Los exámenes finales estaban a la vuelta de la esquina.
Como todo estudiante que quería aprobar los exámenes, que eran los que definirían su futuro académico y su lugar en la sociedad, los dos primeros lugares también se encontraban estudiando.
La vida de casi todos los estudiantes dependía de esa nota.
Un Examen final que decidiría quien se quedaba, quien se iría y quien seguiría adelante en la escuela. Un cuadernillo de preguntas que valía más que otros exámenes que hayan tenido en el ciclo.
¿Podrían estar tranquilos, aún sabiendo eso?
Acorde a ello, y a la importancia de su estudio, no habían podido verse, más que unas cuantas veces que cruzaban miradas a lo lejos, pero de ahí en adelante, nada.
Ninguno iba a visitarse como antes, ni se llamaban en los pequeños descansos que la institución programaba cada tres clases.
Estar en clases contrarias también dificultaba el acercamiento.
Karma por un lado, sólo era un dolor de cabeza eso del estudio, prefería llevárselo a la ligera, pero tampoco tanto como para repetir su anterior incidente con los exámenes –Gakushū no lo había dejado de molestar con ello–.
Por supuesto que se lo hizo pagar, de una manera... un poco [diferente].
Por el lado de Gakushū, su única preocupación era el estudio, y cierto presidente estudiantil casi olvidaba que era humano, y por lo tanto, necesitaba dormir.
~ • ~
Era de madrugada.
El vecindario estaba en un completo silencio, la Luna no había aparecido esa noche, y por lo cual, la oscuridad reinaba el lugar.
Las luces de todas las casas estaban apagadas, exceptuando una.
En la casa del presidente estudiantil de la escuela, se encontraba él en su habitación, su mirada fija en su cuadernillo de álgebra. Sus ojos un poco irritados por el cansancio.
Sólo quería dormir.
El reloj en su mesita de noche marco las [2:30am], dando un leve tintineo que él mismo había programado para esa hora.
Supuestamente, para dormir [temprano].
No quería desvelarse de más y parecer un zombie en la mañana, aunque quizás debió de escoger una hora más temprana para que el reloj sonara.
Igual no le importaba.
Suspiró con pesadez, dejando el cuadernillo sobre su escritorio, su mirada viajando al reloj para confirmar la hora exacta, para después desviarse a la bandeja de comida que se encontraba al lado.
Unas galletas y una taza de leche que su madre le había preparado, pero que no había tocado en ningún momento.
Ahora que lo pensaba, quizás ahora era él el único despierto en la casa, hacia tiempo había dejado de escuchar las voces de sus padres en la oficina del director.
Se levantó lentamente de la silla, apoyando sus manos sobre la mesa de su escritorio, al sentir sus piernas entumidas por estar sentado por horas.
No quería pasar por un calambre.
Estiró sus brazos y piernas para despertarlas mejor, bostezando mientras se acercaba a su cama y se volvía a sentar, está vez más cómodo al sentir la suave y esponjosa textura del colchón.
Su espalda y retaguardia aún estaban resentidas por haber estado en una silla tan incómoda.
Tal vez debería cambiarla.
Estiró sus brazos y con sus manos sujetó una galleta y la taza de leche, comenzando a comer.
Comió en silencio las galletas, su estómago agradeciéndole por finalmente ingerir algo más que sólo agua. Suspiró con una leve sonrisa, terminando la taza de leche en sólo unos segundos.
Tomó su teléfono móvil y se lanzó a la cama, cubriendo su rostro con una almohada, ignorando el hecho de que no se había puesto su pijama, ni había apagado las luces.
Estaba lo suficientemente cansando como para pensar en eso.
— Karma... — Murmuró en voz baja mientras abrazaba la almohada, desbloqueando su teléfono.
Lo que vió, fue su fondo de pantalla, donde estaba Karma.
Hace unas semanas Karma se había tomado esa foto, y como una [broma] había tomado su teléfono sin permiso y la había puesto como su fondo de pantalla, quitando el que anteriormente tenía, que no era más que un fondo gris.
Al principio no le gustó la idea, pero conforme pasaban los días, se terminó adaptando a ella.
Es más, ahora le gustaba verla, y a veces, sólo por eso, prendía su teléfono para ver a su novio, aunque fuera una mera fotografía.
— Me pregunto sí ya estarás dormido — Comentó para sí mismo, llevando su mirada al anillo en su dedo índice, que por mera flojera no se había quitado como antes hacia cuando estudiaba.
Se quedó viendo el anillo por un tiempo, observando las piedras preciosas que tenía. Tan resplandecientes como en sus inicios.
Prendió nuevamente su teléfono, entrando a la app de mensajes, observando la última conversación que había tenido con Karma, sólo cosas sin gran importancia antes de los exámenes.
Había sido la semana pasada.
Suspiró, casi como sí ya fuera algo predeterminado, que sí o sí debía de hacer. Hacia tiempo no hablaba con el pelirrojo por los exámenes, su padre lo había dicho, no podía distraerse sí quería conseguir el primer lugar de la escuela.
Pero...
No es que no le importaran sus estudios, era algo en lo que se había esforzado por años y no lo dejaría, más sin embargo, tampoco quería dejar como segundo plano algo que también le había costado.
Quizás menos tiempo que el primero, pero con mayor problemas psicológicos que otra cosa.
No lo dejaría, no después de todo lo que tuvo que hacer y lo que tuvo que ocurrir para que pudieran estar juntos.
Sus dedos comenzaron a moverse sobre el teclado de su teléfono, comenzando a escribir un corto mensaje, del cual dudaba fuera respondido por la hora.
También dudaba de las palabras que debía de poner.
Gakushū
Buenas noches, Cariño [2:45am]Apagó su teléfono rápidamente y lo colocó contra su pecho con nerviosismo, cual adolescente enamorada que se quería declarar a su enamorado.
Dudaba que Karma le respondiera en aquel momento, sabiendo que lo más probable es que le respondiera en la mañana sí tenía suerte.
Su teléfono vibró.
Con inseguridad, levantó su teléfono y lo prendió. Observó que era una notificación de mensaje nuevo.
[Karma]
Se metió al chat que tenía con el pelirrojo, leyendo el pequeño mensaje con el que su pareja había respondido el suyo.
Karma
Buenas noches, Violett <3 [2:46am]Un sonrojo cubrió sus mejillas al ver el corazón que acompañaba el mensaje, sonriendo cual colegiala perdidamente enamorada... y quizás era algo de la realidad que se estaba viviendo en ese momento.
Aunque no acostumbraba hacerlo, decidió regresar el corazón.
Gakushū
<3 [2:46am]Apagó su teléfono, colocándolo nuevamente contra su pecho, suspirando con una sonrisa embobada.
Hablaría con Karma mañana.
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Amor en la oscuridad
FanfictionTodos tienen una historia de la cual nunca hablan, y Karma tenía una