V: ¿Por qué no le escuchas?
Propone.
V: No digo que vayas a perdonarle, pero...
- Joder Vero, es que no te he contado nada.
Suspiro arrastrando mis lágrimas, aunque con el conocimiento que volverán a aparecer cuando le repita la historia a mi amiga.
V: Pues estás tardando.
- Sí que le escuché.
Le cuento.
- Sebastián le tenia amenazado con quitarle a su sobrina, y así llegó a trabajar con nosotros, pero dice que se enamoró de mi, y el plan se le fue a tomar por culo.
Resumo sollozando.
V: ¿Le crees?
Me obliga a reflexionar.
- No lo sé.
Sollozo.
- Ha intentado hablar conmigo varias veces más, pero me he negado.
Le cuento.
V: ¿Por qué?
- Me duele demasiado verle.
Reconozco evitando decir también que me consume por dentro saber que le sigo queriendo a pesar de desear con todas mis fuerzas odiarle.
- Hace tres semanas que me manda una rosa cada día, con un mensaje prometiéndome que me quiere, que no va a dejar de luchar por mi, o simplemente pidiéndome perdón.
V: ¿A dónde están?
Su mirada recorre el salón.
- En la basura.
V: ¿En serio, tía?
- Necesito olvidarme de él, Vero.
Explico.
- Además hace dos semanas que ni aparece.
Le cuento.
- Las flores las trae un chico de la floristería, pero Mateo ya no me busca.
Confieso un poco extrañada.
- La primera semana me llamaba cuando el chico se iba, aunque yo no se lo cogiera, me esperaba junto al coche para hablar conmigo o lo que fuera... luego solo llegaron las flores, con la carta de su puño y letra, pero nada más.
Sorbo la nariz.
- Y hoy ni el de la floristería ha aparecido.
Suelto una risa irónica, tratando de esconder mi dolor.
- Igual ya se rindió.
El disimulo del que he tirado da paso al llanto.
V: O que ha pasado algo.
Propone, pero me niego a esa opción. Me muero si a Mateo le pasa algo.
V: Nena, estás pillada hasta las trancas y le quieres.
Valora.
V: Y las dos sabemos que serias muy feliz con él.
Su sinceridad me quema.
V: ¿Crees que podrías perdonarle?
- No sé, Vero.
Hago una pausa pensativa.
- Me mintió.
Le recuerdo llena de dolor.
- Y sigo sin estar segura si él está enamorado de mi o todo sigue siendo una farsa.
Me mira compasiva.
- Pero tampoco quiero que deje de intentarlo.
Admito con timidez.
- Porque yo sí estoy enamorada de él.
Me abraza en silencio dejando que llore sobre su hombro.
V: ¿Y Sebastián?
Se aventura a preguntar cuando me calmo.
V: ¿Cómo ha sido verle después de... tanto?
Durante años le comenté a Vero que si volviese a verle, creía que volvería a caer en sus redes, a amarle, a necesitarle, pero las cosas han cambiado tanto en estos últimos meses...
- Le he odiado mas que nunca.
Prometo.
- Jamás creí que reencontrarme con el sería así...
V: ¿Esperas a alguien?
El timbre interrumpe nuestra conversación.
- No.
V: Voy yo.
Se ofrece amable. Mi cara es un cuadro.
V: Nena, ha llegado tu flor.
Anuncia.
V: Y no la trae el de la floristería...
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Todos los secretos (Segunda parte)
RomanceUna historia en la que TODOS tienen algo que ocultar