32. EL INICIO

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   Hui de casa a mis 12 años

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   Hui de casa a mis 12 años.
Mi madre era adicta. Jamás se hizo cargo de nosotros. Apostaba en juegos de mesa, en esos bares asquerosos, para poder comprar sus bebidas y drogas.
   Mi padre era un maltratador y abusivo. Mi odio creció por ellos, el día que lo descubrí abusando de mi hermana mayor y queriendo hacerlo con mi hermana más chica. Mi madre ocultaba todo.
   Los golpes los recibía yo. Simplemente por existir.
   Una tarde, mis padres no tenían dinero para comprar sus porquerías. Fue la última vez que vi a mi hermana mayor. De alguna extraña forma desapareció. Cuando quise averiguarlo, mi padre me golpeó tanto hasta dejarme inconsciente y con un par de costillas fracturada.
   Mi hermana pequeña comenzó a tener una enfermedad, la cual la hacía llorar cada noche. Mis padres, bajo el efecto de las drogas y el alcohol, decidieron acabar con la vida de ella. Encontré el cuerpo de mi hermana sobre su cama. Estaba seguro que mi vida corría peligro y que próximamente seguía yo.
   Esa noche, mientras mis padres dormían, junte mis cosas y tomé la muñeca de mi hermana menor. Tomé una cuchilla de la cocina y sin hacer ruido caminé hacia la habitación de mis padres.
   Apuñale sus espaldas con odio. Recordando todo lo que nos habían hecho. Sintiendo un placer extraño. Venganza, algo nuevo.
   Corrí, antes de que la policía pudiera encontrarlos.
Me senté en una parada de autobús, esperando de alguna forma ser rescatado. Pensando a donde ir.
    De pronto un auto de alta gama se detuvo frente a mí. La ventanilla bajo y entonces lo vi por primera vez.
   — ¿Jeon Jungkook? —inquirió. Asentí lentamente—. Sé lo que has hecho. La policía te busca ahora mismo. Puedes quedarte aquí o venir conmigo a un nuevo hogar.
   Me pareció algo extraño. Mis padres no eran del tipo que te decían "no te acerques a la gente extraña", sin embargo era un niño, tenía miedo. Aun así acepté. La idea de vivir en un instituto de menores era terrible comparado con vivir con un extraño.
   Subí al auto. El hombre me colocó su tapado para poder entrar en calor. El silencio no era incómodo. De hecho me quedé dormido durante el viaje.
   —Jungkook, despierta —susurró delicadamente—. Llegamos.
   Abrí mis ojos. Frente a mí una enorme mansión. Un jardín extenso. Estatuas y fuentes. Rosas y muchos arbole. Otros niños de mi edad jugando a lo lejos.
   —Vivirás aquí. Este es tu nuevo hogar —sonrió.
   — ¿Es un orfanato?
   —No. Solo es mi casa. Me gusta ayudar a quienes han tenido una vida injusta —caminó delante de mí—. Ven, te mostraré la casa.
   Una alfombra color vino, adornaba la escalera de mármol. El piso me recordaba al ajedrez que solía jugar mi padre. Blanco y negro.
   Los sirvientes se acercaron para tomar el tapado del dueño de la casa.
   —Llévenlo a su habitación. Denle ropa nueva y quemen la vieja —observó la muñeca—. Quieres conservarla, ¿verdad? —asentí aferrándome más a ella—. Dime, ¿de quién era?
   —De mi hermanita.
   — ¿Cuál era su nombre?
   —Lara.
   —Bien. Arreglen a Lara, por favor —ordenó—. Ve a darte un baño. Te espero en el jardín. Trae a tu muñeca.
   Tarde un buen tiempo en la bañera. Jamás había tenido un baño tan lujoso. Me permití jugar con las burbujas. 
   En la cama tenía la ropa lista. Una pequeña camisa blanca y pantalón negro. Demasiado formal, pero era mucho mejor que mi remera con agujeros y pantalón corto. La muñeca estaba allí. Limpia y arreglada.
   Baje al jardín. Allí estaban los niños jugando y aquel hombre que me había traído aquí.
   — ¡Jungkook! ¡Chicos, acérquense! —los niños detuvieron su juego con la pelota y caminaron detrás de él—. Bien, él es Jungkook. Es nuevo aquí, espero sepan darle una cálida bienvenida. Le enseñaremos lo que sabemos y lo incluiremos en nuestra vida. ¿De acuerdo? —los niños asintieron—. Bien, preséntense.
   —Hola, soy Saddie —una rubia, con cara de pocos amigos, se acercó haciendo una débil sonrisa.
   —Yo soy Jimin —el castaño estrechó mi mano con una sonrisa un poco mas cálida.
   —Hola, mi nombre es Taehyung, un gusto —parecía ser un anciano atrapado en el cuerpo de un niño. Muy modesto.
   —Bien, disfruta de tu nueva vida aquí Jungkook. Puedes buscarme en mi despacho si me necesitas —dio unos pasos para alejarse—. Oh, lo olvidé. Saddie te ayudará con tu muñeca. Si tú quieres, claro. Ella luego te explicara —ladeó una sonrisa.
   —Señor, disculpe —corrí hacia él—. ¿Cuál es su nombre?
   —Cierto, no me presenté —sacudió mi cabellera—. Mi nombre es Min Yoongi.


El Hotel [+18] - Jeon JungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora