Karen
Se acerca y se lanza sobre mí tirándome del banco en proceso. Me empieza a lamer toda la cara.
Le acaricio el pelaje gris marróncillo, para que se calme y poco a poco se va apartando de mi cuerpo, para poder levantarme.
Cuándo consigo ponerme en pie, detallo al animal, es una especie de lobezno, con unos ojos verdes muy inusuales.
Pero probablemente será un perro lobo mezclado con alguna otra especie para conseguir ese color de ojos tan potente, y además en esta zona no hay lobos, los que había eran una especie que tenía los ojos de color ámbar, no verdes.
Los cuales se extinguieron de esta ciudad, hace más de 50 años, por un gran incendio que hubo en un bosque a kilómetros de la ciudad.
Le sigo acariciando el pelaje y le miro el cuello buscando algún collar con su nombre. Pero no hay nada.
¿No tiene dueño?
Mi conciencia no me responde con ninguno de sus comentarios sarcásticos que suele decir en momentos así, es raro como si estuviera reflexionando toda nuestra existencia.
Mientras observo a la preciosa criatura, escucho un pequeño ruido procedente de unos arbustos cercanos al banco.
Me acerco despacio y de ahí sale una cachorrita de la misma raza que el anterior, la cual parece que esté dando volteretas sobre sí misma en vez de intentar correr hacia el otro cachorrito.
Cuándo llega a su lado, le empieza a olfatear, supongo que para reconocerlo, luego se tiró sobre él y se puso a lamerle la cara con entusiasmo.
Contemple como eran sus interacciones, el trato entre ellos y la apariencia de aquellos ojos verde me dio a especular que son hermanos.
No fueron más de 5 minutos, antes de que aquellas criaturas se separarán y se acercaran a mí con una mirada que me hacía ver amor, cariño y fidelidad.
El cachorro masculino miraba mi chaqueta roja con frenesí, mientras que la otra miraba hipnotizada por el dibujo de luna que tenía mi camiseta.
Cuándo pararon de observarme, se empezaron acercar, al llegar alado los cogí y por instinto puro me puse a olerlos. Olían a pinos y algo más que me resultaba muy familiar.
«Llevémosles a casa»
No puse en duda a mi conciencia, yo también quería llevármelos. Así que no lo pensé mucho y me puse a darles mimos hasta que llegó Emma para recogerme.
Me subí a su Toyota azul.
Durante el camino, Emma me preguntó sobre los animalitos que
tenía acurrucados sobre mi regazo.Le dije que me los había encontrado desamparados por la calle.
Y ella me dijo que debería llevarlos al veterinario, para asegurarme de que no tengan ninguna enfermedad. Incluso se ofreció a llevarme a uno en ese momento.
Pero me negué, solo quería ir a mi camita, tirarme sobre ella y dormir hasta la saciedad.
«Corrección: Queremos»
¿Es que, qué criatura en su sano juicio no querría hacer justo eso?
«Que no quieran no sé, pero sí que sé que los tiburones nunca duermen, porque, sino se mueren».
¿Y de qué me sirve eso? ¿Cuál es la analogía?
«Pues sirve para que apreciemos, el que podamos dormir sin morir en el intento, quién sabe a lo mejor en futuro no podremos».
ESTÁS LEYENDO
Evig kaerlighed (Por siempre, Amor) Borrador
Fantasy¿Te imaginas que te secuetren en tú cumpleaños, justo después de aceptar una propuesta de matrimonio? Para salvar a tus hermanos. Pues a mí me pasó justo eso. Y encima no es todo, que el hombre que te secuestra lo sabé todo de ti y tú no sebes nada...