Capítulo 229

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V: ¿Por qué no le escuchas?

Propone.

V: No digo que vayas a perdonarle, pero...

- Joder Vero, es que no te he contado nada.

Suspiro arrastrando mis lágrimas, aunque con el conocimiento que volverán a aparecer cuando le repita la historia a mi amiga.

V: Pues estás tardando.

- Sí que le escuché.

Le cuento.

- Sebastián le tenia amenazado con quitarle a su sobrina, y así llegó a trabajar con nosotros, pero dice que se enamoró de mi, y el plan se le fue a tomar por culo.

Resumo sollozando.

V: ¿Le crees?

Me obliga a reflexionar.

- No lo sé.

Sollozo.

- Ha intentado hablar conmigo varias veces más, pero me he negado.

Le cuento.

V: ¿Por qué?

- Me duele demasiado verle.

Reconozco evitando decir también que me consume por dentro saber que le sigo queriendo a pesar de desear con todas mis fuerzas odiarle.

- Hace tres semanas que me manda una rosa cada día, con un mensaje prometiéndome que me quiere, que no va a dejar de luchar por mi, o simplemente pidiéndome perdón.

V: ¿A dónde están?

Su mirada recorre el salón.

- En la basura.

V: ¿En serio, tía?

- Necesito olvidarme de él, Vero.

Explico.

- Además hace dos semanas que ni aparece.

Le cuento.

- Las flores las trae un chico de la floristería, pero Mateo ya no me busca.

Confieso un poco extrañada.

- La primera semana me llamaba cuando el chico se iba, aunque yo no se lo cogiera, me esperaba junto al coche para hablar conmigo o lo que fuera... luego solo llegaron las flores, con la carta de su puño y letra, pero nada más.

Sorbo la nariz.

- Y hoy ni el de la floristería ha aparecido.

Suelto una risa irónica, tratando de esconder mi dolor.

- Igual ya se rindió.

El disimulo del que he tirado da paso al llanto.

V: O que ha pasado algo.

Propone, pero me niego a esa opción. Me muero si a Mateo le pasa algo.

V: Nena, estás pillada hasta las trancas y le quieres.

Valora.

V: Y las dos sabemos que serias muy feliz con él.

Su sinceridad me quema.

V: ¿Crees que podrías perdonarle?

- No sé, Vero.

Hago una pausa pensativa.

- Me mintió.

Le recuerdo llena de dolor.

- Y sigo sin estar segura si él está enamorado de mi o todo sigue siendo una farsa.

Me mira compasiva.

- Pero tampoco quiero que deje de intentarlo.

Admito con timidez.

- Porque yo sí estoy enamorada de él.

Me abraza en silencio dejando que llore sobre su hombro.

V: ¿Y Sebastián?

Se aventura a preguntar cuando me calmo.

V: ¿Cómo ha sido verle después de... tanto?

Durante años le comenté a Vero que si volviese a verle, creía que volvería a caer en sus redes, a amarle, a necesitarle, pero las cosas han cambiado tanto en estos últimos meses...

- Le he odiado mas que nunca.

Prometo.

- Jamás creí que reencontrarme con el sería así...

V: ¿Esperas a alguien?

El timbre interrumpe nuestra conversación.

- No.

V: Voy yo.

Se ofrece amable. Mi cara es un cuadro.

V: Nena, ha llegado tu flor.

Anuncia.

V: Y no la trae el de la floristería...

Todos los secretos (Segunda parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora