𝒀𝒐 𝑻𝒆 𝑨𝒎𝒐 𝒂 𝑻𝒊 | 𝑳𝒆𝒘𝒂𝒏𝒅𝒐𝒘𝒔𝒌𝒊 𝒙 𝑮𝒂𝒗𝒊

𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝒅𝒐𝒄𝒆

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Capítulo doce: Primer Beso.

—Ferran, ¿por qué hueles tan dulce?— preguntó Asensio cuando sus fosas nasales se inundaron de un fuerte olor a chocolate.

—Pensé que eras tú— continuaban sintiendo el olor, calentando el ambiente.

Antes de poder hacer algo, recibieron un fuerte abrazo por parte del más joven del grupo.

—Buenos días— los saludó con una gran sonrisa en el rostro.

Los chicos lo miraron sin entender nada, observando su notoria felicidad. Gavi les plantó un beso en la mejilla a cada uno y se quedo sentado en la cama.

—Voy a salir un rato de la habitación, ¿vale?— soltó una risita y se levantó de la cama, saliendo contento del cuarto.

Se sentaron en la cama al mismo tiempo, sin decir nada, con las mejillas coloradas ante la acción tan sorpresiva de su compañero. Ferran levantó las sabanas para mirar debajo de ellas.

—No puede ser...— se tiró de espalda a la cama, tapándose la cara con las manos.

Por mientras, Gavi caminaba por el pasillo, radiando felicidad, jugando con sus dedos. Parecía que había tenido la mejor noche del sueño, ya no se sentía enfermo y ya no quería estar recostado en la cama. Tenía ganas de entrenar, jugar un partido y ganar.

—¡Gavi!— una voz reconocida lo llamó a sus espaldas, haciéndolo darse vuelta para prestarle atención.

—Pedri...— soltó en voz baja, quedándose parado en su lugar.

—¿Podemos hablar un minuto?— él también se quedó parado en su lugar, tratando de no hacer ningún movimiento brusco.

El más joven se acercó lentamente a su mejor amigo. Hace días no lo veía a la cara, hace días que no lo tenía tan cerca como en ese momento. Podía notar su rostro serio, estaba frío y perdido. Podía ver su intensa mirada sobre él, como movía sus ojos de un lado al otro, como si estuviera observando cada parte de su rostro como si no lo hubiera visto en años.

—¿Sí?— miraba sus ojos, los cuales eran protegidos por unas largas y arqueadas pestañas negras. Se perdió en su profunda mirada.

—Perdóname por lo que ha sucedido el otro día— tomó sus manos y las puso frente a él—. No sé por qué lo he hecho, sabes que jamás te haría daño a propósito. Te prometo que no volverá a suceder, quiero que vuelvas a nuestra habitación.

Le besó el dorso de las manos, mirándolo a los ojos. Para Gavi, las palabras de Pedri eran sinceras y aunque era extraño, él también lo extrañaba, porque era su mejor amigo.

Al ver que no decía nada, continuó.

—Tal vez aún...

—Te perdono— lo interrumpió. Se acercó y lo abrazó por el cuello, escondiendo su rostro ahí—. Sé que no era tu intención.

Pedri se quedó congelado. Sus brazos cayeron a los costados de su cuerpo, con su mirada clavada en un punto fijo a lo largo del pasillo, sintiendo como ese abrazo lo regresaba a la vida, como un calor entraba a su cuerpo. Lentamente envolvió sus brazos en la cintura del contrario, correspondiendo su abrazo. Cerró sus ojos y sintió su olor, reconociendo los que tenía encima.

Abrió lentamente sus ojos, encontrando a Lewandowski charlando con un compañero, caminando en dirección hacia ellos.

Se separó un poco del abrazo y acarició su mejilla, haciendo un rápido movimiento para pasarla hasta su nuca y tomarlo con fuerza, robándole un beso.