CAPÍTULO 86

709 57 43
                                    

ATENCIÓN: CONTENIDO SENSIBLE. LEER BAJO RESPONSABILIDAD XD




CAPÍTULO 86

Sus besos se fueron desvaneciendo lentamente, como si el aire se estuviera esfumando de la habitación.  Me sentí arrastrada hacia la cama, sus manos recorriendo mi espalda con una suave insistencia por un contacto más próximo. Mi respiración se entrecortaba, como un eco de la pasión que amenazaba con arder dentro de mí.  Sus labios se posaron en mi cuello, una caricia caliente que me recorrió de punta a punta dónde sentí un leve escalofrío, una mezcla de deseo y nervios, que me inundaba por completo.

  Sus labios se posaron en mi cuello, una caricia caliente que me recorrió de punta a punta dónde sentí un leve escalofrío, una mezcla de deseo y nervios, que me inundaba por completo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Me dejé caer sobre la cama, sintiendo el suave acolchado bajo mi espalda. Sus manos se deslizaron por mis piernas, una caricia ligera que me recorrió como una corriente eléctrica.  Se detuvo en mi cintura, sus dedos trazando un círculo suave.  Su mirada se encontró con la mía, intensa y llena de deseo, donde se inclinó sobre mí, sus labios rozando los míos en un beso lento y profundo.  Era un beso que no buscaba apresurarse, sino que se extendía en el tiempo, alimentando una necesidad que se expandía dentro de mí.

Sus besos descendieron por mi cuello, dejando un rastro de fuego a su paso, erizando cada centímetro de miel.  Mi cuerpo temblaba con cada roce, cada suspiro que escapaba de mis labios de manera involuntaria y su mano se detuvo en el borde de mi blusa, un obstáculo que lo frustraba levemente.  Negó con la cabeza, con una sonrisa divertida que me hizo sonreír también.  No podía resistirme a sus besos, a esa adicción que me tenía cautiva.

Con una gentileza inesperada, me ayudó a levantarme y me sentó sobre sus piernas.  Era una posición familiar, un eco de la última vez que habíamos estado juntos, aunque el tormento ya no me invadía. Sus manos se deslizaron por mi espalda, desabrochando mi blusa con un movimiento suave y experto.  Yo, sin pensarlo dos veces, hice lo mismo con la suya.

Mi mano se deslizó por su pecho, recorriendo la superficie caliente de su piel, sintiendo el latido de su corazón bajo mis dedos, un ritmo frenético que se contagió a mi propio cuerpo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Mi mano se deslizó por su pecho, recorriendo la superficie caliente de su piel, sintiendo el latido de su corazón bajo mis dedos, un ritmo frenético que se contagió a mi propio cuerpo. 

—No puedo controlarme, Sam...—Susurró, con voz ronca  y le devolví una sonrisa, sintiendo la misma necesidad arder en mi interior.

Se movió con una suavidad para cambiar de posición y  dejarme sin aliento, acomodándose para poder acariciarme con libertad.  Sus besos se deslizaron por mi abdomen, una lluvia caliente que me recorría la piel. Allí  se detuvo en mi cicatriz, besándola con una ternura que me hizo olvidar el dolor que la había causado.  Era como si sus labios fueran un bálsamo que sanaba la herida, no solo física, sino también emocional.  Una de sus manos recorría mis pechos con un movimiento circular, algo excitante, mientras que la otra se deslizaba por mi muslo, una caricia suave que me hacía estremecer.

CICATRICES [FINALIZADA ✓]   |+18|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora