¡ʜᴏʟʏ ʜ0ʟᴇ! | sᵘⁿˢᵘⁿ

─ Pɪɴᴋ

Tres meses habían pasado con mucha rapidez y muchas cosas pasaron. Sunghoon pensó que no volvería a verlo y a pesar de que esperó algunas semanas para que eso pasara, Sunoo apareció en la puerta de su apartamento un día.

Ambos hablaron sobre el beso, prometiendo no mencionar nada al respecto de ahora en adelante, fingiendo como si aquello no pasó y ninguno de los dos lo disfrutó. Aunque claro, siguieron besándose en algún lugar de la habitación del peliplata mientras la preciada biblia del menor yacía en algún punto desconocido y es que a Sunghoon le encantaba ver al pequeño temblando y los hilos de saliva saliendo de sus bocas.

Sunoo lo había disfrutado y quería más de esos besos pero su mente y cuerpo se debatían fuertemente pues su mente decía que estaba mal, que él no debería disfrutar algo así, simplemente no estaba bien y su cuerpo lo disfrutaba mucho, temblaba y ansiaba más y más.

Lloró mucho al verse con una gran erección tras ser besado por el peliplata o cada que recordaba como la lengua ajena deboraba la suya o comía vivo su cuello. Sunghoon aún no lo tocaba y a pesar de eso él lo ansiaba, quería ser tocado y besado por su mayor.
Justo como ahora, era tomado de la mano por el más alto, siendo arrastrado por un enorme centro comercial bajo la atenta mirada de los demás. ¿Por qué los veían?, ¿se veían mal?

─  ¿Qué hacemos aquí? ─ Sunoo se detuvo un momento a tomar aire. Su ya mucho nerviosismo solo aumentaba al solo pensar que alguien los vería y sus padres se darían cuenta, es decir, las últimas semanas no se habían tomado a bien todas sus salidas con el peliplata pues no siempre llegaba a tiempo ni todas las salidas eran de día. Muchas veces se saltó la iglesia por un descuido pero su madre solo lo perdonaba porque predicaba al joven Park, quien para ella, tenía un demonio dentro que lo hacía no creer en Dios.

─ Me dijiste que siempre quisiste tener un tinte rosa y además un tatuaje ─ La sonrisa del más alto estaba por dejarlo ciego de lo linda y deslumbrante que era. Sunghoon estaba feliz.

─ Loco. No puedo hacerme eso, me matarán en casa ─ Y aunque Sunoo quería hacer de eso una broma, Sunghoon no estaba contento al respecto pues él siempre lo dijo hasta que casi se vuelve cierto.

Era increíble, Sunoo ya conocía toda la historia de Park y muchas cosas que él usualmente normalizaba empezaron a cambiar, amaba el hecho de que Sunghoon, a pesar de sus creencias siempre lo instaba a ver dentro de su corazón y creer en lo que él quisiera creer, para Sunoo cada salida con el peliplata era un deleite, él compartía sus dudas y quejas y el más alto solo daba su opinión personal y lo animaba a leer muchas cosas, libros históricos y más. Sunghoon se burlaba de su Dios pero jamás lo hizo de él ni de su madre; quien ya sabía no le agradaba a Sunghoon tampoco.

─ El tinte y el tatuaje serán temporal. Solo recuerda que estarás en un "campamento" conmigo ─ Sunoo le pidió con señas que cierre la boca, ya se sentía lo suficientemente mal de cualquier forma. Le dijo a sus padres que iría a un campamento espiritual con Sunghoon y sus roomies pero la verdad es que él y Sunghoon irían a casa y Jake y Heesung no follarían como siempre lo hacían, irían a una sala de spa. Al principio Sunoo tuvo un poco de pánico pues no se imaginó que esos dos serían algo pero ya era algo normal para él verlos enrollados en cualquier sitio.

─ No lo sé... ¿y si no se van? ─ Sunoo se mostraba indeciso mientras era sentado en algún lugar del salón.

─ Solo quiero darte todo lo que realmente deseas, ¿sí, cielo? ─ Para él era muy normal recibir estos comentarios y seguido de ello ser besado una y otra vez hasta que sus labios duelan pero hoy estaban frente a mucha gente que los veía sonriente.

─ Quiero un tatuaje temporal para mi novio, debe ser en un lugar que solo yo pueda ver... ─ Sunoo estaba tan rosa como el color que quería de tinta, ¿qué le pasaba a ese idiota?, no debería decir algo tan vergonzoso, además, ellos no eran novios.