and if it feels right...

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A D V E R T E N C I A
•CONTENIDO NSFW•
K!Quackity x K!Rubius
Versátil x Versátil

Las grises nubes de algodón brindaban un aire frío y lúgubre, no caía ni una gota pese a estar totalmente nublado. El sonido de las hojas de los árboles era lo único que acompañaba al pato, quien estaba tirado en el pasto, junto a la improvisada tumba de su hijo Merlon Vegetta.

Miraba el cielo, se supone que el atardecer estaba terminando, pero todo era gris, las estrellas no se asomaban por culpa de aquellas nubes, la poca luz de la Luna apenas se filtraba por algunos huecos pero su belleza no era apreciada.

—Pinche vida tan más mierda me tocó aquí, malditos españoles.—maldijo al aire, cerrando sus ojos para sentir la corriente de aire.

Sus pensamientos trataban de buscar un sentido y una salida que no fuera tan extremista. En el fondo, quería perdonar a aquel castaño, extrañaba todo de él, especialmente sus caricias.

Lo odiaba por la traición, pero no podía dejar de amarlo, después de todo él era su 100%. El golpe de tal acto fue tan profundo que, sus ojos ahora estaban vacíos, las estrellas que los adornaban se habían apagado casi en su totalidad, su pecho dolía constantemente, además de los dolores de cabeza que lo tenían en un estrés emocional fuerte.

Pese a eso, mantenía cordura para planear su siguiente golpe contra el alcalde, perder no era su estilo.

Pensó en su difunto hijo y aquella promesa que le hizo cuando dejó el plano físico, también recordó aquel hermoso reencuentro en el mundo de los muertos. Todo estaba lejos de estar bien.

Escuchó unos pasos a lo lejos, reincorporándose lo más rápido posible, escondiéndose tras la cruz de la tumba, los secuaces de su ex amor estaban por todos lados excepto en aquella casa del Infonavit, pero podrían estar haciendo guardía en las noches.

Algo bastante obvio puesto que había un terrorista revolucionario suelto por toda Karmaland.

¿Patito? ¿Estás aquí?—la voz ronca era muy familiar, se trataba de aquel híbrido de oso, quien lo buscaba.

Tenían varios días sin verse desde el desastre de las elecciones. El mayor juró lealtad desde que dieron comienzo a su relación por interés, mientras el menor disfrutaba de la ayuda y atención de su nueva pareja política.

—Aquí estoy, cabrón.—habló saliendo de su escondite—¿Qué pasó?

—¿Cómo qué "¿Qué pasó?"? Hombre, no te he visto desde hace días, pensé que te habías ido o te habían hecho algo.—suspiró aliviado—Te busqué por todos lados, me tienes preocupado.

—Ya, no exageres rubia, aquí estoy, vivito y coleando.—replicó desganado, no sabía que sentir en ese momento.

—Vamos a mi casa, que está cerca.—comenzó a correr para evitar las criaturas de la noche.

—Pues si, a la mía ni puedo entrar, están esos weyes vigilando hasta cuando cago.—corrió tras el más alto.

Cuando el mexicano entró a la casa ajena, fue directo al sillón, dejándose caer en este. Hacía unas noches que su cuerpo no sentía la comodidad de un sillón, mucho menos de una cama.

—He visto lo que has hecho contra Luzu—habló desde la cocina, mientras preparaba un café—Muy bien hecho, mi pato.

—Pues a huevo, ese cabrón no merece la alcaldía estoy seguro de que me robó el maldito—se podía sentir el rencor en sus palabras—Voy a recuperar lo que es mío, si el pendejo de Luzu me lo quitó todo, pues yo le voy a quitar el triple, aquí yo soy quien gana.

let me love you [Rubckity] (One-Shot +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora