20.

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—¡No puedo creer que lograste doblegar el corazón de ese ogro! —Jisung tapa su boca mientras abre los ojos como platos.

Como siempre, Hyunjin y Jisung no pudieron esperar a que les contara lo que viví en nuestro corto viaje.

—No es tan malo cómo creen.

—Uhm... Parece que alguien está cayendo... —canturrea Hyunjin.

—Nada que ver —niego con cara de disgusto—. Creo que sólo me agrada su lado amable.

—Jisung y yo somos amables todo el tiempo, y no te veo hablando así de nosotros.

—¿Así, cómo?

—Deberías ver tu cara mientras nos cuentas.

—¡Ay, por favor! Sólo lo dicen para molestarme. Y en todo caso, supongo que me gusta cuando es amable porque no siempre es así, en cambio ustedes sí.

—No pongas excusas.

—No me gusta, en serio.

—Claro... Sigue engañándote —Han me mira de reojo—. ¡Espera! ¿No dijiste que te gustaba Changbin?

—¡Deja de gritar! —gruño entre dientes— Dije que nos estábamos volviendo cercanos.

—¿Quién crees que es mejor? —pregunta Hyunjin con ojos llenos de intriga, logrando que Jisung me mire de la misma forma.

—Ustedes dos.

—Fuera de eso.

—Bueno... En todo caso, elegiría a Changbin porque él es más paciente y amable al trato.

—¡Te gusta Changbin! Con razón te gusta estar en su área.

—Cómo digas, Han.

Yo río negando. Si supieran que es una mentira para encubrir lo que realmente siento... ¿Pero qué es lo que realmente siento? Ni siquiera yo lo sé y por eso no quiero precipitarme a decir cosas.

—Bueno, ¡basta de charlas! —Han se levanta— Debo irme porque tengo mucho que hacer.

—Yo igual —le sigue Hyunjin—. Suerte con tu queridísimo gerente.

—Gracias. —sonrío falsa y después viro los ojos.

Yo tambien dejo el despacho para ver si Minho ya llegó. Lo busqué en cuanto llegué, pero el señor Lee me informó que estaba ausente porque estaba atendiendo un asunto fuera de la compañía. ¿Adivinen a dónde fue? Al centro de donación. Minho dona sangre de vez en cuando para personas con infecciones sanguíneas. Eso es tan dulce de su parte.

Cada día me siento más dichosa por conocer su verdadero yo.

Tras abandonar la oficina, lo veo hablando con Hwamin cerca de la fotocopiadora. Ella presume una tierna sonrisa mientras lo mira directamente y por momentos ríe tímida ante lo que sea que Minho le esté diciendo.

«En definitiva le gusta Minho», pienso al estudiar su comportamiento. Espero que sepa lo odioso y malhumorado que es.

Permanezco a una distancia prudente y espero a que terminen de hablar, lo cual está tomando más tiempo de lo que debería. ¿De qué tanto hablan? Hwamin le entrega una bolsita de papel, le sonríe por última vez y finalmente se aleja.

Camino hacia Minho con una sonrisa insinuante y él suspira pesado al notar mi proximidad.

—Buen día. Tan temprano y ya andas cazando.

—¿De qué estás hablando?

—Hwamin.

—No empieces.

Grietas del Corazón ; Lee MinhoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora