Parte de el

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Noviembre

—¡Queee! ¿Es broma, no? —Noe me pregunta luego de que le dijera sobre el libro.

—No, es muy enserio—le dije subiendo a las gradas, quedando en la tercera fila—. Mañana por la mañana hablaré con la editorial.

—Sabia que ibas a llegar muy lejos.

El otro equipo salió de los camerinos lo que hizo que la preparatoria invitará soltara gritos.

Luego de unos minutos de que el director diera un pequeño discurso, nuestro equipo salió.

Las porristas se volvían locas. Hicieron su porra. Evite a toda costa la mirada de Zac. Cuando vimos a Oscar, Noe y yo le levantamos ambos pujares.
Ambos equipos se dieron la mano. El partido dio inicio a los cuantos minutos.

El partido estaba buenísimo, nadie podía anotar nada. Incluso en las gradas había personal de distintas universidades. La mayoría estaba nervioso.

Ya era el medio tiempo y ni los dos equipos había  anotado. Me quedé paralizada a escuchar una canción. La canción favorita de Zac y mía.

Mire al campo, el me estaba mirando, trato de saludarme pero casi al instante quise irme de allí.

—¿A donde vas? —me pregunto apresurado, Noe.

—Tengo que irme...Olvidé que tengo que domrime temprano.

No dijo nada más, baje lo más rápido que pude.
Cuando estuve a punto de salir al estacionamiento, alguien costuvo mi brazo.

—¿Ya te vas? Apenas es el primer tiempo —Zac hablo apresurado. Mirándome.

—Si. Tengo cosas que hacer.

Ni siquiera era capaz de mirarlo a los ojos. Mi corazón latía muy rápido. Estaba segura que si hablaba iba a tartamudear.

—He sido un tonto, por favor, hay que hablar —iba a decir algo, pero el director dio la orden de que el partido siguiera —. Mañana es el baile, vendrás, ¿verdad?

Asentí. El beso mi mejilla para sonreír e irse por donde vino.

Me quede allí unos segundos más. Cuando me di cuenta me di la media vuelta y me apresure a mi casa.

Llegué y le mandé un mensaje a Oscar.

Yo:

Me tuve que regresar a mi casa, lamento no quedarme. Suerte :)

Puse una alarma para despertar temprano.

Al despertar me di un baño para arreglarme. Pues ese día tenía una videollamada con alguien de la editorial.

Peine mi cabello para luego prender la computadora.
Alli estaba una mujer como de unos treinta y tantos años, usaba unos lentes medio raros.

—Buenos días, Danae. Mi nombre es Alejandra. Es un gusto conocerte.

—Buenos días. El gusto es mío—sonreí.

—Nos interesó mucho tu historia, ¿puedes contarme más sobre el? ¿Como fue que se te vino a la mente?
Me quedé en callada unos segundos, viendo que contestar.

—La verdad que siempre me ha gustado la mitología, pero en si solo se me vino a la mente, de allí las palabras empezaron a brotar.

—Lo que más nos llamó la atención es que no tuviera un epílogo...¿Puedes darnos una respuesta?

—La verdad es que no. Simplemente, no puedo pensar en un final para Zack y Aisha.

—Muy bien. Por último, en unos días te llegará unos documentos para que puedas decidir cuál portada será, ¿te parece? —asentí —. Más tarde, nosotros calculamos que la preventa sale en mes y medio. Sin más que decir me despido, y espero conocerhe en persona pronto.

TENGO QUE IRMEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora