El miedo de no ser correspondido

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Dos niños jugaban en un parque, tan pequeños y frágiles, ellos a medida que el tiempo pasaba y con ello su niñez, su amistad se fortaleció.

Poco a poco los dos sabían los secretos del otro. Crecieron pero... la distancia los separó

Pero lo que ellos no sabían es que el destino los quería juntos.

Después de algunos años se encontraron de nuevo el problema era que... ya cada  uno había hecho su vida con otra persona.

Pasaron los meses y su amistad volvió.  Una noche, se hicieron la promesa de ser mejores amigos por siempre, aunque la distancia los separe.

Lo que ellos no sabían es que también estaban invitando a un amor que no desaparecería jamás.

Años más tarde el la vió con el vestido blanco caminando al altar, al llegar ahí, su futuro marido la miró y se deslumbró. 

Se empezaron a poner los anillos. Pero... no era el mejor amigo el que se los estaba poniendo.

En el fondo, ambos sabían que debían estar juntos pero... ninguno de los dos se atrevió jamás a decirle al otro lo que sentía.

Así que sólo mantuvieron esa linda amistad por muchos años, como lo prometieron aquella noche.

Después de muchos años, la memoria ya fallando, el le confesó a ella que siempre fue el amor de su vida.

Ella, en su tumba, no pudo responderle, pero ella sabía que su corazón le pertenecía a aquel niño que pasaba las tardes en aquel parque jugando con ella.

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⏰ Última actualización: Jan 15 ⏰

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