Capítulo 7 "El Zorro y EL Sueño"

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Vampire Academy (POV Dimitri) (TRADUCCIÓN) por LizzieMaría85

Descargo responsabilidad Lamentablemente no tengo los derechos de autor material esos pertenecen a Richelle Mead.

Está trama está escrita por Gigi256

Sólo me encargó de traducirla al idioma español en está plataforma.

Capítulo 7 "El Zorro y EL Sueño"

Incluso antes de que mis ojos se enfocaron en los alrededores, pude oler la sangre y el persistente hedor de la muerte en el aire.
Me tomó menos de un segundo empuñar mi estaca, y sólo unos momentos más para entrar por la puerta trasera de la casa. Mi corazón latía con fuerza mientras me dirigía hacia la parte delantera de la casa rumbo a la sala de estar. Ocasionalmente miraba hacia un lado y hacia el otro en busca de amenazas pero ya sabía que hacía mucho tiempo que se habían ido. Finalmente, mientras mis pies me guiaban automáticamente hacia el final de la horrible escena, lo vi, Iván. Había tenido este sueño... pesadilla... recuerdo tantas veces que ni siquiera traté de encontrar su pulso. Simplemente miré fijamente a mi mejor amigo, el Moroi que estaba a mi cargo. Dejé que la culpa me embargara cómo lo había hecho tantas veces. Justo a su lado estaba mi compañero, Stefan Radu. Su cuello estaba torcido en un ángulo extraño y sus ojos me miraban fijamente, vacíos y acusadores."¿Dónde estabas?" parecían decirme. Quería rogar por su perdon, pero ya era demasiado tarde. Siempre era demasiado tarde.

Mi estaca cayo de mis manos mientras caia de rodillas. No tenía caso tratar de salvarlos ahora. Simplemente me quedé viendo a los dos hombres frente a mí. Empecé a preguntar ¿Y si...? ¿Y si hubiera mandado al Guardián Radu a recoger las cosas que faltaban para la cena de esa noche y haberme quedado con Iván? ¿Y si simplemente hubiera esperado para dejar el paquete de mi familia en la oficina postal? ¿Y si hubiera insistido para que ocurriera conmigo? ¿Y si hubiera escogido otra hora y otro día para hacer esas diligencias insignificantes?

De repente una mano se posó suavemente en mi hombro. Estaba tan concentrado en la escena frente a mí que ni siquiera había escuchado que alguien se acercaba. Había comenzado a empuñar mi estaca de nuevo cuando escuché su voz-. No deberías culparte. No podía haber previsto esto y no es tu culpa. Ellos lo saben, tú lo sabes, y yo lo sé. Ellos no querrían que revivieran este momento noche tras noche. Al contrario, ellos querrían que lo superaras y siguieras adelante, que los recordaras y que vivieras tu vida con alegría y no con dolor y remordimiento.

La voz era familiar, reconfortante. Había escuchado estas mismas palabras (o algo parecido a ellas) de otros, pero por una vez no parecían de lástima o decepcionadas. Por una vez creí en ellas. El dolor y la culpa no se desvanecieron pero cedieron un poco. Sentí el deseo de seguir adelante en lugar de vivir en el pasado.

Finalmente arranqué la mirada de los cuerpos sin vida de mis amigos para mirar a la persona junto a mí. La sorpresa de ver quién era casi superó el shock de ver la muerte rondando tan cerca. Aunque nunca antes había tenido un visitante, alguien que me consolara durante estos sueños, ella era la última persona que esperaba ver aquí. Tal vez mi madre, mi abuela, o incluso mis hermanas. Quizás hasta mi propia mentora Galina, no Rose.

Pero ahí estaba Rose. Su cabello caía sobre su espalda como una cortina ondeando suavemente al viento. Una pequeña sonrisa jugueteaba en sus labios, triste y esperanzada. Pero lo que me sorprendió más fueron sus ojos. Eran café oscuro e interminablemente profundos. En ellos había aceptación, promesas, entendimiento, y algo completamente irreconocible aunque desesperadamente esencial. Me sorprendió encontrar todo lo que necesitaba en su rostro.

Toqué se mano que aún descansaba sobre mi hombro, mientras me paraba a su lado. Mis dedos hormigueaban con electricidad donde nuestra piel se tocaba. Ya no estaba de rodillas, pero todavía sentía una admiración reverente hacia este ángel misericordioso que parecía comprender mi dolor y llevárselo lejos. En sus ojos y su sonrisa me ofrecía todo lo que mi corazón siempre había deseado. Todo lo que tenía que hacer era estirar mi mano para tomarlo y aceptarlo. Sentí el deseo de tomarla simplemente en mis brazos y nunca dejarla ir. Su sonrisa se intensificó cuando me acerqué un paso cerrando el poco espacio entre nosotros mientras estiraba mi brazo para abrazarla antes...

Academia de Vampiros desde el punto de vista de Dimitri Belikov Donde viven las historias. Descúbrelo ahora