Cartas perdidas

Todavía espero una llamada, un mensaje, una luz o señal de vida tuya. A pesar de que ha pasado casi un año de que comenzó todo, aquí te extraño. Jamás pensé que terminarían las cosas de esta manera. No se porque sigo esperando algo que no es real, que mayormente nunca lo fue para ti. Las lágrimas que sigo derramando por ti, los momentos que sigo repitiendo en mi cabeza para no perder la esperanza de encontrarnos de nuevo. Tu no me quisiste y lo entiendo, jamás lo hiciste y no fue tu culpa el no quererme. Se que tampoco tenía que enamorarme porque eso fue lo que me pasó a mi, me enamoré de alguien que no existe mayormente. El solamente existía en las llamadas largas, en los textos y en los momentos que estábamos a solas. Lo más que duele es que nunca fue nada físico, ninguna atracción y ninguna lujuria de por medio. Lo que yo sentí fue una personalidad y un sentimiento que me lleno y me llevo poco a poco a caer en este agrio enredo. Yo solo esperaba ese día que me lo dijeras tú, no ella. Ella me tuvo tres meses en un patín confundiéndome contigo; diciendo que me querías y que yo también y que debiéramos estar juntos, que mayormente decía que estábamos enamorados. Ella me indujo a este enredo que estoy segura que tú sabías porque ella se hace llamar tu mejor amiga, tu compañera del alma, tu hermana de toda la vida.
No tan solo eso, enveneno a la persona que más quería en esta vida. Si sabías cómo iban las cosas y como demostrabas cosas que no tenían que ser expresadas porque éramos solo amigos, porque me tratabas como tuya si nunca lo quisiste enserio. Siempre te coloqué primero, abrí mi corazón, mi alma, mi todo hacía ti, sin embargo lo tomaste todo y lo utilizaste como un juego de cinema para entretener a tus amigas. El día que ella llamó, fue un martes en la tarde que jamás olvidaré, y se rio de mi por la llamada, diciéndome todo lo peor, porque ya sabían que me tenías a tu merced, ya era tarde para mi detenerme pero, los sentimientos ya estaban y aun siguen encendidos como una vela, como el mismo sol. Todos me dicen que debo de dejarlo ir, dejarte ir, seguir adelante. Jamás sabré porque lo hiciste y creo que eso es lo que me detiene a seguir  adelante, de olvidarte y pasar esa página que tanto me dolió reeler por tanta ternura y dolor que ella posee. Espero volver a verte, el día que sea esperare a escucharte y tenerte una vez más como aquella larga noche donde comenzó todo.