Descubrimientos oscuros -HIATUS-

Capítulo 54

Para Harry, el resto del día pasó borroso, lleno de caos. El resto de la orden se había convertido en pollos sin cabeza después de enterarse de la muerte de Dumbledore, mostrando su total falta de iniciativa de la peor manera posible. Incluso McGonagall, que estaba en una condición considerablemente mejor, parecía demasiado conmocionada para hacer algo.

Teniendo en cuenta que se suponía que la Orden del Fénix era el baluarte contra la oscuridad que Voldemort intentaba propagar, no era exactamente una buena exhibición.

Todo llegó al ministerio, parecía. Harry estaba contento de haber tenido una relación con Amelia Bones, que era la candidata más probable para tomar el lugar de Fudge como Ministro.

Incluso Sirius no fue una excepción a esa regla, caminando confundido mientras los demás languidecían en la tristeza. Sería una mentira decir que Harry no sospechaba de ese hecho, especialmente en contraste con la gran ira que había estado mostrando cuando salió de la oficina de Dumbledore.

Harry podría haberlo descartado como un fenómeno natural de conmoción, pero después de cinco años de circunstancias demasiado sospechosas, que alcanzaron su punto máximo con la presencia de Snape en la emboscada en la mansión Bones, Harry no estaba dispuesto a darle ese crédito.

Se alegró de que Fleur hubiera dejado caer la capa en su habitación después de su aventura al aire libre, porque eso le permitió usar la capa y seguir a Sirius por un tiempo, tratando de encontrar una oportunidad para verificar.

La oportunidad llegó dos horas después, cuando Sirius decidió subir las escaleras para recoger algo. Harry lo siguió en silencio, lanzando un encanto impresionante desde atrás para no correr ningún riesgo.

Solo entonces usó su varita para lanzar una impresionante cantidad de hechizos de detección, tratando de encontrar un hechizo en él. Al principio no lo hizo, pero eso no impidió que Harry se asomara a la mente de Sirius, tratando de asegurarse de que nada estuviera fuera de servicio.

La mente de Sirius era la mente más caótica que Harry había pisado. Los años pasados en Azkaban dejaron una tristeza permanente en su mente, y tener una forma de animago que había usado repetidamente apenas ayudó a mantener su mente ordinaria. Juntos, hicieron que su mente pareciera una tormenta interminable, la lluvia se mezclaba en truenos, listo para tirar de cualquier cosa que se acercara.

Sin embargo, incluso en ese caos, Harry podía ver toques de plata en los bordes, tratando desesperadamente de meterse en el caos, teniendo éxito lentamente a pesar de la resistencia del caos. Las construcciones mágicas eran asombrosas, y contra alguien más normal, apenas tomaría minutos hundirse en su mente irreversiblemente, logrando lo que se suponía que debían hacer sin dejar evidencia atrás.

La fuerza del hechizo, combinada con el momento, dejó pocas dudas sobre la fuente del evento.

Aparentemente, Harry no era el único que usaba trucos de magia para jugar con las mentes de sus aliados. Lástima, pensó Harry. Hubiera sido increíble si Dumbledore le hubiera enseñado ese hechizo, lo que habría mejorado la eficiencia de su enfoque basado en el condicionamiento varias veces.

"Cabra vieja tacaña", murmuró Harry mientras intentaba usar su magia directamente para desentrañar el hechizo, pero tuvo poco éxito. Era fuerte, sospechosamente incluso más fuerte de lo que había estado esperando en comparación con Dumbledore, pero aún así no pudo cancelar el hechizo porque tenía miedo de lastimar a Sirius.

Afortunadamente, tenía otras opciones para anular el daño. Esta vez, en lugar de lanzar un hechizo, había alcanzado el hechizo a través de la legimencia, conectándolo con su propia mente mientras creaba una mente falsa para que la manipulara.