Prologo

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Un par de años habían pasado después de la cuarta guerra ninja y todas las aldeas vivían en algún tipo de paz. Muchas personas perdieron a sus seres queridos debido a los sucesos de esta batalla de sangre contra quienes decían que querían llegar a la paz.

En la Aldea de la hoja estaba nevando y un chico de piel pálida, cabellera tan amarilla como un girasol y unos ojos, ojos azules hipnotizantes que a la vez se veían... Vacíos.   Este chico tenia unas facciones hermosas y un conjunto de seis bigotes que lo hacían ver tan tierno y tan salvaje a la vez. 

El chico iba caminando, la nieve caía en su rostro mientras miraba al cielo con esos ojos, ojos que estremecían al que quisiera hacer contacto visual con el, ojos que reflejaban una inmensa soledad. ojos que pedían todo y nada a la vez.

El Dolor que sufrió este chico cuando se entero de toda la verdad era inimaginable.

Le dolía estar solo pero desde pequeño se acostumbro, tenia miedo a las personas, ansiedad social y problemas de autoestima que no dejaba ver para que las personas que lo querían no se preocuparan por el y no pensaran que era alguien débil.

Se dio cuenta que la gente cambiaba por la situación que pasaban, el no los culpaba pero no entendía la hipocresía que tenían todas esas personas, personas que antes le hicieron tanto daño y ahora quieren estar a su alrededor, el no lo comprendía y mientras mas lo pensaba mas se enfadaba con todos, poco a poco empezó a pensar que los verdaderos amigos y el verdadero amor no existían y que eran mas bien algo por conveniencia.

  -Como puedo amar a alguien, si no se lo que significa el amor, como voy a tener empatía por alguien si conmigo nadie la tuvo, porque debo de ser yo el generoso, por que los demás no pueden, que demonios les cuesta.

Estos eran sus pensamientos, Naruto Uzumaki estaba cambiando y no pensaba que la gente se merecía ya mas nada de el.

  -Kami-sama ayúdame a hacer lo correcto, ya no entiendo nada, no se que hacer..

Dijo el rubio con una pequeña lagrima empezando a formarse en su ojo. Ni siquiera dejo que esa lagrima terminara de formarse cuando se limpio y siguió caminando..

  -Ya es hora de volver a casa.

Dijo, y unos pasos después se desvió para ir de camino a su "Hogar" si se le podía llamar así.

Próximo Capitulo: 1. Lo que nos unió.

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