Capítulo 7

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Narra Irem

Cogió su pistola y me apuntó.

Solté el aire de mis pulmones cuando se escucharon disparos fuera y todos se pusieron alerta.

── ¡Acaben con ellos y no dejen que entren aquí! ──Le hicieron caso.

Se agachó y con una navaja cortó la cuerda que tenía amarrado mis pies y mis manos. Me sujetó por el cabello y me hizo caminar. Metí mi pié haciendo que se callera, cuando iba a correr, metió los suyos y me caí. Se lanzó sobre mí mientras sonreía. Se veía feo por culpa de lo que le hice en el labio.

── No irás a ninguna parte, primero tienen que matarme.

Estuvimos forcejeando, logré acabar encima de él, le quité el arma y me puse de pié mientras lo apuntaba.

── ¿Qué estás haciendo puta niña? No sabes usar eso, suéltala.

── Si para salir de aquí tengo que matarte, eso haré ──Quité el seguro y sin vuelta atrás, disparé en su cabeza.

Narra Kian

Entré justo cuando la ví disparar. Se llevó una mano a la boca y caminó hacia atrás.

── ¡Irem! ──Me acerqué corriendo cuando me vió, la abracé a mí── Sé que la primera vez es impactante, pero piensa en que ese te iba a hacer daño, que no era una buena persona y tú tenías que defenderte.

Se separó un poco de mí. Limpió sus lágrimas y enseguida frunció el ceño.

── Kian...

── Estaré bien, no te preocupes. ¿No te hicieron nada? ──La revisé, negó con la cabeza.

── No dejé que me tocaran.

Sonreí.

── Bien, me alegra escuchar eso ──Le quité la pistola de la mano── Tenemos que llevárnosla porque tiene tus huellas.

Asintió.

── Vamos.

Caminé delante. Cuando me tomó de la mano, la miré sonriendo.

Narra Irem

Mientras salíamos, me fui fijando en todos los muertos.
Nouel me abrió la puerta trasera de un coche, tiré de la mano de Kian.

── Sube atrás conmigo.

── De acuerdo.

En cuanto subimos, Noeul arrancó.

── Cuando estemos delante de los otros guardias, mantén la distancia ──Lo dijo en alto. Fruncí el ceño y apunté hacia Nouel── Delante de él no hace falta, ya lo sabe.

Hice una pequeña sonrisa.

── ¿Qué sabe?

Apoyó la cabeza en el asiento y cerró los ojos.

── Señorita Irem, intente mantenerlo despierto, sería peligroso que se desmaye teniendo esa bala en el hombro. Póngale esto sobre la herida y haga presión ──Cogí la toalla pequeña que me pasó, cuando hice presión sobre la herida, se quejó.

── Lo siento. Kian...

── Mmm.

── Mírame.

Giró la cara hacia mí y abrió los ojos un poco.

── No te duermas.

Lo mantuve hablando a las fuerzas.
Cuando llegamos, sus compañeros lo bajaron del coche y se lo llevaron.

── ¡Hija!

── ¡Papá! ──Me acerqué corriendo y lo abracé. Mamá se unió al abrazo.

── ¿Te hicieron algo?

── No. Puse en práctica lo que me enseñó Kian. Por favor, llama a un doctor, le dispararon.

── ¿Qué? ──Se separó de mí── Luego seguimos hablando, ¿de acuerdo? ──Asentí. Se fue por donde se llevaron a Kian.

── Vamos, debes estar cansada.

Me acompañó hasta mi habitación y entró conmigo al baño. Preparó la bañera mientras yo me desvestía.

── Cielo, ¿de verdad que no te tocaron?

── Lo intentaron muchas veces, pero no dejé que pasara.

──¿Pasó algo más? Pareces ida.

── Yo...──Sentí como me tembló el labio inferior. Se acercó a mí y tomó mi mano── Le disparé a un señor.

── Cariño ──Me abrazó y acarició mi cabeza── Te entiendo, la primera vez es la más traumante. Yo tuve que hacerlo porque otra persona iba a dispararle a tu padre ──Me separé para verla── Si yo no lo hubiese hecho, tu padre estaría muerto. Si tú no hubieras disparado, lo más probable es que tú...──Le tembló la voz── Olvidémoslo, no puedo ni imaginarme eso. Lo importante es que supiste aplicar lo que te enseñó Kian y que te ha traído de regreso.

Asentí.

── Quiero verlo.

── Dúchate, come algo y descansa. Cuando el doctor diga que podemos verlo, te avisaré.

── Está bien.

Me metí en la bañera. Duré mucho rato ahí metida.
Me vestí con un chandal cómodo y me acerqué al desayuno que dejaron en mi mesa. Solo comí la fruta y bajé.

── Cielo, ¿a dónde vas?

── Mamá, te dije que quiero verlo.

── Aún no terminaron.

── No importa.

Salí y fui hacia el gimnasio, probablemente lo tuvieran ahí, ya que ahí dentro hay una habitación que es como una enfermería.
No me equivocaba, me encontré con papá sentado fuera de la habitación.

── Princesa, ¿qué haces aquí? Deberías estar descansando.

── Descansaré cuando Kian esté bien.

Me senté a su lado.

Mucho más tarde, Noeul salió, pidió permiso y se alejó corriendo. Volvió con otros dos compañeros.

── ¿Qué pasa? ──Pregunté.

── Le sacaron la bala, le dieron puntos y ahora lo llevaremos a su habitación ──Informó.

Me puse de pié.

Sacaron a Kian en la camilla. Estaba pálido y manchado de sangre.
Papá y yo los seguimos hasta la habitación de él.
La habitación de Kian era la única que estaba alejada de la habitación de los otros, era como una pequeña casita para él.
Cuando entraron dentro, miré a papá.

── Deja que me quede con él, por favor.

── Irem...

── Te lo ruego. Si subo a mi habitación, no estaré tranquila y no podré dormir.

Suspiró.

── De acuerdo. Si pasa cualquier cosa, llama a Nouel e infórmale.

── Vale.

── Luego hablaremos de lo ocurrido ──Asentí.

Yo entré dentro y escuché como le avisaba a Nouel de que me quedaría en la habitación.
Cerré la puerta y observé todo. La cama estaba en medio de la habitación. En una esquina, había un armario negro y en otra, un sillón negro. Le gusta el negro, eso siempre ha quedado claro.
Él estaba tumbado en el borde de la cama.
Fui hasta su baño, cogí un cubo pequeño que encontré y una toalla. Lo limpié con mucho cuidado.
Cuando terminé, me quité los zapatos y me tumbé a su lado.

── Despierta pronto, por favor.

Desperté porque su cuerpo se estaba moviendo.
Llevé la mano a su frente, tenía fiebre y estaba sudando.
Le puse una toalla fría en la frente y sequé su sudor.

La hija del presidente Donde viven las historias. Descúbrelo ahora