FOR A MINUTE, terence higgs

⠀⠀⠀⠀⠀004⠀ ▌ dedicate a win

Para ser honestos, el partido había empezado bastante parejo. Los jugadores de ambos equipos eran muy buenos, sobre todo Jacob y Terence, aunque el que más destacaba era Marcus Flint. A Anthea él no le agradaba mucho, encontraba que su personalidad era un poco molesta, pero nunca había hablado con él y en verdad, ella no lo conocía del todo ¿Estaba mal por juzgarlo sin saber mucho sobre él?

── ¿Por qué no me lo dijiste? ── inquirió Anthea cuando el partido iba ya por la mitad ──. Yo nunca voy a juzgarte, sin importar qué.

Percy la miró, intentaba no hacerle caso porque no quería hablar del tema, pero su hermana quería dejar muy claro que lo apoyaba, que no pasaba nada si estaba enamorado de su mejor amigo. Anthea no iba a dejarlo nunca de lado ni lo discriminaría porque era su hermano y de las personas más importantes en su vida ¿Cómo podía abandonarlo cuando estaba atravesando por algo tan complicado? Lo más difícil siempre era la autoaceptación.

── Percy, sé que no es el momento ni mucho menos el lugar, pero...

── Entonces cállate ── exigió el pecoso, mirando hacía donde se hallaban los jugadores.

Los marcadores habían cambiado, Slytherin había caído bastante, y parecía ser que la victoria se cernería sobre la casa azul. Pero siempre se podía hacer un movimiento que lograse cambiar las tornas del juego, y no solo en el ámbito deportivo.

── Solo quiero que sepas que somos hermanos pase lo que pase.

── ¿Y qué es lo que va a pasar, según tú? Nada, esto no va a afectar en nada porque no vas a decírselo a nadie.

── No, claro que no le diré a nadie, es tú decisión si quieres vivir con eso oculto si prefieres ser libre ── Anthea en verdad quería que Percy se sintiera seguro con ella, que la viera como una persona que iba a apoyarlo y que no lo abandonaría sin importar si le gustaban o no los chicos.

Él era una de las personas más importantes para Anthea Weasley, no solo era su hermana, también era su melliza. Una parte de él siempre estaría con ella pese a cualquier cosa que pudiera distanciarlos en el futuro.

── ¿Ser libre? ¡Ja! ── fue una risa seca, carente de gracia ──. Lo único que voy a ganar si digo que también me gustan los chicos es el desprecio de las personas, van a verme como un bicho raro y tú no podrías defenderme, aunque quisieras hacerlo. Tu ansiedad te lo impide.

── Percy... ── ella no podía creer que estuviera hablando de eso con tanta libertad, como si el tema de su orientación sexual y los ataques de pánico y ansiedad que ella sufrían fuera la misma cosa. Ambas cosas podían llevarlos a la muerte, y ninguna era más o menos importante que la otra, pero no estaban relacionadas entre sí ── ¿Estás invalidándote a través de mi salud mental? Porque la de los dos es importante, no solo la mía.

── No hermana, tú puedes controlarte con mi ayuda o la de Charlie, incluso Higgs te ha ayudado con eso, pero yo no puedo cambiar quién soy. Lo tuyo es más grave, no es un secreto y te hace sufrir, lo mío puede mantenerse en las sombras y nadie va a morir.

── Tú sí, deja de hacer como que no te importa ¿Nunca has pensando que tal vez Jacob no te vea como un enfermo? O que quizás mamá y papá si van a aceptarte porque al final, eres su hijo y nos aman a los ocho por igual.

── Nuestros padres son lo de menos, yo ya sé que están en contra de la homosexualidad ── Anthea se llevó una mano a la boca, como si eso le sorprendiera tanto. Había olvidado el partido de Quidditch por completo, ni siquiera estaba prestando atención, no sabía quién iba ganando y quién estaba perdiendo ──. Lo han dicho millones de veces, como si olvidaran que mamá salió con una chica en su juventud, pero murió.

── No puedo creer que en verdad piensen así.

── Bueno, así son las cosas, no podemos cambiar sus pensamientos. Nos toca sobrellevarlo y ocultarnos, incluso si no queremos hacerlo.

El partido estaba a pocos minutos de terminar y se veía claramente que Ravenclaw llevaba la delantera por mucho, ya no había nada que hacer por las serpientes más que brindarles apoyo moral al finalizar.

── Debes decírselo.

── ¿Qué? ¿De qué estás hablando?

── Que debes decírselo. Jacob merece saber tus sentimientos, no creo que vaya a enfadarse, en el peor de los casos se burlaría o te rechazaría, pero...

── No se burlaría porque, aunque no lo creas, lo conozco mejor que tú ── Madame Hooch tocó el silbato, dando por finalizado el partido con una gran diferencia de siete anotaciones a favor de Ravenclaw, además de que Jacob había atrapado la snitch dorada ──. Y no, no se merece nada, son mis emociones y es mi decisión, Anthea. No voy a confesar algo que podría arruinar mi vida.

Se quedó en silencio, ambos lo hicieron en realidad.

── ¡Anthea! ¿Viste eso? ¡Ganamos! ── Jacob Decroix llegó en su escoba hacía la tarima en la que su mejor amiga se hallaba junto al hermano de esta ──. Gracias por venir, aunque no haya sido por mí.

── ¡Estoy muy feliz por ti! Me alegra que hayan ganado el partido, están mucho más cerca de la copa de Quidditch.

── Sí, no puedo creerlo ── respondió el chico, sonriendo avergonzado ──. Ah... Percy, gracias por venir también.

── ¿De nada? ── murmuró, aunque su tono era más de pregunta que de otra cosa.

── Te dedico mi victoria, Weasley.

── ¿A quién se lo dices? ── inquirió la pelirroja.

── ¡Adivina! ── y se elevó en su escoba, alejándose de allí entre risas que con facilidad podían interpretarse como una burla, pero eran de nervios.

Y Anthea era un poco más lista, porque no requirió mucho esfuerzo para darse cuenta de que Jacob no la estaba mirando a ella.