33. Amy no está

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Olivia

Por la mañana siguiente, el golpeteo de una piedra en su ventana la hace despertar. Se acerca un poco más para averiguar qué es, pero se aparta de un impacto contra el cristal, el que casi se rompe. Era Jaiden.

¿Estaba loco o qué? Confundida, abre la ventana y lo observa con el ceño fruncido, él, desde el patio trasero, le enseña una hoja con letras grandes, las cuales dicen: EN LA FUENTE EN 10 MINUTOS.

Al parecer, estuvo al tanto de que Olivia lo leyera por completo, porque luego de que ella dejara de mirar la hoja para mirarlo a él, salió corriendo. Por lo que había entendido, la esperaba en el patio. En la fuente. En diez minutos.

¡En diez minutos! Se alejó de los cristales y se dirigió al baño rápidamente.

Jaiden

Se sentó al borde de la fuente cuando pasaron siete minutos. Mojó su mano en el agua y la secó en su pantalón cuando vio a Olivia aparecer por la puerta trasera.

Se veía un poco dormida aún, como estaba hacía media hora cuando Jaiden pasó por su habitación. Lo que iba a decirle no era bueno, para nada, a ella no le gustaría y le preocuparía. Era evidente, pero no podía ocultárselo, se daría cuenta pronto.

Ella arrastraba los pies mientras entrecerraba los ojos, ya que el sol le daba en la cara y hacía que su cabello brillara, cosa que la hacía ver incluso más bonita. Jaiden sonrió al verla poner una mueca por pisar en el piso húmedo.

Cuando se acercó, también sonrió y se sentó junto a él, luego miró al suelo unos segundos, estaba esperando por él. Estaba esperando que dijera algo, pero incluso Jaiden no sabía qué decirle... o más bien, cómo decirle.

-Olivia- la llamó-. Yo... hoy me he dado cuenta de algo.

Luego de decirlo, carraspeó ruidosamente, incómodo. No era el mejor plan decirle a alguien que su hermana se ha ido y que es peligroso. Olivia subió la mirada hacia él y frunció el ceño.

Luego desvió la mirada, encerrada en sus pensamientos.

Olivia

Era eso, ¿no? Se había arrepentido de haberla besado y de decirle todo aquello. Comenzó a confundirse cada vez más, a la vez que evitaba mirarlo.
Luego lo soltó:

-¿Es por el beso?- enrojecía poco a poco-. Yo... no es necesario mencionarlo, Jaiden. Puedo hacer de cuenta que no pasó nada, de verdad, no hace falta que te sientas culpable o algo... no todas las personas sienten lo mismo que por otras y...

Olivia hablaba a toda velocidad. Por dentro, se sentía mal, agobiada. ¿Había sido todo una mentira? No podía serlo... pero... sí, lo era. ¿Por qué querría hablar con ella sino? Se sentía una tonta.

Jaiden

Olivia estaba confundiendo bastante las cosas, principalmente a Jaiden, quien alzó las palmas hacia el frente para detenerla. No era lo que pensaba. No era ni remotamente similar a lo que ella decía.

-¡No! Olivia, no es eso. No tiene nada que ver con eso...

-Está bien, yo... puedo entenderlo, en serio...- interrumpió ella, aunque en realidad se notaba que no era así.

Ella miraba al suelo, con las mejillas ruborizadas. Jaiden puso sus manos en la cara de Olivia para que lo mirase, ella lo hizo luego de resistirse.

-No tiene nada que ver con eso- le aseguró él-. El beso me ha encantado, de verdad.

Ella giró los ojos.

-No hace falta que me mientas. No me hará sentir mejor- resopló, y era cierto, se sentía mal y una mentira sería peor.

El Legado Del Lobo (I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora