mi habitación, su espalda de igual manera no aguantaría quedarse en el sofá o en el suelo - Casi suelta una risa cuando recibió una mirada filosa desde alguna parte del pasillo, obviamente Philza reclamando silenciosamente el haber sido llamado viejo - Se llevara a Fundy consigo.

- Me puedo quedar en el suelo con los niños entonces - su propia mirada se paseo a él centro de la vieja sala, observando como Tommy básicamente se había encariñado tremendamente con su niño, así como este de Tommy. Ahora mismo incluso jugaban y bromeaban sobre las sábanas regadas en el suelo. - Creo correcto que tu te quedes el sofá

- No. - Por un segundo su rostro se pintó de colores por lo fuerte que habian sonado sus palabras

"Lo vas a asustar!" Resonaron las voces, regañandolo.

"Bájale dos rallitas a tu tono"

"Techno esta nervioso... lol"

- Me refiero..- suspiró, era un idiota cuando se trataba de sutileza, cada día lo entendía más - Quédate el sofá, aun necesitas descansar bien.

Una risa jocosa emanó del chico frente a él - Eres terco - Recalcó, normalmente Quackity diría algo y este rechazaría la oferta rezando por la comodidad del latino - no estoy tan ñango, no me voy a deshacer si lavo un plato o duermo en el suelo... ya estas haciendo mucho por mi dejándome quedar un par de días.

"Dijo "ñango?" "

"Nos dijo tercos?"

"E"

- Creo que tu eres aún más terco queriendo moverte como si no tuvieras algún hueso roto y mal sanado

- Y así caminé por un chingo de rato pa' sacar a mi chamaco de la casa, dormir en el suelo no es nada.

El acento llevó una curiosa sensación divertida al cerebro del piglin, ya podía agregar otra palabra a la lista de cosas que no entendía de el.

- Tubbo que significa "un chingo?" - Cuestiono el rubio de frenillos deteniéndose al ver a los adultos "coquetear deliberadamente" según sus propias palabras. Esperaba que el chiquillo supiese lo que su propia madre decía.

- Depende. pero es una palabra grosera, si la dices te jalan los pies en la noche.

- Ohh..

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Un paso, otro paso... otro más... nieve nieve nieve y más nieve enterrandose bajo sus gruesas botas de nederita, el frío no es problema para su piel trigueña revestida por un grueso suéter azul pastel y pantalones gruesos que hacían a su de por sí acostumbrado cuerpo, recibir mejor los remolinos violentos de viento que golpeaban sus costados conforme la tormenta se iba haciendo más intensa.

Schaltt no había quitado el dedo del renglón sobre averiguar donde mierda se encontraba su marido. Incluso con una cantidad absurda de alcohol en el sistema, su instinto estaba asquerosamente alterado, era como si en lo más profundo de su mente estuviese una bestia gritando por reclamar su propiedad, y por dios que iba a hacerlo en cuanto supiese en donde demonios se había metido.

Igual... eso podría ser solucionado pronto, en su nariz estaba profundamente impregnado el olor a vainilla y flores de laurel que componían al omega marcado como suyo, y por más que soplase el viento o la distancia los separase, no tardaría demasiado en encontrar al dueño de él embriagante aroma.

Solo debía seguir... un poco más...

Cada día buscaría un poco más lejos... solo debía ser paciente, schaltt era de todo menos paciente.

Es un capítulo cortito pero estoy por meterle putazos a su estabilidad emocional, so, teganme paciencia