𝐎𝐛𝐬𝐞𝐫𝐯𝐚𝐜𝐢𝐨𝐧𝐞𝐬 ||Jasper Hale||

03

Luego de una noche sin poder quedarse tranquila, Hye salió a recorrer el bosque. Era fin de semana, por lo que no tenía que preocuparse de la escuela. Camino hasta donde vio las pisadas, estas seguían allí.

 Con cuidado de no arruinarlas, camino siguiéndolas. Las huellas parecían no tener fin, se adentraban cada vez más en el bosque. Analizando su profundidad y el largo entre pisadas, noto que había un patrón. Las huellas parecían correr hacia algo.

 Camino en el bosque hasta que sintió un olor asqueroso, tan así que tuvo que frenar a tomar fuerzas. El olor provenía de un siervo muerto en descomposición. Hye vio que las huellas parecían desaparecer en cuanto se cruzó el siervo. 

Esto no llamo tanto su atención como el cuerpo del siervo. El animal parecía intacto, sin desgarramiento o una bala de cacería. No parecía que fuera atacado por otro ser, parecía una muerte natural. Lo pensó hasta que vio una herida de forma peculiar. 

 Tapándose la nariz con la manga de su campera, la chica se acercó a analizar el venado. Tenía una herida en el cuello en forma de luna. Las moscas y larvas se estaban dando un festín con el cuerpo así que la herida casi no se veía.

 Vio que era de una forma de luna menguante, como si fuera una mordida. Al no ser experta, Hye no supo si la mordida era humana o de otro animal. Pero ¿Qué depredador deja a su presa sin comer ? 

 En vez de responder sus preguntas, Hye se fue con otras más.

 °°°

 El fin de semana se fue en un abrir y cerrar de ojos, con más preguntas que respuestas Hye comenzó la semana. Muchas preguntas rondaban su cabeza, tantas que no presto atención a los Cullen en casi todo el día. 

 Pensaba todas las posibilidades que podía, desde cazadores que usaban zapatos de marca hasta un psicópata que mataba a mordiscos a los animales. Nada la convencía por completo. 

 Hoy tendría educación física, por lo que se preparó mentalmente a jugar vóley. Hye no era una gran deportista, pero le gustaba correr o jugar en gimnasia. Por otro lado, fue la primera vez que vio a la Cullen en su clase.

 Era una chica pálida, hermosa y con un corte de hada. Le recordaba a los cuentos de fantasía que leía de niña. La más joven de los Cullen parecía simpática, algo extraña pero simpática. Se notaba que quería hacer amigos, pero los chicos del pueblo estaban más interesados en su vida que en otra cosa. 

 Compartiendo la típica gracia que tenían los Cullen, la chica se movía entre la clase preparándose para jugar. La pequeña Kim no podía sacar sus ojos de ella. Analizaba cada movimiento que hacía.

 A pesar de estar en el mismo equipo, las dos chicas no cruzaron palabras. De alguna forma la Cullen evitaba a la Kim. Claramente, la visión que tuvo de ella, logro asustarla un poco. La vio a punto de descubrir su secreto. 

 Hye noto la incomodidad de Alice en toda la clase, pero también noto algo. La chica fingía cansancio. Lo notaba en su respiración, era ensayada casi perfecta, nadie qué esté agitado respiraba con tanta precisión y sin patrón.

 Alice fingía respirar agitada y como si fuera natural no respirar, no seguía un patrón preciso. Las personas solemos seguir patrones en casi todos los aspectos de nuestra vida. Que Alice no lo haga, era raro. 

 Además de no transpirar nada, el clima de Forks aunque no lo parezca, era un tanto húmedo. Una hora de gimnasia haría sudar a cualquier adolescente, pero ella se veía impecable. 

 Anotando este dato en su libreta, Hye observo que ninguno de los Cullen parecían sudar. Sus pieles siempre parecían lisas, perfectas sin rastros de sudor. Incluso usaban varias capas de ropa sin molestarse por el clima.

 De esta forma, los Cullen compartían otra característica a pesar de no tener los mismos genes. El misterio de la nueva familia era cada vez más grande. Hye cada vez se sentía más atrapada por este. Era como si cada vez que descubría algo resultaba ser aún mayor el secreto. 

 La chica no sabía que comenzó a ser observada de la misma forma que ella lo hacía.