TU TURRITO ━━ ENZULIAN.

OO8 (parte dos)

Transcurría un lunes y Enzo no se había presentado a la facultad.

La mitad de las clases pasaron y fueron más aburridas de lo normal para Julián. Se había acostumbrado a tener los comentarios sarcásticos de Enzo en varias de ellas y dado que se encontraba ausente, la única interacción  que tuvo con otro estudiante fue una pequeña conversación donde solo le preguntaron; "¿había tarea?" él solo negó. No hablaba si no era necesario.

Durante el receso estuvo con Lautaro y Leandro, lo cual fue menos incómodo de lo que pensó. Leandro era demasiado distraído como para darse cuenta de la forma en que lo miraba Martínez.

—Ah, Lauta, mi vieja dijo que hoy podías ir a comer—comentó el rubio, antes de darle un mordisco a su sanguchito.

— ¡Buenisimo! —contestó éste con una sonrisa, que después borró—. Perdón, no puedo. Enzo no vino a las clases y tengo que llevarle los apuntes, al menos de las clases que comparto con él—explico.

—Entonces otro día será—dijo, restándole importancia. 

Y Julián tuvo la idea de hacer su acto bueno del día.

—Yo podría ir—dijo, terminando de beber su jugo.

— ¿A la casa de Leandro?

— ¡Sí! ...Espera, no—corrigió—. A la de Enzo, para entregarle los apuntes. Yo comparto más clases con él y así vos podrías ir a la casa de Leandro. Todos felices, ¿no?

—De una—comentó Leandro.

Lautaro sonrió—. Bueno.

Enzo

Raramente y contrario a muchas personas, Enzo disfrutaba los lunes. Su horario no era tan pesado en la facu y por las tardes tenía la casa para él sólo, puesto que Joaquinha llevaba a Gonza y a Joaco a fútbol y Lucía se iba a canto.

A Enzo le gustaban los lunes. Pero no el estar enfermo.

Sabía que el haber estado jugando con un perro callejero mientras llovía en su camino a casa no iba a tener buenos resultados.

Y acá lo tienen, él en cama con fiebre y la nariz tapada. Además de que había contagiado a Lucía.

—Perfecto—decía su mamá, mientras retiraba la mano de su frente—. Tu fiebre va bajando. Ya es tarde, me voy yendo, acordate que Lucía se queda con vos. Joaqui va a llevar a los chicos en un rato, ¿dale?

Enzo asintió y suspiró minutos después cuando escuchó el auto arrancar.

Se disponía a seguir el ejemplo de su hermana y dormir un poco, pero unos suaves golpeteos en su puerta, seguidos de una cabecita asomándose de ésta lo impidieron.

— ¿Enzo?

Era Lucía.

— ¿Qué quere'?

—Estoy aburrida.

—Dormí.

—Ya lo hice.

—Dormí más.

—No quiero.

—No me importa.

—Juga conmigo. Gonza y Joaco no están, no seas malo.

—Dale. Juguemos a dormir.

— ¡Enzo!

—Ahg, dale Lu—dijo, sentándose en la cama—. ¿No se supone que te duele la cabeza o algo?

La nena negó.

El mayor volvió a suspirar.

—Bueno, ¿a qué quere' jugar?

—Quiero que tomes el té conmigo. Si queres podes invitar a tus amigos—dijo, señalando los peluches—. Te espero en mi pieza—y se fue.

Enzo admiraba el cómo aún enferma (más grave que él, cabe destacar) su hermanita aún tenía energías. Los nenes eran raros.

Se puso sus pantuflas, tomó una figura del hombre araña de peluche que reposaba en su cama y, aún con la manta sobre él, fue al cuarto de la nena.

—Bueno, Lu, ya estoy acá y el señor...—miró el peluche, pensando un nombre—...Juli también, ¿qué hacemos?

—Ponete esto, hoy te toca ser un príncipe—dijo, dándole una pequeña corona—. Ahora sentate, yo voy a preparar todo.

Enzo se sentó en la alfombra, enfrente a una pequeña mesita. Pensaba que estar sentado casi en el frío suelo solo empeoraría su situación, pero no le importó puesto que hoy le tocaba ser un príncipe.

Acomodó al Sr. Juli a un lado suyo y pacientemente se dispuso a esperar a que su hermana terminara.

— ¡Listo! —Festejó cuando puso al último muñequito en la mesa—. Ya podemos empezar—mencionó, con una sonrisa.

Y empezaron.

El mayor de los Fernández, literalmente había olvidado lo que era jugar con infantes, puesto que casi siembre rechazaba el jugar con sus hermanas. Se sorprendió de la imaginación que poseía Lucía, la cual le explicaba quiénes eran cada muñequito y por qué estaban tomando el té con él, el Príncipe Enzo.

El Sr. Juli era su consejero. Y Lucía...no tenía muy claro que rol hacía la niña pero parecía ser importante.

A mediados del juego, tocaron el timbre

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se lo q prometí, se q les dije en un rato subía el otro y etc etc pero bue, m enferme y estuve (sigo) del orto, asi q espero q comprendan, las aprecio <3