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Llegó el día del festival. Daban las siete de la tarde y yo tenía mi cuarto lleno de ropa tirada por todos lados. No sabía qué ponerme para la "cita". Había sacado toda la ropa y me había probado todo y no encontraba ninguna combinación que quedase bien con la ocasión.

—¡Arg, no se qué ponerme!—exclamé dando un pisotón al suelo.

—Litt~—dijo litten estirándose.

Tomé una camiseta de tirantes verde con estampado y un short blanco. No, definitivamente eso no, no combinaba.
Rebusqué en un montón de ropa y saqué un vestido negro con volantes.
Entonces, mientras titubeaba alguien llamó a la puerta de mi casa. Yo me quedé en silencio.

—¡T/n!—escuché la voz de Tilo al otro lado de la puerta—¿Estás ahí?

—¡Ya voy!—dije apurada.

Rápidamente me puse el vestido, me arreglé el cabello y fui a abrir. Litten me siguió.

—A-alola Tilo—dije tratando de aparentar tranquilidad.

—¡Alola t/n!—dijo sonriente—¿Estás lista?

Tilo estaba vestido con ropa casual, pero estaba muy lindo. Me quedé con las ganas de elogiarle, pero es que en realidad no tenía valor.

—¡Sip! Estoy lista.

—Te ves muy bien—dijo mi amigo. A mí se me subieron los colores

—Gracias...—Litten me arañó los zapatos. Yo lo guardé en su pokeball y está la metí en mi bolsillo.

Por lo que pude ver rowlet también estaba en su pokeball.

—Bueno, ¿Vamos a ciudad Hauoli?

—¡Claro!

Salí de la casa y cerré la puerta.
Tilo comenzó a andar hacia el camino que nos llevaría a la ciudad.
Yo lo seguí.

Caminábamos en silencio. Yo quería tomarlo de la mano pero no tenía valor.

—Según he investigado va a haber puestos de comida y juegos de feria en las calles de la ciudad—dije tratando de comenzar una conversación.

—¿Habrá malasadas?—preguntó él.

Que tierno, a él solo le importan las malasadas.

—Supongo que si.

Tilo hizo un sonido de felicidad.
Yo me reí.
Tras un rato llegamos a la ciudad. Las calles estaban llenas de puestos. Puestos de juegos con premios, puestos de comida y demás. Había mucha gente. Yo me agobié al ver tanta gente en las calles y por poco me da algo, pero Tilo hizo algo que me devolvió a la realidad. Me tomó de la mano y me llevó hacia un puesto de malasadas.

Casi me da un patatús.

—¡Mira t/n! ¡Malasadas!

Tilo se compró una dulcesada. Yo había perdido el apetito desde que me tomó de la mano pero cuando él me ofreció un trozo de malasada yo acepté. Mientras comíamos paseamos por las calles viendo los puestos.
El peliverde tiró de mi mano y me llevó a un puesto de explotar globos.

—¡Si logras explotar tres globos te llevas un premio!—dijo el hombre que llevaba el puesto.

—¡Vamos a intentarlo t/n!—dijo mi amigo

Yo engullí lo que me quedaba de malasada y tomé uno de los dardos que daban para explotar los globos.
Tiré un dardo y acerté en un globo. Pero mi suerte acabó allí, ya que los dos siguientes dardos los fallé.

Tilo lo intentó también pero el no acertó en ninguno.

Pasamos el rato jugando en los puestos. Hasta que cayó la noche. Íbamos a irnos cuando de casualidad oí algo.

—En cinco minutos comienzan los fuegos artificiales—dijo una señora a su hija.

—¡Fuegos artificiales, yo quiero verlos!—dijo la niña.

—¿Has oído eso?—dije yo al peliverde.

—¡Sip! Vamos a la playa, allí se verán mejor.

Los dos fuimos a la orilla del mar y esperamos allí a que los fuegos hicieran acto de presencia.

Tras unos minutos el cielo se iluminó.

No sólo el cielo, los ojos de Tilo brillaban al ver el espectáculo de luces.

—Tilo...—musité. El giró su cabeza hacia mí con una sonrisa.

—¿Si t/n?

Yo no pude contenerme y lo besé.
Los fuegos estallaban en el cielo mientras nosotros nos besábamos.

Cuando separamos nuestros labios el me miraba con sorpresa.

—Tu has...

—¡Me gustas Tilo! Desde siempre he sentido eso por ti.

El me tomó de la mano y se acercó a mí rostro.

—Tu también me gustas t/n.—tras decir eso también me besó.

Yo me sorprendí. No me esperaba que el correspondiera a mis sentimientos.
Una euforia repentina me invadió. Yo obviamente correspondí a su beso.

De fondo, un fuego más grande que el resto iluminó todo el cielo.

Nos separamos. Yo estaba tan feliz que tenía una sonrisa de oreja a oreja.

—No sabes lo feliz que me haces—dije temblando de la emoción.

Tilo simplemente se rió.

En ese momento, yo fui la chica más feliz del mundo.

Fin

•Amigos de siempre • Tilo x tu [pokémon Sol y Luna]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora