DM

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Julian escucha la bocina y la piel se le enciende. Había estado esperando a Lisandro algo más de media hora, casi cuarenta minutos. No tenía muchos planes, es más, ya estaba en pijama cuando se le iluminó el celular con una notificación de instagram, eran ya casi las 11 de la noche.

"Estas? Te paso a buscar"

Julian dudó en contestarle, no porque le faltaran ganas, sino porque nunca había estado solo con Lisandro. Las veces que habían salido juntos, siempre era entre amigos, Enzo o el Cuti llenando el silencio que dejaba Julian. Entre Lisandro y él había miradas que hablaban más que Julian mismo.

Se había cambiado rápido, puesto un pantalón deportivo y lo primero que encontró, y se había sentado a esperar a Lisandro mientras se comía la piel finita de los dedos.

El auto de Lisandro es negro y brilla, ultimo modelo de alguna marca que Julian no llega a sacar del todo, de adentro se escucha como los vidrios retumban por la cumbia que tiene prendida Lisandro. Cuando se sienta Lisandro lo saluda, y en el cachete se le marca ese hoyuelo que hace que a Julian le de vueltas la cabeza.

"¿Qué haces, Araña? ¿Todo bien?" Julian le dice que sí y le da la mano cuando Lisandro se la ofrece. "¿Estabas durmiendo?"

"No, no... Bueno, casi." Confiesa Julian, y un poco de vergüenza le da, es viernes a la noche y él sin planes, mientras es obvio que a Lisandro le revienta el celular con propuestas.

"Ah, entonces te salve la noche." Le dice Lisandro, quien ya está manejando, los ojos en la calle. Julian aprovecha para mirarlo. Tiene un perfil hermoso, y siempre fue muy canchero y seguro de sí mismo, hasta cuando todos los clubes desconfiaban de sus habilidades por su altura, Lisandro siempre se mantuvo con la frente en alto. Camina y se mueve con una actitud que hace sentir débil a Julian. Lisandro se come al mundo. Julian quiere que se lo coma a él.

Cuando ya pasa un rato, lo unico entre ellos siendo la playlist de Lisandro y la creciente tensión, a Julian le entra la duda de a donde están yendo, se da cuenta que Lissandro no se lo mencionó en ningún momento, ni en el mensaje, ni cuando se subió al auto.

"¿A dónde vamos?" Le pregunta, siente que suena como un nene chiquito, inexperto, pero no sabe si hay una manera mandada de preguntar qué es lo que van a hacer.

"A un telo." Le contesta Lisandro, como si nada, Julian traga saliva y un poco se congela. Lisandro lo mira, le levanta una ceja, y se ríe, ganado. Tiene a Julian donde quiere, sabe que puede hacer lo que quiere que él lo va a dejar. Lisandro le pone una mano en la pierna y le da un mini apretón. "Relaja un toque, araña" Le dice, como si Julian fuera capaz de hacerlo.

Julian no está del todo sorprendido, para que otra cosa alguien le mandaría un mensaje a las 11 de la noche diciéndole que lo pasa a buscar. Es verdad, Lisandro lo lleva a un telo, uno caro por lo que parece cuando firman para entrar, Lisandro agarrandolo de la cintura todo el tiempo. Julian no sabe bien como llega a la habitación sin caerse, el perfume de Lisandro lo hace sentir como si estuviera borracho.

Lisandro se saca la campera y tiene puesto una chomba, Julian quiere gritar, los dos botones abrochados, las mangas pinzadas que hacen contraste con los tatuajes que le decoran los brazos. Lisandro se sirve un vaso de agua y acomoda sus cosas en la mesita de la habitación, Julian no está muy seguro de dónde moverse.

"¿Qué pasa? No me digas que sos tímido." Le dice Lisandro y se la acerca, hermoso, en chomba, confiado, como si se lo fuera a comer. Le pone las manos en las solapas de la campera que tiene puesta Julian, lo mira a los ojos y se la ayuda a sacar.

A Julian le late el corazón tan fuerte que le sorprende que Lisandro no lo escuche mientras lo mira, le pasea las manos por los hombros, como si lo estuviera midiendo, viendo de que esta hecho Julian, una de las manos se queda en su hombro derecho mientras que la izquierda le baja por el pecho. Lisandro llega hasta el borde de la camiseta de Julian, y con un dedo la levanta apenas unos centímetros, lo investiga. Julian está marcado, tiene abdominales que realmente no muestra si no es verano y Lisandro lo mira con algo en los ojos que Julian solo puede describir, en las palabras de su propia madre, como pícaro.

Lisandro le manda un DM a JuliánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora