Pese a que aún no tenía la oportunidad de hablar bien con Eun-Ji por su situación, me gustaba mucho y me llenaba de amor verla feliz después de todo. Ella se escuchaba muy saludable y no parecía tener rencores conmigo.
La llamada con Eun-Ji fue muy dura, pero era algo que necesitaba decir. Le confesé lo mucho que sentía haberla dejado, lo mucho que me dolía ser una decepción para ella y lo mucho que la amaba. Le dije que sabía que podía ser mejor persona y que estaba dispuesto a tratar de serlo por nosotros. Pero a pesar de todo lo que dije, todavía no sabía si sería suficiente para arreglar las cosas.
Todo marchaba bien, podía decir que sentía la esperanza de verla a mi lado algún día cercano, pero ella aún no se veía decidida y no me daba indicios de volver conmigo. Mi paciencia se agotaba pero bueno, en parte era una de las cosas que mi mamá me advirtió que pasarían.
Cada día a los principios de Noviembre estuve más atento que nunca por si me avisaban que Eun-Ji necesitaba algo.
•••
Recuerdo bien que fue un 7 de Noviembre el día en el que llamaron a mi teléfono, yo estaba haciendo el quehacer cuando el celular comenzó a sonar insistentemente, eso se me hacía muy raro ya que nadie me llamaba.
Caminé unos pasos hasta tomar mi celular y ver la llamada entrante...
Era la mamá de Eun-Ji.
—¿Hola?
—Hola Jimin—respondió con un tono de voz muy contento—Eh, Eun-Ji me pidió que te llamara, estamos en el hospital.
—¿Ha pasado algo? ¿Están bien?
—¡Si! Es que todo parece indicar, que la bebé ya viene en camino.
La bebé ya estaba en camino.
La bebé ya estaba en camino.
Apenas y la madre de Eun-Ji colgó nuestra llamada para avisarme, salí corriendo directamente al auto, sin siquiera molestarme por tomar un abrigo para el frío invierno. Estaba anocheciendo y la aguanieve caía en el vidrio empañando mis cristales.
Puse un poco de música para relajar mi camino hacia el hospital, pero me moría por verla, quería abrazarla y decirle que todo estaría bien.
No sabía si ella querría verme, no sabía siquiera si era correcto que yo estuviera manejando como un desesperado en busca de ella. Mi corazón latía rápidamente al imaginarme a Eun-Ji entrando en esa sala de partos.
•••
Esperar a que Eun-Ji diera a luz fue lo más estresante que había experimentado en mi vida. A medida que el tiempo pasaba, sentía como mi corazón latía más y más fuerte. Me preocupaba que algo podría salir mal. Estaba nervioso y preocupado a la vez.
Los minutos pasaban apenas duras, creo que estuvimos ahí cerca de 6 horas, sin saber mucho. Los enfermeros pasaban sin mirarnos y eso a mí me frustraba mucho.
—¿Cómo te sientes con todo esto Jimin?
La madre de Eun-Ji me cuestionó. Volteé a verla y sonreí a medias.
—Estoy nervioso.
—Tu mamá tuvo una platica conmigo, acerca de tus decisiones.
—Oh...
Estaba casi preparado para todo menos para esta plática, mis pensamientos solo eran sobre Eun-Ji y en cómo habría nacido la bebé.
—Entiendo que hayas estado asustado, quizás tuviste que irte por decisión de mi hija pero, no significa que ella haya dejado de quererte. Ella realmente quería llevar todo el proceso contigo. No te odio por haberlas dejado ir tan fácilmente, solo te pido, que si te vas a quedar, ya no te vuelvas a ir.
De pronto solo supe que estaba en camino a una habitación al lado de una enfermera, quien hace unos minutos me acababa de decir que podría pasar a verla, en mis pensamientos solo me imaginaba abrazándola con todas mis fuerzas pero mis piernas evidenciaban mi nerviosismo. Era la primera vez que la vería después de tanto.
No sabía que decir, ni siquiera sabía cómo actuar. Me quedé anonadado a la puerta de la habitación donde yacía Eun-Ji recostada en esa cama de hospital. Vi como en su rostro enrojecido y cansado nacía un sonrisa.
—Jimin, mira...
No pude acercarme más de dos metros por el miedo, pero pude notar como entre sus brazos reposaba un ser diminuto con la cara fruncida y del color de un tomate.
Me sentí más nervioso que nunca. No podía creer que realmente tenía una hija, que ya estaba aquí, que debía afrontar mi responsabilidad pero ni siquiera me sentía apto para llamar a esa bebé como mía.
Después de todo, NamJoon tenía razón, no estaba listo para mí mismo, menos para ellas. Pero al menos ahora sabía, que debía afrontar esto por ellas.
Mi corazón latió con fuerza en mi pecho mientras caía de rodillas junto a la cama de Eun-Ji. Las lágrimas corrieron por mis mejillas y no podía soportar la culpa y el arrepentimiento que sentía por haberla dejado.
—L-lo siento.
Ella miró hacia mí con una sonrisa débil en su cara, como si intentara calmar mi ansiedad y me diera el perdón que tanto necesitaba.
No sabía qué más decir, no podía ni mirarla sin sentir un gran arrepentimiento. Ella era admirable, había llevado un embarazo adolescente por sí misma, no podía dejar de repetirme lo muy valiente que era ella.
Incluso más que yo.
—Ven, quiero que la veas.
Su sonrisa era radiante, podía describir sus dientes como perlas brillantes. Yo solo estaba ahí como un idiota sin decir nada, quería abrazarla y besarla, pero no me sentía digno de una mujer tan fuerte.
Eun-Ji con sus pocas fuerzas me extendió su mano y yo sostuve su pequeña palma sobre la mía.
Me levanté del suelo y me acerqué a ellas, entrelazó nuestras manos y se acurrucó en mi brazo.
—Te presento a Hana. Park Hana.
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Embarazada | Park Jimin
Fiksi Penggemar"Embarazada" es la historia que sigue a Jimin y Eun-Ji, dos adolescentes que tienen que enfrentarse a una decisión difícil y que cambia sus vidas. Jimin tiene en sus metas ser un gran abogado, pero cuando Eun-Ji queda embarazada, él debe decidir si...