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Como pude, me levanté y caminé en dirección al baño, las muletas habían quedado abajo anoche, así que no tenía más forma de bajar que apoyándome con mis manos, ni hablar de saltar, el dolor era muy fuerte a estas alturas.

Cuando logré entrar al baño, solté un suspiro más o menos de alivio, pues el dolor no me permitía sentirme totalmente aliviada, ahora tenía la seguridad de que no mancharía nada, así que esperaría tranquilamente hasta que llegara Sangwoo de la tienda, no sabía cuánto tardaría, pero no me importaba esperar aquí sentada. Abracé mi estómago al sentir los calambres y mi vista finalmente llegó a los bóxers de Sangwoo que traía puestos, y pues claro, estos si tenían una mancha, pero por lo menos eran negros.

En la casa silenciosa, el sonido de la puerta de entrada abriéndose fue especialmente llamativo, indicándome que Sangwoo había llegado, por fin. Intenté llamarlo, pero parecía no haberme escuchado, ya que el sonido de los pasos subiendo las escaleras siguieron después de gritar su nombre, a los pocos segundos después, nuevamente el sonido de los pasos en la escalera volvieron a oírse, pero esta vez, parecian mas zancadas que pasos, estos eran considerablemente más pesados que los anteriores.

'¿No estás pensando lo que creo que estás pensando verdad?'

T/n: SANGWOO. -- Grité fuerte para que pudiera oírme.

Pocos segundos después, la puerta del baño se abrió de golpe abruptamente, haciéndome saltar, pero Sangwoo se veía especialmente más asustado que yo mientras sostenía una bolsa blanca en su mano derecha, al mismo tiempo que respiraba de forma un poco acelerada.

Rápidamente me recuperé del susto al percatarme de que estaba sentada en el inodoro, estirando hacia abajo, intentando cubrirme con la polera de Sangwoo que traía puesta, que al ser bastante grande debido a la diferencia de tallas, funcionó bastante bien, pero eso aún no quitaba la vergüenza de mi rostro, lo que me obligó a mover la mirada a un lado.

T/n: O-oye... Sangwoo... -- No encontraba las palabras exactas para pedirle que me pasara las toallas higiénicas y saliera de aquí rápidamente sin miedo a ofenderle, ya que, después de todo, se tomó el trabajo de ir y comprarlas, y no es que fuera algo extremadamente difícil, no en estos tiempos, pero valga la redundancia, estábamos hablando de Sangwoo; una persona difícil de tratar.

Sangwoo: Estás aquí. -- Habló con la respiración todavía algo agitada, mientras me miraba fijamente de una manera inquietante.

T/n: Si..., no podía estar más tiempo en la cama... de ser así definitivamente mancharía. -- Contesté con un tono cauteloso, justificandome para aplacar ese sentimiento peligroso que veía en sus ojos.

Sangwoo: ...

Después de mirarme por un tiempo más, y yo tragarme la verguenza, finalmente pareció calmarse y entender, y disipó toda sospecha de sus ojos al mirarme, diciendo:

Sangwoo: Aquí tienes. -- Sacando unos 10 paquetes de toallas higiénicas de la bolsa y dejándolos a mi alcance.

T/n: Compraste bastantes..., gracias. -- Dije, intentando apaciguar mi sorpresa al ver todos los paquetes que sacó de la bolsa.

Sangwoo: Bueno, las necesitarás, después de todo, no te irás de aquí. -- Contestó con un tono plano, como si fuera algo obvio, lo que instintivamente me hizo encogerme por su significado, pero, mi atención rápidamente fue captada por aquel bóxer manchado que se encontraba entre mis piernas, apreté la mandíbula sabiendo que tendría que pedirle ropa interior nueva.

T/n: Sangwoo. -- Lo llamé inconscientemente susurrando, a lo que él detuvo sus movimientos, volviendo su mirada hacía mí.

Sangwoo: ¿Qué? -- Preguntó con una extrañeza que no entendí

T/n: Necesito, ropa interior. -- Dije inclinandome mientras seguía susurrando.

Sangwoo: Pff.

