take me to church ; margus

1.

lunes. 7 de la mañana. la alarma de agustín comenzó a sonar indicándole que debía ir a trabajar. 

el ojiazul se levantó quejándose entre susurros mientras buscaba la ropa para bañarse en la oscuridad. cuando consiguió agarrar un pantalón, remera y ropa interior, se dirigió al baño.

era su primer dia en la cafetería, recientemente había dejado su trabajo en atención al público en un bazar, debido a que los horarios no le permitían estudiar. en cambio, la cafetería sí.

había conseguido su nuevo trabajo por su mejor amiga, coti, quien trabajaba allí hacía varios meses.

el local no quedaba tan lejos de su casa, pero él prefería ir en auto y levantar a la rubia en el camino.

―buen día, loquita. ¿cómo estás?―la saludó en cuanto ella subió al vehiculo.

―buen día, buen día!―le respondió la correntina con un extraño buen humor para ser lunes a las 8 de la mañana.

él amaba con todo su corazón a la chica, pero era bastante malhumorada a decir verdad.

―epa, y ese buen humor?―preguntó sonriente. ella solo lo miró y le indicó que arranque.

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―buen día, co!―dijo una pelirroja apenas entraron.―vos debés ser agustín, no?―preguntó dirigiendo la mirada a él.

―sí, agustín. un gusto.―respondió él mientras saludaba a la chica desconocida con un beso en el cachete.

―yo soy luciana, soy la encargada del local. no me viste en la entrevista porque estaba de licencia, pero bueno, ya volví.―le comentó con una sonrisa.―quedate tranquilo igual, soy bastante relajada como encargada, yo ya estuve en el lugar de ustedes y sé lo bodrio que es el trabajo, más teniendo un encargado medio forro.―le explicó con una sonrisa cuando vió la cara de asustado del chico al decirle quién era.

―luchi es la mejor, agus, en serio―dijo la rubia con una sonrisa tranquilizadora.

―están preparados para el quilombito que va a ser hoy esto?―preguntó la pelirroja

agustín la miró extrañada.

―hoy hay misa en la iglesia de al lado―le explicó coti.

los días lunes, miércoles, viernes y domingo eran los días que más movimiento había en el local, debido a que la mayoría de personas que salían de misa iban a merendar a la cafetería, según le avisaron las chicas.

―mirá, mientras venga el cura yo ya estoy bien―acotó la pelirroja con una sonrisa.

―¿el cura?― preguntó agustín 

―ay agus, no sabés lo que es. te va a encantar a vos.―le dijo la correntina emocionada.―es alto, rubio, con ojos verdes, todo musculoso, salteño con una tonada divina. todo él es divino. 

―sí, bueno, es cura.―contestó el rizado con una mueca. no era tan creyente.

―ay agustín, qué tiene que ver eso nene?―le dijo su mejor amiga con el ceño fruncido y su tonada muy marcada.

él le sonrió mientras se encogía de hombros. luciana le encargó a la rubia mostrarle el lugar al chico y explicarle el trabajo mientras ella preparaba el local para poder abrir.

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el día venía bastante tranquilo, no era difícil el trabajo y agustín se sentía cómodo en el lugar, además de que le encantaba estar con su mejor amiga el mayor tiempo posible.