Lucerys ha sido nombrado heredero de Driftmark pero ahora deberá mantenerse en la capital y soportar el acoso y las humillaciones de Aemond con tal de no arruinar los planes de su familia para tomar el trono de hierro.
Sin embargo, siguiendo los co...
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Alyssa.
Cuando llegué a Dragonstone odiaba a todos —incluidos Viserys y Aegon—, era exagerado pero no me importaba. Antes de sentir afecto por Lucerys o tener mi drama con Jace, Rhaena y yo creamos un lazo de hermandad sincero.
Ella era dulce y amable con una clase de sensatez única. Por otro lado, mi padre la ignoraba por su ausencia de dragón, así que eso fue un claro detonante para nuestra relación.
Desde que estamos en la capital no he podido reunirme con ella como quiero, pero justo ahora es legítimo verla.
Inmediatamente después de abrir las puertas de la habitación de Rhaena, noto que no está sola. Lejos de eso, tiene a tres cortesanas bordando, una septa, mi hermano Viserys y algunas criadas.
Que fastidio.
—¿Cómo está yendo tú día? —pregunto a modo de saludo a la vez que tomo a Viserys de las manos de una mujer regordeta que nunca había visto.
Que raro, no sabía que Rhaenyra ya confíaba en las criadas de la capital.
—Logré un nuevo estilo de bordado, Helaena y yo estuvimos juntas toda la mañana —me comenta palmeando un espacio a lado suyo para que me siente.
—Que agradable sería tener tus habilidades —me siento a su lado.
Abrazo al pequeño Viserys y él me sonríe de regreso. Mis hermanos son los niños más dulces y tiernos que he conocido. Siempre que los veo tengo que ignorar los recuerdos de cuando los odiaba.
Se arrecuesta en mi pecho y suspira cerrando los ojos.
—Bueno, tienes otras habilidades —me sonríe maliciosamente.
—Oh, cállate.
—¿No has encontrado diversión aquí? Hay mucha más variedad que en Dragonstone —susurra solo para mí.
—No he tenido tiempo, además estoy teniendo otro tipo de diversión.
Su mirada es escéptica pero deja el tema atrás. Rhaena nunca me ha presionado sobre explicaciones.
—Helaena me regaló un libro de bordados, mira.
Me enseña un pequeño libro rosado que tomo pasando las hojas con descuido, parece que el color ha llamado la atención de Viserys que ahora se levanta a mirar los dibujos.
Cuando llego a la última hoja, me percato que está pegada, le hago fuerza para despegarla y la mitad de ella cede rompiéndose.
Hay una frase grabada en el cartón, está toda rayada, pero es legible.
❝La oscuridad se come al sol y como pago uno de los hilos de la misma rueca es cortado❞
—¿Qué es eso? —pregunta Rhaena asomándose para leer pero Viserys toma el libro y lo empieza a mover.