Lo quedé mirando de manera extraña por no entender lo que le causaba risa, pero intenté ocultarlo de alguna forma.

Sangwoo: No tienes que susurrarme, no hay nadie más aquí que pueda escucharte aparte de mí, traeré algo de mi ropa.

Salió del baño un momento después, Sangwoo simplemente me trajó otros bóxers nuevos, negros también, menos mal, aún con el dolor que sentía, lavé diligentemente los bóxers sucios en el lavamanos del baño, negándome resueltamente a dejar que Sangwoo siquiera los viera, mucho menos que los lavara él mismo, aunque lo segundo lo dudaba. Una vez que los tuve completamente limpios salí del baño, Sangwoo me había traído las muletas, así que no tomé mucho esfuerzo en caminar, aún así, mientras estaba en el baño, sobaba la parte baja del estómago en donde sentía los calambres, creyendo que eso iba a ayudar un poco a aliviar el dolor, pero grande fue mi sorpresa cuando entré a la cocina y vi a Sangwoo cocinando dándome la espalda, ya que, en la casi vacía mesa de la cocina se encontraba una pastilla encima de una servilleta y a un lado de esta, un vaso con agua. No es que no me haya dicho que iba a traerme una pastilla, pero, esto era demasiado considerado viniendo de alguien como él, ¿no?, ¿o es que soy yo la única que lo cree?

***

La mañana transcurrió de una manera distinta en comparación con los otros días, y con esto me refiero al hecho de que no hice nada, literalmente en todo el sentido de lo que esa palabra significa, Sangwoo no me dejó hacer lo quehaceres, como hacer la comida, lavar los platos, o limpiar la cocina, lo hizo todo él, no me atreví a intervenir claro está, pero el no tener nada que hacer me hacía ponerme incómoda, ya de por si, no hacía mucho en el día, y hoy aún menos, lo que hacía mi día más aburrido de lo usual cuando Sangwoo no estaba cerca para infundir miedo, aunque más que aburrida, estaba inquieta al no poder ocupar mi mente en otras cosas, provocando que sobre pensara el cambio de Sangwoo ocurrido desde noche anterior hasta ahora.

Suspire rendida, pues sabía que no llegaría a una conclusión definitiva, sólo serían hipótesis que me comerían más el cerebro.

Sangwoo: ¿Aburrida? -- Habló de repente, no me había dado cuenta de cuando había llegado.

T/n: Un poco... -- Fuí sincera.

Sangwoo: ... -- Me miró durante un momento de forma pensativa, mientras volvía a hablar. -- ¿Y el dolor?

T/n: Por ahora no duele, gracias a la pastilla. -- Dije con una voz fingidamente suave que al parecer le gustaba. Luego de decir esas palabras, se fue sin decir nada, confundiéndome. Finalmente levanté los hombros en señal de "no me importa".

'Bueno, supongo que tampoco le ha de importar, no es él quién está encerrado después de todo sin hacer nada, hirviéndose la mente pensando en cómo actuar en cada segundo del día para no morir y lograr escapar con vida.' Pensé soltando un suspiro de frustración.

Sangwoo: Ponte esto. -- Mencionó cuando volvió, arrojandome ropa aparentemente de mujer. ¿De dónde había salido esto? Por favor, que no sea de una de las chicas que ha estado en el sótano. -- No es lo que crees, era ropa de mi madre. -- Habló como si me hubiera leído la mente.

T/n: Gracias... pero, ¿por qué? -- Pregunté curiosa, pensando en por qué no me la había pasado antes si ya tenía ropa de mujer.

Sangwoo: Vamos a salir. -- Dijo serio.


























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La verdad es que quiero agradecer a todos, la historia a llegado a las 5K vistas, y los votos/estrellas han alcanzando ya 400. Me siento muy feliz, lo cierto es, que tengo en mi mente a aquellos usuarios (o por lo menos sus alías) que constantemente están comentando y votando la historia, así que quería agradecerles especialmente por todo el apoyo, es muy bonito. 🤍

También gracias por la paciencia al esperar los capítulos, se que me demoro en actualizar, así que gracias por seguir acompañándome a través del tiempo en este libro.

Obsesión (Sangwoo y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora