Un recopilado de aquéllos vehículos usados antes, durante y después del primer conflicto de escala mundial, de igual modo una explicación a aquellos vehículos opacados por otros más reconocibles.
De todos los proyectos monumentales y disparatados de la época del primer conflicto mundial, este sin duda fue el más fantasioso en todo el Imperio Ruso, dejando muy en alto el término "Acorazado Terrestre" y haciendo ver cómo "juguetes" los proyectos megalomaniacos del segundo conflicto mundial.
El Oboi fue una serie de planos enviados al alto mando ruso, salidos de la mente y manos del ingeniero Ivan Semchishin. El imagino tal cuál; un gran ovoide, y cuándo se refiere a "gran" es porque lo era. La estructura de este ovoide mediria unos 605 metros de alto y unos 960 metros de largo.
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Cuando se le cuestionó el como funcionaria tal armatoste el ingeniero Semchishin declaró. Usando motores, centrales eléctricas, péndulos, poleas, sistemas de equilibrio y grandes eslabones de cadenas para su movimiento. No sé específica mucho que tipo de motores se usaría, pero aseguraba que este proyecto tendría una velocidad de 320 kilómetros por hora.
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El Oboi tal cual fue pensado para llevar una gran cantidad de personal; se estima que sobrepasaba el centenar, únicamente para el correcto funcionamiento de los sistemas de movimiento. Además de tener todas las comodidades necesarias para la tripulación cómo por ejemplo un sistema de plomería, dormitorios, cafeterías y zonas de recreación Pero no por ello estaría desprotegido ya que su blindaje se estimo en los 100 milímetros.
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El armamento era variado en calibres, así como en cantidad. Se usaban escotillas dispuestas alrededor del casco para poder disparar, así como mencionar que aún tendrían varios cañones y obuses cómo reserva para repartir y mover, al igual que infantería.
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En varias cartas Semchishin aseguraba que el Oboi no le tomaría mucho en llegar a Berlín y someterlo, tan solo en un par de horas cruzaría todo el frente y aplastaría cualquier fortaleza que intentará poner resistencia.
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Pero como todo proyecto monumental plasmado en papel se debió de descartar rápidamente, no solo por lo complicado de hacer, si no también por lo costoso, la poca capacidad industrial de Rusia en aquella época, además de que algo de aquellas dimensiones era imposible de ocultar.
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