4: sativa

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  Marzo se caracterizaba por ser el mejor mes del año, según Lola. El verano se despedía con climas templados. No hacia el calor infernal de enero, pero tampoco llegaba el frío poco soportable de junio. El otoño por fin hacia presencia. Las noches eran frescas y despejadas, dándole lugar a la luna para iluminar las calles azules de Buenos Aires. En una de esas calles, se encontraba el departamento de Lola y Pablo, lugar donde se formaría una de las bandas más importantes de los años noventa y, también, el lugar donde uno de los jugadores de fútbol más emblemáticos del país transcurriria su adolescencia y primeros años de juventud.

—Bueno, ¿quedamos con Eruca Sativa, o no? —Preguntó Brenda, la bajista, mientras se prendía un cigarrillo.
  Luego de el exitoso show en el bar, las tres quedaron para formar la banda definitiva. Tenian objetivos a largo plazo muy similares, complementaban bien juntas y eran potentes tocando. Habían pasado tres semanas desde que formaron la banda, y las demás veces que tocaron fueron éxitos rotundos. Sus nombres comenzaban a circular por la escena underground de Buenos Aires.

—Apaga eso, por favor —Lola le indicaba a su compañera — O de ultima anda al balcón.

—Perdón, pensé que fumabas.

—Si, pero vivo con un deportista, y el tema de ser fumador indirecto es jodido. No quiero que tenga dificultades por los restos de humo —Brenda comprendió la situación y apagó el tabaco, fumaria más tarde.

—¿Vivís con tu novio?—Preguntó la bajista.
Lola río. Antes de que pudiera decir algo, Flora dio su opinión respecto al futuro nombre de la agrupación.

—Eruca Sativa me gusta. Representa lo que vamos a tocar. Un ritmo salvaje y transversal.

—Si, es buen nombre —Incitó la menor — Pero no me puedo quedar como vocalista. Tengo problemas en las cuerdas vocales, y quiero poner toda mi atención en la guitarra.

—Si... tenemos que buscar una buena voz—Dijo Flora —Hay mucha gente que nos ve, seguro alguno se prende.
  El ruido de la puerta cerrarse llamó la atención del trío de chicas. Era Pablo. El reloj marcaba las ocho y media, había terminado su entrenamiento del día. Hoy, un poco más tarde de lo normal.

—Hola... —Dijo un poco tímido — No sabia que ibas a traer gente—Miro a Lola con un poco de vergüenza. No le molestaba, para nada, pero le sorprendió. Estaba un poco impresentable, con la remera de River toda transpirada, al igual que su cara y su pelo.

—Dios, perdón. Me olvidé de avisarte, fue improvisado pero ya terminamos—Lola se excusó rápidamente, no le gustaba hacerlo pasar momentos incómodos.

—Me estas jodiendo que vivis con Pablo Aimar — Flora quedó sorprendida después de ver a dicha persona cruzar la puerta del departamento.
  Pablo ni siquiera había debutado en River, pero su nombre ya sonaba por las afueras del estadio y las calles porteñas. Tenia ya un poco de fama gracias a sus jugadas, más entre los jóvenes. Así que no era de extrañar que gente de alrededores de la cancha de River ya conocieran su nombre.

—Me estas jodiendo que Pablo Aimar es tu novio

—¿Qué? —Al segundo que Brenda hizo tal comentario, los tres se miraron y al unísono soltaron la pregunta. Flora no entendía en que momento Lola dijo que tenía novio, capaz se le paso desapercibido.
  Pablo, por su parte, gritaba por dentro. Aguantaba la sonrisa para no delatarse frente al grupo de chicas.
  Lola se limitó a bufar y dar una vaga explicación, pero era suficiente para dejar las cosas en claro.

—No es mi novio, somos amigos. Vivimos juntos porque yo sé lo ofrecí—Lola manejaba una serenidad total en ciertos temas, a comparación de Pablo. Este se hubiera puesto a la defensiva en un instante, Lola solo respondía con la verdad, sin dar vueltas.

—Yo mejor me voy a bañar. Un gusto, chicas —Pablo hizo un gesto de saludo con la mano el cual las demás correspondieron junto a una sonrisa amable. Segundos después ya no se encontraba más en aquella habitación.

—¡Ah! Ya entiendo. Tiene sentido— Respondio Brenda — Igual, que locura que vivas con Pablo Aimar.

—Mal boluda, ¿de dónde se conocen? — Preguntó Flora.

—Somos amigos desde muy chiquitos, nos conocimos en un club de fútbol. No sé como, pero terminamos siendo muy cercanos.

—¿Jugabas al fútbol? Mira vos —Flora cada vez quedaba más sorprendida de la información personal que compartía su compañera. Era interesante, nunca había conocido a una chica que jugara tal deporte masculino. Era una época con algunos prejuicios.

—Si, mi viejo es el dueño de ahí, el club. Hasta jugue en la liga profesional femenina de Boca en Córdoba —Comentó divertida — Pero no quiero hablar mucho de mi vida pasada, hablemos de la banda. Tengo algunas canciones originales que podemos ir viendo, si quieren.

  Las demás estuvieron de acuerdo. Las melodías comenzaron a surgir, las letras que Lola tenía sin terminar por fin lograron llegar a una conclusión coherente. El avance de tal grupo era rápido y consistente.
  Pablo aún seguía en la bañera, mirando al techo, pensando en cómo Lola respondió al comentario de una de sus compañeras ¿Por qué lo decía con tan poca importancia? Cada vez que él creía tener una señal por parte de su amiga, había otro factor que anulaba su ilusión. Ella lo confundía cada día más, o capaz era él el que distorsionaba los hechos para que su mente juegue a su favor.
  Que paja pensó, y siguió con lo suyo.

♡♡♡

28.12.22

menos de 900 palabras, cortito porque no encontraba como seguir complementando el capitulo. en un rato subo uno más.

  eruca sativa es una banda real, las tomé directamente para agregarlas pq me gusta mucho su música jkjjj aguante el rock alternativo argentino, más si son pibas.

  leo todo los comentarios que ponen, me hace re feliz saber que les está gustando, cosa que también me sorprende bastante, así que gracias de verdad ♡♡ espero mantenerlo así.

-lud

1990 | Pablo AimarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora