Capítulo 19: Fríamente calculado.

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"Con frecuencia el hombre cree estar conduciéndose a sí mismo cuando es conducido, y mientras con su mente tiende a una meta, su corazón le arrastra insensiblemente hacia otra."

François de la Rochefoucauld

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Steven Carter ingresó a aquella sala especial en el subsuelo del laboratorio secreto de la Fundación. El lugar estaba iluminado por una tenue luz azulina y un agradable olor a rosas, no era primera vez que estaba ahí, ya lo había hecho en innumerables ocasiones, por tanto, se movió por la estancia como siempre lo hacía, con confianza y naturalidad. Arregló las flores en el florero quitando los pétalos que habían caído y se mantenían a los costados, luego observó el monitor del soporte vital que avanzaba con calma y sin irregularidades y luego alzó las colchas que mantenían a esa mujer sobre la camilla tibia.

Nombre: Hua Kuai.

Sexo: femenino.

Edad: 2439.

Especie: humana.

Tras darle un vistazo, se giró hacia la otra cama en la cual había otra persona también conectado a un respirador mecánico, hizo lo mismo que la primera, le acomodó las rosas y luego le subió la manta hasta la mitad del pecho.

Nombre: Sima Tan.

Sexo: masculino.

Edad: 2600.

Especie: humana.

Le quedó mirando por varios segundos, aquel rostro marcado por las arrugas y ese blanco cabello, al igual que Hua Kuai, la cual se diferenciaba por poseer su albo cabello peinado en una trenza... Steven Carter miró ahora las bolsas de suero máanico, las diminutas partículas doradas flotaban sobre el plasma... Debería cambiarlas pronto por otras.

De pronto algo pasó... Escuchó ese sonido agudo constante y, dando la media vuelta, dejó aquella habitación. Ingresó con paso veloz a aquella sala de experimentos y se acercó a la mesa de acero del centro... la pantalla de monitoreo cardiaco mostraba una fina línea continua... el niño unido a él por los electrodos había muerto al convertirse en una estatua de sal... Ese humano no había resistido los implantes de maana divino de origen oniro... y para cuando los monitores de los otros dos niños también reprodujeron el sonido que anunciaba la muerte de aquellos sujetos de prueba, con los 3 experimentos obteniendo el mismo resultado, Steven suspiró... Había fallado otra vez... ese suero no era suficiente, al menos no de esa sepa de oniro...

El resultado se repetía una y otra vez...






>>Cuando solo habían pasado 98 años desde el inicio del imperio Huandi, el Emperador Amarillo, iniciador del imperio Chino tras largas guerras de unificación, Fuzhou o Fuchou, como la llamaban los extranjeros, era un pequeño pueblo cerca de la gruta sagrada Yongguan de la cual decían que emergían espíritus de la montaña, como una localidad netamente de pescaderos y recolectores de mar, y que además tenía esos rumores de presencias sobrenaturales, no era mayormente visitada, y el emperador Huandi no parecía tener aún un gran interés en esas tierras, por tanto, después de haber distribuido su imperio en cinco reinos principales, entre los cuales estaba la casta Wang, le cedió las regiones más perimetrales de su alcance a terratenientes que, desde el inicio de su conquista, le habían sido fiel; la familia Sima, una larga estirpe de eruditos a pesar de ser simples humanos, fueron premiados con la región de Fuzhou, que a pesar de no ser tan "interesante" a nivel económico, sí lo era en el plano espiritual. Sima Yiu fue padre del Sima Tan I, y él durante su primer gobierno había fundado las pagodas blanca (Bai Ta) y negra (Wu Ta) como lugares de oración y erudición, tras su muerte fue el turno de Sima Tan de seguir con su trabajo... y para cuando fue el turno de Sima Quian I, su hijo, en el año 2540 a.C, 58 años antes del término del periodo de gobierno del Emperador Amarillo, creó en la isla de Báishān, frente a las costas de Fuzhou, una aldea en donde comenzó a recoger a todo aquel Bù quèdìng que encontraba, denominación que le dio a todos aquello que eran más que humanos, pero menos que dioses, su fascinación por entender el poder del emperador Huandi, le llevó a la fundación de Báishān. Pronto aquello llamó la atención de Wang Chanming, media hermana del rey Wang Yeo, y así también permitió la peregrinación de otros eruditos y alquimistas que buscaban puestos de funcionarios públicos imperiales, Lou Min fue uno de ellos convirtiéndose pronto en uno de los eruditos principales de Báishān... Lou Min era el verdadero nombre de Steven Carter...

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