•Amigos de siempre • Tilo x tu [pokémon Sol y Luna]

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Toqué la puerta de la casa de Tilo. Esperé una respuesta por más de dos minutos pero nadie respondió. Litten me arañaba los zapatos mientras esperaba.

—¿Tilo?—pregunté tocando la puerta de nuevo—¿Estás despierto?

Un chico de cabellos verdes revueltos abrió la puerta.

—¿Que quieres t/n? Son las seis de la mañana, ni siquiera ha amanecido.

—Ya... Pero dijimos de vernos hoy también ¿No?

—Hum... Bueno pasa.

Entré a la casa de mi amigo y me fui a su cuarto. Vi a rowlet durmiendo en la cama. Me senté en el borde de la misma. Tilo entró a la habitación frotándose los ojos. Yo lo miré. Estaba muy adorable medio dormido.

—Que lindo—se me escaparon las palas

—¿Qué?—dijo él

—Este... Rowlet, digo que es muy lindo durmiendo—dije tratando de arreglar mi error.

Tilo bostezó.

—¿Que querías t/n?¿Para que vienes a las seis de la mañana?

La respuesta honesta habría sido decirle que me moría por verlo y por hablar con el porque quería besarlo cada vez que lo veía pero no podía decirle eso directamente así que me inventé una respuesta.

—Había pensado que tú y yo podíamos ir a combatir contra algunos pokémon a la hierba alta—dije improvisando una respuesta.

—Hm... ¡De acuerdo!—exclamó Tilo despertando a rowlet

—¡Row!—dijo rowlet asustado al oír a Tilo

—Uy, perdón rowlet

Yo me reí. Litten se tumbó a mis pies.

Tilo se sentó a mi lado y volvió a bostezar.
Sentí una gran ansia por tomar por los hombros a mi amigo y tumbarlo sobre mi regazo, pero no lo hice porque, ¿Cómo reaccionaria él? ¿Y si se molesta? Conociéndolo seguramente se dejaría y le daría igual, o no entendería que estaba haciendo.
En su lugar tomé a litten, lo coloqué en mi regazo y comencé a acariciarlo

—¿Hay algún pokémon que quieras capturar?—le pregunté a Tilo

Él dudó por un momento.

—¡Un raichu!—dijo al fin—¡Son tan adorables!

—¡Si, son super lindos!—dije yo también—¿Has visto alguno? Es súper cute ver cómo flotan sobre la cola

Tilo se dejó caer hacia atras, sobre su cama u tomó a rowlet entre sus brazos, abrazándolo.

Yo solo lo observé con una sonrisa en mis labios.

—Bueno, ¿Cuándo vamos a por unos combates?

—Espera que me vista, no voy a salir en pijama—dijo mi amigo levantándose de la cama.

—Oh, claro—me volteé para que él se cambiase.

Mientras miraba a la pared se me subieron los colores al imaginar a Tilo sin ropa. Mis ojos se desviaron hacia atrás y pude ver a Tilo sin camisa. Me llevé las manos a la cara y me tapé los ojos. Noté que mi cara ardía. No era la primera ver qué lo veía sin camisa, puesto que a veces íbamos a la playa ya lo había visto sólo con el bañador pero de todas maneras me emocionaba verlo así.

—¡Ya he terminado t/n! Ya puedes darte la vuelta.

Me volteé de nuevo. Tilo traía su habitual camiseta negra y sus shorts naranja.

—¡V-vale!—dije aún con la cara roja.

—¿Estás bien?—preguntó el peliverde—Tienes la cara roja.