Love in the dark

7. No te cases

• Song: Young and beautiful- Lana del Rey Orchestral version

-Mi nombre es Ashton Lennox, soy el Rey de Sikurzoi y vengo a desposar a la princesa Elentari.-

Elentari quedó completamente paralizada no comprendía que estaba sucediendo, por otro lado El Oscuro estaba lleno de ira, quien era el y por qué estaba pidiendo la mano de su princesa.

En aquel salón solo se escuchan cuchicheos de todos los invitados y grishas, mientras que El Rey recibía muy emocionado a Ashton.

Elentari salió corriendo de ahi dándole una vista rápida a Aleksander, una vez fuera del palacio se encontraba en el jardín de este sentada en un banco.

- Así que te casaras- dijo una voz atrás de ella, no tenía que voltear porque reconocería en cualquier lugar esa voz.

-No me casare, no importa que, mis padres no pueden obligarme- contesto Elentari enfadada

- O amor claro que lo harás, si los reyes de Ravka lo piden así será- dijo Aleksander indiferente.

- Pues no lo haré, es mi decisión- hablo la Princesa levantándose del banco y rodeándolo hasta quedar frente a su amante.

-Lo mejor es que vuelvas, escuches lo que tienen que decir y después tomaremos una decisión juntos, yo te ayudaré- le contesto acunando su mejilla con la palma de su mano.

Los dos proceden a caminar de vuelta al palacio, una vez adentro Elentari se posiciona frente al Rey Ashton...

-Te escucho- le dijo está dándole la espalda y caminado hacia el comedor para que la siguiera.

Los dos entraron al comedor donde los padres y reyes de Ravka los esperaban, una vez ahí hablaron sobre el porqué del matrimonio y como esto habría muchas puertas para el reino.

Regresaron al Salón donde todos estaban esperando para dar inicio a la demostración de Alina, una vez pasado su acto y demostrar que ella era la invocadora todos se retiraron creyendo y deseando que fuera la esperanza que necesitaban para destruir la sombra.

La noche cayó, era una noche oscura y mas fría que las otras pero aun así se veían las estrellas, aquellas estrellas que iluminan el paso de la princesa que va escondiéndose entre las sombras camino a ver a su amante.

Una vez que llega al pequeño palacio y nadie la ve se dirige al cuarto del oscuro, donde hace aquel toque secreto, después de un adelante la princesa se adentra al cuarto.

- ¿Estás ocupado?- pregunta la rubia viendo como este leía un libro.

-Para ti nunca amor- dijo Aleksander dejando su libro a un lado.

-Creo que me casare- hablo la princesa nerviosa, jugando con sus manos.

-Felicidades, ojala vivan felices para siempre- Aleksander hablaba con un tono de indiferencia y enojo.

-¿No te importa?- Elentari dijo decepcionada.

-Claro que me importa pero que puedo hacer, si ese es tu deseo adelante- Aleksander dijo desviando la mirada de ella hacia la ventana

-No, no es mi deseo y lo sabes perfectamente es solo que...-

-¿Que?-

-Estuve pensándolo y es lo mejor para el reino, todas esas posibilidades y no tendríamos que preocuparnos mas- la princesa se acerco hacia el quedando justo enfrente.

-No amor no estas pensándolo bien, tenemos a Alina, ella con mi ayuda destruirá la sombra y tu podrás reinar, conmigo a un lado por supuesto, como tantas veces lo hemos planeado.- Aleksander la acerco mas a el haciendo que ella quedara sentada en sus piernas.

-Si tienes razón, Alina es nuestra nueva esperanza, no quiero casarme con alguien a quien no amo.-

-Por su puesto que no- Dijo el pelinegro mirandola a los ojos.

-Yo te amo, te amo a ti Aleksander.-

El general la miro y unió sus labios con los de ella, haciendo que Elentari posicionara sus manos en su cuello y acariciara su cabello.
El la levanto con un solo movimiento permitiéndole a ella enrollar sus piernas en su cadera, mientras el la dirigía hacia la cama, posicionándola en ella con delicadeza como si de un valioso cristal se tratase.
Empezó a quitar la delicada tela de su camisón dejándola completamente descubierta.
Elentari cerró sus ojos dejándose llevar por la embriagadora sensación de placer que se expandía por todo su cuerpo.

Al abrirlos encontró sus ojos grises viéndola con pasión y "amor".

-No te cases, eres mía- dijo él con algo de enojo en su voz.

Los besos de kirigan recorrían de forma húmeda el cuerpo de la princesa, mientras ella acariciaba su cabello, esa noche los dos terminaron fundiéndose como uno solo, aquella noche donde la princesa era buscada por todo el palacio.