Extra #1

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Extra #1

La vida después de la muerte.

Narra Hera Zabat.

   Mis ojos estaban puestos en su largo cabello blanco en movimiento mientras elevaba y bajaba la espada para practicar con la chica frente a él. Habían pasado dos días desde que él y yo recuperamos el trono, pero no habíamos tenido tiempo de intercambiar una palabra más de las necesarias para reconstruir nuestro pueblo o dirigirnos a nuestra hija a la vez. De alguna manera, se sentía completamente extraño verlo a los ojos e imaginar que algo sucedió entre nosotros en algún momento. Porque, lo desee o no, ya no había nada que nos unía más que un pasado y nuestra hija.

Aún cuando lo sentía todo al mirarlo, sabía que recuperarlo costaría tanto...

Era nuestro primer momento libre desde que retomamos nuestras coronas. Empleamos todo el día de ayer para que Pasado, Presente y Futuro se enterasen de la nueva novedad, una hermosa normalidad: Amon Petrov había renacido y había retomado el trono cómo legítimo heredero. Además, todos aquellos soldados que desertaron o, de alguna u otra manera, me habían traicionado, regresaron a las puertas del castillo al enterarse de la noticia de la vuelta de su rey. Eran tantos y había tanto que decir, que al atardecer Amon decretó que la sala de trono fuera abierta para recibir peticiones y oír al pueblo. Mi presencia en ese lugar fue una pérdida de tiempo, algo que verdaderamente no fue necesario porque todos querían hablar con Amon o Haylee. Nadie, en Pasado, Presente o Futuro, deseaba entablar una conversación conmigo. Nadie en los tres continentes quería pedir una disculpa. Ni siquiera aquellos guardias traidores que reconocí al arrodillarse ante su verdadero rey, rogando por volver a ser parte del ejército de Cristel. Recibí miradas de odio, recelo, locura, asqueo; y aún así recibí a cada persona que cruzaba el umbral de las puertas del salón con una sonrisa. Amon perdonó a todos aquellos que le juraron lealtad a la sangre Petrov, por lo tanto a Haylee también. Sus ojos se deslizaban a mí de vez en cuando, probablemente sintiendo que algo me molestaba, cómo siempre solía hacer. Pero no dijo nada, y tampoco me atreví a dirigirle la palabra.

   Amon se sentó en el trono de Futuro y el mundo entero cayó a sus pies. A su lado, Haylee tomaba asiento en mi trono con elegancia. Por decisión propia, decidí dejarle el puesto que le pertenece a mi hija por nacimiento y hacerme a un lado para que ambos Petrov pudieran trabajar en la construcción de un pueblo que yo misma destruí. Me quedé de pie a un lado de Haylee y observaba hacia delante cómo si no tuviese otra cosa que hacer. No objeté, ni opiné, ni siquiera un suspiro salió de mis labios en lo que Amon y Haylee hablaban o los ciudadanos preguntaban. Mi boca estaba sellada y no la abriría de ser completamente necesario. Porque una vez lo hice y las cosas salieron completamente mal.

«¡La reina ha vuelto! ¡Y todos pagarán por lo que hicieron!»

El pueblo no tenía la culpa.

Destruí Futuro en busca del aquelarre de Brujas del Norte para proteger a mi hija y eso me jugó en contra. Destrocé Presente al asesinar a la hija de su gobernante, colocándolos unos contra otros al asumir el trono. Porque tendrían que decidir entre la reina de Futuro o el presidente de Presente. Y Pasado... Fue la cereza en el postre, porque con mi mera presencia lo había arruinado.

Y ahora, el único que tenía la capacidad de juntar nuevamente esas tres partes, era Amon.

   Cuando las puertas se cerraron ese día tras los últimos ciudadanos satisfechos, tragué el nudo en mi garganta y elevé la cabeza al comenzar a caminar lo más lejos posible de ese lugar cómo fuera posible. Sólo sabía que quería salir de allí, porque esa misma sala de trono me traía tantos recuerdos que me abrumaba el corazón.

Mayor Verdad © [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora