Capítulo 2. Amargo.

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"Siempre que volvía a su hogar encontraba la casa sumida en una penumbra aterradora, su padre solía volver últimamente a casa para comer junto a él, posteriormente se marchaba, sin embargo era bastante difícil estar a su lado. Desde la muerte de su madre ya nada es igual, en las noches podía oírlo llorar, además de que rara la vez estaba en casa a causa de su trabajo, ser padre soltero no era fácil.

----estoy en casa...---- aviso con voz suave, ya que además de la melancolía dentro del hogar su padre se había vuelto un hombre que fácilmente se irritaba, lo que menos quería era hacerlo enojar.

No otra vez."
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Shanks abrió los ojos de golpe, estaba sudando además de haber estado temblando, se llevó las manos a la cabeza tratando de calmarse, ya no estaba más en ese hogar, ahora era un adulto que podía romper con aquel ciclo de maltrato que recibió por parte de su padre, él no sería igual, le demostraría todo su amor a su hijo, lo protegería y estaría presente la mayor cantidad de veces posible.

Porque algunas veces, un padre ausente era lo peor.

Se sentó en la cama para luego girar su cabeza, a su lado estaba su mujer por lo que sonrió. Actualmente ella ya había terminado con su segundo trimestre de gestación, la etapa más difícil dentro del embarazo ya había pasado, sin embargo sabía que no era fácil para su amada andar cargando con un bebé en su vientre, por lo que había contratado una trabajadora para que se encargará de todas las labores del hogar y de esta manera su mujer disfrutará de la maternidad.

Mientras tanto, él se dedicaba a trabajar, llegaba lo más temprano que le era posible para estar a su lado, además su tarea más importante no era la de ser policía, su tarea más importante y de alto riesgo era poder cumplir todos los antojos de su mujer.

Acarició los cabellos de su esposa para luego besar su frente, posteriormente beso su vientre, miro al reloj aún faltaban 5 minutos para que sonará su alarma, así que la apago y se levantó de la cama. Prosiguió a alistarse para ir al trabajo, no son antes dejar el desayuno listo para su amada esposa, le gustaba prepararle siempre su comida favorita la cual era acompañada con un cóctel de frutas; uvas, fresas y moras era lo que predominaba siempre en el plato porque tanto su ella como el bebé debían de estar bien nutridos.

Al finalizar con su labor de prepararle el desayuno, salió de su hogar para encaminarse a la cochera donde tomo su motocicleta y sin más se fue al trabajo.
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Ese día era bastante tranquilo, los oficiales incluso estaban descansando y los más cercanos al pelirrojo estaban hablando con el felicitándolo además de estar haciéndole bromas referentes a su próximo estado en la paternidad, mientras hablaban noto que un hombre era llevado para su retención, por lo visto provocó un accidente por conducir en estado de ebriedad.

---"Crocodile..."----pensó sorprendido al ver que, uno de los que sufrieron en el accidente era aquel hombre que en el pasado estudio en la misma institución que él, solo que ahora estaba ahí para rendir su declaración sobre lo ocurrido, mientras se acercaba para escuchar mejor vio unos ojos muy conocidos,---- ¡Mihawk!--- exclamo con una enorme sonrisa para correr hasta él, acto que llamo brevemente la atención de la mayoría de los presentes, pero al ver de quién se trataba volvieron a lo suyo.

----con mover tu mano basta y sobra...no tienes que gritar---- se hizo a un lado para evitar que se lanzará sobre él,---- antes de que preguntes me enviaron aquí para representar a no sé quién, pero primero lo veré para saber si quiero o no meter las manos al fuego por esa persona.

----nunca cambias ojos bonitos--- se burló de él con una enorme sonrisa pero el hombre de cabellos negros solo lo miro en silencio hasta que noto como sus ojos se desviaban,--- oye, estoy frente a ti, debes verme a mi----. Shanks se giró notando a la persona a la cual miraba Mihawk, sus ojos estaban fijos en Crocodile.

I'm hanging in your hands.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora