Parte 12

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Él solo sonrió e hizo funcionar la ducha para luego meterme en ella y sacó mi máscara, que aún la llevaba conmigo. Tomó un shower gel que se encontraba ahí, puso un poco en sus manos y comenzó a esparcirlo por todo mi cuerpo, moldeando cada rincón de mí, mientras disfrutaba sintiendo una vez más su piel cerca de la mía. Se saca la toalla que tenia amarrada a su diminuta cintura y se mete bajo el agua, contemplando como cada gota recorría su cuerpo perfecto frente a mis ojos. Abre los ojos y sin que me diera cuenta, me abalanza sobre el y comienza a besarme bajo el agua, recorriendo mi cuerpo con sus manos, aferrándome a el y sintiendo como su erección vuelve a rozar mi piel. 

Gira la manilla del agua para apagarla y con una fuerza sobrehumana, me toma en brazos con las piernas abiertas, permitiéndome sentir en mi entrepierna su duro pene, mientras me traslada al cuarto nuevamente, pero esta vez, me posa sobre el sofá estilo moulin rouge color burdeo que se encontraba al costado de los sitiales junto a la mesita con la comida. Me quedo inmóvil ante sus movimientos, nunca podía intuir lo que haría, así que decidí esperar paciente que tenia preparado para mí esta vez. Giró su cuerpo hacia la mesita, destapó otra charola de plata, donde había variedad de sushi, tomó unos palillos y comenzó a elegirlos uno a uno mientras los distribuía en varias partes de mi cuerpo. Partió en mi boca, cuello, sobre ambos pezones, una fila de ellos por mí abdomen hasta mi vientre, usando su imaginación al limite, también puso encima de mi vagina un corte sashimi de salmón y siguió rellenando mis piernas. Los palillos que estaba utilizando eran de un material bastante frio, los metió en una fuente con salsa de soya y empezó a deslizarlos lentamente por mi rostro, mientras no dejaba de mirarme, boquiabierto, como si fuera un plato de comida y continuó bajando por mi cuello, podía sentir como la soya se esparcía por todos lados y así recorrió cada centímetro de mi cuerpo, sin dejar un rincón sin explorar. 

Nadie podrá imaginar jamás la cantidad de sensaciones que sentí en ese momento, no podía reconocerme ni a mi misma, olvidé el contrato, el dinero, a mi amiga Hyo-ri, los planes que teníamos juntas y hasta si me lo pidieran, podría regresar encantada a terminar la carrera de medicina que tanto querían mis padres, el éxtasis que estaba viviendo por este hombre no podría explicarlo ni en siete vidas. Jamás fui fanática del grupo Bts en absoluto, creía, fielmente, que ya no estaba en edad de convertirme en una seguidora de ningún idol, pero eso no quería decir que no conociera a Jungkook, que no supiera que estaba viviendo la experiencia que millones quisieran vivir o haber vivido y que este hombre era, definitivamente, una delicia.

Deseo PúrpuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora