Parte 10

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Me desabotoné tres botones para mostrar mas piel, lamía mis labios de vez en cuando, me acerqué a su rostro logrando sentir su respiración irregular, ella estaba nerviosa, su piel comenzó a erizarse cuando la tocaba con las yemas de mis dedos, se esta ruborizando y de alguna manera no logro comprender porque todo esto me parece divertido. Ella se removía en el asiento, ¡Así es! ¿Ya sabes lo que se siente?, tomo de su cintura y la abalanzo hacia mi, quedando ambos de pie con nuestros rostros separados solo por una respiración, cuando la subo a mis caderas con fuerza y mientras me abraza con sus piernas camino hasta encontrarme con la pared del fondo. Azoto su cuerpo y su cabeza contra aquella pared y mi pene estaba tan duro que podía sentir lo incómodo que era no dejarlo salir, ella lo notaba muy bien. Acerco mi rostro hasta poner mi mejilla contra la suya y mis labios rozaban su oreja derecha provocando que un leve gemido saliera de sus labios.

¿Qué pasa niña torpe? ¿Acaso resulta que después de todo si me deseas? , sonreí maliciosamente para mis adentros mientras estaba a punto de susurrarle al oido.

- ¿Quién esta deseando con locura ahora? - Susurré. ¡Já! Sonrió.

- ¿A esto lo llamas desear? - Pregunta con expresión desafiante y pervertidamente sensual.

- Si quieres más, dímelo - Dije en voz baja. ¡Uf!, ella me estaba calentando.

- Quiero más, Jin - Sentenció con un tono de voz tan ardiente que no podría creer que estábamos hablando de la misma niña torpe de hace unos días. ¿Jin? ¿Porqué sonaba tan sexy en su boca? 

No podía seguir controlando mi cuerpo, mis instintos y el deseo desmedido que me provocaba estar en esta posición con ella, quería hacerle tantas cosas, me sentía expuesto. Miro su pálido rostro ruborizado, la sangre ya le había llegado arriba, me preguntaba si toda su piel se vería igual y la bajo bruscamente de mis caderas para ponerla de pie y posar sus manos sobre su cabeza. Dejando una mano libre comienzo a desabotonar su blusa lentamente, ella jadeaba, podía ver su lencería color negro que hacia un contraste delicioso con su piel, besé su cuello una y otra vez mientras sus manos seguían atadas por la mía, la otra la tenia tomada de la cintura aferrándose a mi erección. Era exquisita.

Te deseo, le dije. Saqué mi mano de las suyas, haciéndole el gesto de que se mantuviera en esta posición, me puse de rodillas y bajé sus bragas hasta el piso. Ella se mordió los labios. Me levanto de golpe, abro con destreza mi cremallera del pantalón y dejo al aire mi pene que estaba a punto de explotar. La tomo de sus piernas y de un brinco la poso sobre mi, podía sentir como mi pene la embestía por dentro hasta el fondo y ella gemía de placer. Me rodeó con sus brazos sujetándose fuerte, mi libido la tenia totalmente dominada y ella en vez de detenerme y ponerse tensa, se relaja, dándome el control absoluto de la situación. La embestí muy duro en reiteradas ocasiones hasta que su cuerpo sucumbió ante mí, gimiendo de placer, dando paso a un orgasmo de proporciones. Yo, por mi parte, me fui dentro de ella con un grito ahogado. 

Deseo PúrpuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora